Lección de empaque de un Villarrubia que sigue en la pelea por el ascenso
El Villarrubia dio una lección de empaque ante el Bergantiños y obtuvo el premio merecido. Estará en la ronda definitiva por el ascenso de categoría por primera vez en su historia a pesar de perder por 2-1 en tierras gallegas, un resultado más que suficiente para hacer bueno el 2-0 conseguido en su feudo una semana antes. A pesar de que los rojillos les pusieron en aprietos, los de Javi Sánchez reaccionaron con un tanto de Nando Copete y supieron gestionar las embestidas de un rival que acabó sin argumentos y con uno menos sobre el césped.
El encuentro se inicio con dominio repartido y una primera ocasión a cargo de Diop, quien se quedó solo frente al portero, pero la pegó mordida permitiendo que Cristopher atrapara la pelota sin problemas. A partir de ahí, fue creciendo un Bergantiños que no tardó en acercarse a los dominios de Manolo.
En una de sus primeras oportunidades, en el minuto 12,Diego Fernández agarró un balón desde muy lejos y se sacó un disparo que, después de tocar en un defensa, se estrelló en el travesaño de los visitantes. En el córner posterior, Diop rechazó en primera instancia la pelota, pero el despeje le salió corto y desde el borde del área Jorge Sáez enganchó una volea que se coló en la portería blanquiazul.
La situación se ponía complicada para un Villarrubia que mantenía un gol de renta, pero no se podía fiar ante un rival que parecía crecido. Sin embargo, después de dormir durante unos minutos el ímpetu de remontada de los gallegos, los de Javi Sánchez encontraron el mejor remedio posible al nerviosismo. En un balón largo en el minuto 21, Diop acabó cediendo de cabeza la pelota para la incorporación de Nando Copete, quien estuvo más rápido que el defensa para conectar con la derecha un remate que acabó en el fondo de las mallas.
El 1-1 concedía un colchó valioso a los manchegos, a los que sólo les echaba a partir de entonces de la final por el ascenso perder por tres goles o más de diferencia. Aunque encarrilado, nada estaba hecho todavía y así lo demostró un Bergantiños que se metió de nuevo en el partido pasada la media hora de juego. Un centro desde la derecha de Cañi nadie lo llegó a tocar, ni Rubén Rivera ni Borja Facal, pero se coló en la meta de Manolo elevando el 2-1 al marcador.
A partir de entonces el juego se enredó con alguna acción dura por parte de los locales, que querían agitar el avispero. Incluso, pudieron ampliar su renta los rojillos a la salida de un córner que Borja Facal remató forzado lejos del marco de Manolo y que sirvió de epílogo a la primera parte.
Control Impecable
En la segunda, al Villarrubia le iba a tocar ponerse el mono de trabajo para dejar en el menor número de llegadas posible a un Bergantiños que con el paso de los minutos se podría desarmar. El juego directo se convirtió en su arma fundamental, pero los de Javi Sánchez estuvieron perfectos en su labor de contención.
Les faltaba salir para intentar rematar la eliminatoria, pero el Bergantiños no terminaba de perder el sitio a la espera de alguna ocasión en la que marcar. Fue a balón parado y en los últimos minutos cuando rozó el 3-1. Por ejemplo, en una ocasión de Ekadi a la salida de un córner que remató desviado.
Sin embargo, en el minuto 86, las cosas se torcieron de forma definitiva para los gallegos. En un balón dividido, Manolo llegó con ventaja para despejar pero Agulló, en un gesto feo, entró con la plancha por delante golpeando en el pecho al portero villarrubiero. El colegiado no lo dudó y expulsó al central, dejando en bandeja el acceso de ronda para los blanquiazules. Sólo Ekadi, de nuevo un saque de esquina que remató blando, parecía rebelarse contra un destino escrito.
Después de un interminable descuento de ocho minutos, el colegiado señaló definitivamente el término del encuentro con el 2-1 en el marcador. Un resultado suficiente para un Villarrubia que demostró su empaque para acceder, por primera vez en la historia, a la final por el ascenso a Segunda División B.