He probado el nuevo anillo inteligente de Samsung durante una semana y ya tengo claro para qué es
- Samsung ha entrado a competir en una nueva categoría de producto, los anillos inteligentes, y hemos analizado su primer modelo, el Galaxy Ring.
- Más información: El esperado anillo inteligente de Samsung por fin llegará a España: por qué puede empezar una nueva moda
Samsung es una de las compañías tecnológicas más importantes del mundo, y la mayor de su país natal, Corea del Sur. Este gigante es una empresa conocida sobre todo por su división de electrónica de consumo, que en países como España es líder en muchos segmentos, como televisores, móviles y más. Parte del éxito de la empresa viene por no dejar de lado ningún posible nuevo sector en el que ganar cuota de mercado.
Eso es lo que ha pasado con un nuevo producto tecnológico que lleva unos años entre nosotros pero que sigue siendo aún un dispositivo de nicho: los anillos inteligentes. Marcas como Oura llevan ya un tiempo ganando dinero con anillos con una capa de tecnología que se enfocan a cuidar de nuestra salud, aunque otros modelos incluso habilitan los pagos móviles.
Llevábamos meses escuchando rumores de que Samsung estaba trabajando en un anillo inteligente que complementara su división de consumo y salud, un aparato para su ecosistema de salud, en el que los relojes y los móviles eran los protagonistas. Hace unos meses se presentó oficialmente y recientemente ha llegado a España. El Samsung Galaxy Ring se puede comprar ya en nuestro país a un precio de 449 euros.
Como era de esperar, este precio hace que se convierta en un producto de nicho, como lo son los móviles plegables, y no en algo potencialmente interesante para todo el mundo, como los son los relojes inteligentes, que tienen opciones de muchos precios. Los anillos inteligentes son productos de precio elevado, independientemente del modelo, incluso aunque se pongan de oferta.
La parte positiva del Samsung Galaxy Ring es que ofrece todas sus funciones sin necesidad de pagar una cuota mensual, como sí pasa con el recién renovado Oura Ring. De esta manera, si interesa su compra sabremos que el desembolso inicial es el único que deberemos hacer para poder exprimir el uso del mismo.
Cómodo y elegante
Soy una persona que jamás lleva anillos, y eso podría haber condicionado mi experiencia durante una semana con este dispositivo. Sin embargo, no ha sido así. Samsung ha explicado que antes de comprar este producto enviaría una caja de muestras al domicilio del comprador para que se probara las diferentes tallas y pudiera elegir la más adecuada para él. Eso es lo que pasó también en mi caso. Tras unos pocos minutos probándome las difrentes opciones y teniendo claro en qué dedo iba a llevarlo, fue cuestión de esperar al modelo final.
Este llega en una pequeña caja transparente que recuerda a la de los auriculares de Nothing. En ella estaba el anillo, situado en un anclaje a cuyo alrededor había una tira LED que nos daba indicación de la batería restante tanto en la caja como en el propio anillo, cuando lo ponemos encima. Esta caja tiene un puerto USB-C que permite cargarla como sucede con las de los auriculares. Está disponible en tres colores, negro, dorado y plateado, y pese a que hemos elegido el negro para la prueba porque nos ha parecido el más elegante, el plateado quizás sea el que mejor aguante los roces, si bien su acabado en titanio debería darnos tranquilidad en ese aspecto.
Una vez fuera de la misma lo único a tener en cuenta es que la muesca del Samsung Galaxy Ring, una línea perpendicular al anillo, ha de esta dirigida hacia la palma de la mano. Esto es así porque es en esa zona donde están los sensores de medición, y si giramos el anillo la precisión de los datos será menor.
Llevar un anillo de este tipo no es incómodo, aunque es algo raro si no estás acostumbrado a llevar ninguno. El único momento en el que he visto que se ha movido más de la cuenta es cuando estaba lavándome las manos o duchándome ya que el jabón hacía de lubricante y el propio anillo se movía más, pero en ningún momento me ha dado la sensación de que se fuera a salir y a caer.
A este respecto es importante destacar que no me he quitado el anillo para nada, ni para fregar, ni para ducharme, ni para dormir ni para hacer deporte, independientemente del que realizara. Esto último tiene una pequeña nota al pie de página, pero lo explicamos en el siguiente apartado.
