CCOO denuncia que los salarios en Castilla-La Mancha son "una invitación a la emigración"

El sindicato CCOO en Castilla-La Mancha ha opinado que si se comparan los salarios en la región con los de otras comunidades autónomas, a raíz de los datos conocidos en la Encuesta Trimestral de Coste Laboral, es "una invitación a la emigración", con diferencias que superan los 1.700 euros al mes. 

La secretaria regional de Empleo y Políticas Sociales de CCOO en Castilla-La Mancha, María Ángeles Castellanos, ha explicado en un comunicado que las diferencias salariales superan los 1.700 euros al mes si se compara la media de quienes trabajan en los servicios en la región con la media de la industria en Madrid.

Según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística, el coste laboral en Castilla-La Mancha es de 2.335,17 euros mes, 11,13 euros menos que hace un año y 83,96 euros menos que al finalizar 2017.

Castilla-La Mancha es la segunda región con mayor descenso del coste laboral tanto en términos absolutos como relativos, con lo que "se aleja de las comunidades con salarios más altos" y, por ejemplo, la brecha respecto a Madrid supera el 30 por ciento, lo que supone una diferencia de 718 euros al mes. 

Respecto al conjunto del país, la brecha es del 11 por ciento, de modo que de media el coste laboral en el conjunto del país es de 266,84 euros más al mes que en Castilla-La Mancha.

"Que existan diferencias tan marcadas entre regiones es un claro indicador de que en Castilla-La Mancha tenemos problemas que van más allá de los que compartimos con el resto del territorio estatal", ha analizado Castellanos, que ha opinado que ahora se produce más que cuando se inició la crisis, pero en Castilla-La Mancha "se reparte aún menos". 

A su juicio, que "el futuro de Castilla-La Mancha no puede ser la maximización de los beneficios empresariales sin más, pero que no repercuten de forma positiva en la vida de las personas y menos aún si la repercusión es negativa en forma de contaminación o de expulsión de la población, con fenómenos como la gentrificación o las macrogranjas", por lo que ha resumido que "la economía va bien, pero la vida de las personas, no".