Es lo que tiene el furor por las redes sociales y las tertulias, que parece también ha llegado a la Iglesia Católica. Las redes, las tertulias y la ironía las carga el diablo y se llevan por delante al más listo de los curas y al más tonto de los sacristanes y monaguillos.
Ya tiene uno dicho muchas veces que evita entrar en las creencias, reglas y gobierno de la Iglesia Católica, porque no pertenece a ese club y allá los asociados con los estatutos de su sociedad y las prédicas de sus jerarcas. Mientras no pretendan obligarle a uno a cumplir con lo que ellos libremente cumplen no hay nada que decir. Otra cosa, como es el caso de los curas tertulianos, es cuando salta un sainete costumbrista, que podría venir protagonizado por el gremio de hortelanos o el de pensionistas de la RENFE. Lo que ha saltado a los medios es una tertulia de curas con tres toledanos al frente, en un canal de YouTube bajo el título de "La Sacristía de la Vendée" y el subtítulo de "tertulia sacerdotal contrarrevolucionaria", por si alguien de los aficionados al género cotilleo en pandilla no se orienta de por dónde van los tiros. Uno, la verdad, ante tal situación no se ha podido resistir.
Lo primero que les diría a los curas contras tertulianos es que el título en referencia a la Vendée es lo menos comercial que he visto en mi vida. Con la ESO por medio, me temo que en la España actual debe ser un porcentaje ínfimo el que sabe identificar y conoce el episodio de la Revolución Francesa, en el que a la rebelión de toda la región de la Vendée siguieron los episodios más terribles de una feroz represión que se llevó por delante, aparte de los principales cabecillas a un buen número de integrantes de clero. Mejor hubiera sido para calentar a buena temperatura el brasero de las audiencias, haber recurrido a algún episodio de la historia española más cercana y que de ninguna manera hubiera necesitado de subtítulos: "La sacristía de Paracuellos". Un título rotundo para un programa de curas contrarrevolucionarios y que al aficionado español al YouTube no le dejaría ninguna duda.
No me meto, ya digo y reitero, en el fondo doctrinal del asunto, porque en la Iglesia Católica, como en el PSOE, caben todas las corrientes y posiciones imaginables y todo el mundo no puede querer al jefe con la misma intensidad. Eso sí, uno, desde su intención de neutralidad, ve un poco raro que el arzobispo de Toledo, don Francisco del Cerro, se mosquee porque los de la sacristía de Paracuellos deseen para el Papa Francisco el mayor bien que a cualquier creyente en la vida eterna se le puede desear: "Que llegue al cielo cuanto antes".