Salud y más salud
El Samsung Galaxy Ring me ha dado la sensación de ser un producto pensado como un smartwatch minimalista. Es capaz de medir nuestros parámetros de salud pero no de hacer otras cosas que el reloj sí puede, como mostrarnos notificaciones, servir de manos libres. Todo el uso del anillo gira en torno a hacer ejercicio y a analizar si llevamos una vida sana, con un control de nuestras pulsaciones, los pasos que damos, el estrés y, sobre todo, la calidad del sueño.
Esto último es posiblemente lo que mejor haga el anillo ya que la medición del mismo es muy precisa. Lo he estado comparando con la medición que me daba el Google Nest Hub 2 y el Amazfit GTR 4, y el anillo de Samsung ha sido más acorde a la realidad. Además, al no tener siquiera la duda de si llevarlo o no de noche he podido tener la certeza de que las mediciones iban a ser continuas, sin ni una noche en blanco porque tuviera que cargar el dispositivo.
Pero el anillo también se lleva cuando se entrena. En mi caso realizo tres actividades al día: 30 minutos en cinta estática, 40 minutos en bici estática y unos 20 minutos de musculación. En los dos primeros es lógico pensar que no es necesario quitarse el anillo, pues no son actividades en las que las manos tengan una importancia mayúscula. Sin embargo, en los ejercicios de musculación podríamos pensar que sí.
En mi caso no ha sido así porque desde siempre entreno con guantes, y al quedarse el anillo por debajo del mismo, como veis en el vídeo, no resulta incómodo tenerlo puesto a la hora de usar las máquinas o coger mancuernas. Eso sí, hice la prueba sin los guantes y en ese caso sí que me resultaba más incómodo, además de poder arañar el anillo con extrema facilidad.
Funciones limitadas
Una de las pegas que se le pueden poner a un anillo de este tipo es que las funciones para las que está diseñado son escasas. Las realiza muy bien, pero son pocas. La más destacable es sin duda el poder medir el sueño incluso aunque no queramos llevar un reloj en la muñeca, algo que mucha gente detesta. En mi caso no es así, ya que lo uso como alarma por la vibración que puede ejercer sin que eso despierte a mi pareja.
En el caso del anillo no tenemos esa función ya que no hay un sistema de vibración. Algo parecido pasa con la medición del pulso o del estrés, que es más precisa que en los relojes pero que llega hasta donde llega. Además, aunque tienen la detección automática del pulso en dos actividades, carrera y paseo, hay que iniciar la detección continua cuando vamos a realizar cualquier otro deporte desde la propia aplicación.
Es cierto que Samsung ha diseñado funciones extra para el anillo, como el poder hacer una foto usando de disparador el anillo o parar una alarma, todo con gestos desde la mano. El problema es que por ahora sólo es compatible con los nuevos plegables, y nuestra prueba ha sido con un Samsung Galaxy S24 Ultra. Eso sí, el Galaxy Ring se puede usar con cualquier móvil Android actual.
Gran batería
Posiblemente la mayor ventaja de un anillo inteligente con respecto a un móvil o reloj sea su autonomía. El Samsung Galaxy Ring ha aguantado una semana con una sola carga, permitiendo ser llevado encima en todo momento. De esta forma, es más improbable que se nos olvide cargarlo y perdamos esas métricas.
Si lo comparamos con los relojes de Samsung la diferencia es notoria ya que el Samsung Galaxy Watch 7 puede durarnos un día y el Samsung Galaxy Watch Ultra el doble. No obstante, hay modelos como los de Huawei o Amazfit cuya autonomía se mide en semanas, y eso es bastante más de lo que nos puede dar cualquier reloj inteligente.
¿Me lo compro?
Siempre que llegamos a esta parte del análisis en un producto tan especial como este la respuesta es sencilla. Depende. Y mucho. Para el común de los usuarios gastarse 449 euros en un anillo no tiene mucho sentido, sobre todo porque esa cifra sería elevada incluso para un reloj. Incluso para un móvil.
Este tipo de aparatos está enfocado a esas personas que valoran mucho su salud, que están pendientes de sus parámetros y que se cuidan mucho más que la media. Además, dentro de ese grupo hay gente que no quiere usar reloj, o que sólo usa relojes clásicos, o que no quiere dormir con él. Para ese grupo de personas es para el que se orienta este Samsung Galaxy Ring.
Es un producto de precio elevado, como todos los anillos de esta categoría, pero eso no quiere decir que no tenga sentido en algunos casos. La cuestión es si Samsung puede hacer evolucionar este tipo de aparatos como para que se vuelvan interesantes para el gran público. Eso será todo un reto.