Mollejo, la última joya de la cantera del Atlético de Madrid con ADN toledano
El delantero toledano de 17 años Víctor Mollejo, autor de uno de los dos goles del Atlético de Madrid contra el Paris Saint-Germain francés en su último amistoso en Singapur, es la última irrupción de la cantera rojiblanca, un talento precoz que llegó a decir dos veces 'no' al club rojiblanco por su juventud.
Mollejo (La Villa de Don Fadrique, Toledo, 21 de enero de 2001) forma parte de la camada de juveniles que el entrenador argentino Diego Pablo Simeone ha incorporado para esta pretemporada, en la que hay un buen número de futbolistas que protagonizaron la temporada pasada un curso increíble para la cantera rojiblanca.
El delantero manchego formó parte la temporada pasada del Atlético Madrileño juvenil que se proclamó campeón del grupo VII de División de Honor por primera vez en la historia del club, junto a otros jugadores que han participado en esta pretemporada como Sergio Camello o el camerunés Cédric Wilfried.
En su camino en la Copa del Campeones juvenil se encontraron con otro equipo para la historia rojiblanca: el Atlético de Madrid juvenil, campeón a su vez del grupo V que se impuso por 4-0 en el duelo fratricida de semifinales y fue a la postre vencedor del torneo y de la Copa del Rey. Un triplete histórico.
De ese conjunto han pasado a la pretemporada del primer equipo Álex Dos Santos, Aitor Puñal, Javier Montero, Mikel Carro, Borja Garcés y Joaquín Muñoz.
Entre estas dos camadas de juveniles exitosos a los que se ha dado la alternativa este verano, Mollejo ha sido uno de los destacados por su entrega y su habilidad en los últimos metros, como por el gol con el que, junto al provocado por Borja Garcés, estuvo a punto de forzar el empate y los penaltis ante el PSG en Singapur.
Un gol, logrado tras un saque de esquina rematado de cabeza de Roberto Olabe, rechazado por el portero alemán Kevin Trapp y remachado a gol en el segundo intento por Mollejo, que convierte al toledano en el primer goleador del primer equipo rojiblanco nacido en el siglo XXI.
El punta toledano es un experto en quemar etapas. A partir de los cinco años comenzó a jugar en su pueblo, La Villa de Don Fadrique, en categorías superiores a su edad. Su padre se apuntó a dirigir el equipo de prebenjamines para tenerlo más sujeto, y años después el alevín de la localidad se lo llevaba en edad prebenjamín.
Con siete años disputó un torneo contra un equipo de la escuela del Atlético de Madrid en Casarrubuelos, una localidad madrileña en la frontera toledana, pero su familia decidió que no era el momento. Al año siguiente, ya como benjamín de primer año, volvió a suceder el torneo y la propuesta. Segunda negativa.
A la tercera fue la vencida
Dos años después un equipo de la escuela rojiblanca de Cotorruelo, en el barrio madrileño de Carabanchel, volvió a enfrentarse con el equipo de La Villa de Don Fadrique. El conjunto de Víctor Mollejo cayó 2-1 pero su actuación impresionó tanto que le regalaron una camiseta rojiblanca con las firmas de todos sus rivales. La tercera fue la vencida, y fue a probar con el Atlético.
Se incorporó al equipo rojiblanco en alevines, primero en la escuela de Orcasitas en el distrito madrileño de Usera, con un centenar de kilómetros de ida y otros tantos de vuelta cuatro veces a la semana. En infantiles pasó a una de las residencias rojiblancas, donde sigue hoy, juega y estudia Bachillerato.
Mollejo siempre destacó como un delantero con olfato, luchador, que mira a puerta constantemente pero también tiene visión de juego para jugar de enganche o segundo delantero. En los últimos tiempos está teniendo que adaptarse a la posición de banda, en la que tiene que ofrecer trabajo defensivo, un aspecto innegociable en este Atlético de Diego Pablo Simeone.
Aunque no es un jugador alto (1,72 metros), lo compensa con fortaleza física y ha destacado con goles de buena factura como la chilena que hizo con la selección española sub-17 ante la República Checa para la clasificación al Europeo de la categoría.
En esta pretemporada ha marcado su primer gol, pero su debut con el primer equipo es de hace un año, en un amistoso de preparación contra el Leganés en Butarque en el que completó la convocatoria ante las ausencias del filial y el juvenil y jugó los últimos ocho minutos del encuentro sustituyendo a otro canterano, Juan Moreno.
Si aquella fue una participación testimonial, este verano el concurso de Víctor Mollejo ha ganado enteros y se ha convertido en un jugador reconocible para el cuerpo técnico rojiblanco.
En un cuerpo técnico plagado de argentinos, alguno le ha llamado cariñosamente 'Pelado' por su ausencia de pelo, una alopecia sobrevenida que le acompaña desde los nueve años y que le ha obligado a hacerse fuerte ante los comentarios de otros chicos.
Hoy, Mollejo es un proyecto de delantero que ilusiona en las filas rojiblancas, pero al que quieren cuidar en el club colchonero, que le dará este año ficha de juvenil. La carta de presentación, en forma de gol ante el PSG, ya la ha dejado