El Conquense sacó un punto importante del feudo del Ebro en una salida al campo del colista, un equipo muy necesitado. Aunque los blanquinegros necesitan ganar para recuperar el tono mostrado en las primeras jornadas, lo cierto es que el empate fuera de casa puede darse por bueno, siempre y cuando se refrende con victoria en La Fuensanta la próxima jornada. 

Lo cierto es que el partido invitaba a poco. El tiempo no acompañaba y el espectáculo no brilló en el inicio, con los dos equipos tomándose la medida y no concediendo nada al contrario. Fruto de ello, los primeros minutos se caracterizaron por la escasez de ocasiones para ambos bandos. Solo la marcha precipitada de Tiago, que tuvo que dejar su sitio a Sandro por lesión, alteró un poco la monotonía. 

Poco a poco se fue estirando el Conquense, que llegó a merodear el área de Salva en unos acercamientos que, con todo, no constituyeron un peligro severo para los locales. Así, con los equipos bien plantados y protegiendo sus porterías se llegó al final de un primer tiempo algo insípido. 

Segunda mitad

En la segunda parte, el Ebro salió con un punto más de intensidad que, incluso, se llegó a tornar en agresividad, endureciendo un choque que empezó a inclinarse del lado de los locales. Así, disfrutaron maños de varios acercamientos sobre la meta de Marqueta, en especial un centro de Víctor que se paseó por el área visitante sin encontrar rematador. 

Fue cogiendo aplomo el Conquense conforme avanzó la segunda parte. De hecho, la oportunidad más clara la tuvo Gérica, en una oportunidad que hubiera cambiado el signo del encuentro. No acertaron los de Luis Ayllón  y el partido fue perdiendo ritmo con los cambios. De hecho, sólo se pudo rescatar en los instantes finales un disparo desviado de Víctor que ni siquiera obligó a intervenir a Marqueta y que acabó sellando un empate a cero que les da un punto a los blanquinegros. De ellos dependerá hacerlo bueno la próxima semana en La Fuensanta.