Escena primera.- Santa María la Blanca, sede del PSOE de Toledo. Día 2 de octubre de 2021. Se ha convocado a los inscritos en el PSOE a votar entre dos candidatos para la Secretaría General Provincial, Álvaro Gutiérrez, ya secretario general de la provincia y presidente de la Diputación y un desconocido teniente de alcalde de un pueblo de la Mesa de Ocaña, llamado Ángel Luengo. Un hombre llega apresurado, entre las 18 y las 19 horas al lugar donde se vota. Cuenta que le han llamado por teléfono para que vaya a votar, pero no sabe si lo puede hacer. Alguien amigable se le acerca y le dice que podrá votar sí está inscrito en el censo. Ese mismo alguien, tan amable, lo comprueba. Y sí, está inscrito. Le indican donde están las papeletas y vota. Se marchará tan rápido como ha llegado.
Escena segunda.- Anunciada la candidatura, por sorpresa y para sorpresa de los actuales dirigentes, de Ángel Luengo, tras obtener los vales establecidos para presentarse –nada diré de la suficiencia del candidato-presidente anunciando miles de avales-, se encuentra en un espacio inerte. Nadie hace nada a la espera del día señalado para la votación. El candidato Luengo denuncia la pasividad y solicita el aplazamiento de la votación para difundir sus propuestas y ser conocido como candidato. Entre algunos de los instrumentos se encuentra realizar un debate que será visto por los inscritos para que elijan entre las opciones presentadas. Ante la denuncia, los responsables pasivos se vuelven proactivos y se aprestan a preparar el debate preceptivo.
Escena tercera.- Se organiza el debate urgentemente, pues los plazos son muy cortos. Se celebrará en la sede del PSOE de Toledo y los afiliados, desde la Jara al Real de San Vicente, desde la Sagra a los Montes de Toledo, desde Ocaña hasta el último pueblo de la Mancha, se podrán conectar en la dirección indicada para conocer las iniciativas de un cada uno de ellos… Pero, ¡oh casualidad! ¡oh, faenas de la tecnología, que se complica a última hora!, la retrasmisión falla. No se puede conectar, se corta. No hay manera de seguir el debate. Los encargados fingen arreglarlo. No llegarán tiempo para que los proyectos de cada aspirante sean conocidos por los votantes. Se llaman “estrategias asimétricas” en la que una de las partes tiene más recursos y capacidades que el contrincante.
Escena cuarta.- A pesar del incidente narrado, la votación se mantiene para el día señalado. El candidato-presidente obtiene un triunfo abrumador. El candidato-aspirante consigue también un triunfo, no tan abrumador desde luego. Vota por él un 14% de los participantes, sin conocer su programa y en algunos casos, ni su persona.
Escena quinta.- Al día siguiente, el ganador exhibe su victoria en diarios y emisoras. Es el triunfo de la democracia interna, se comenta. Así se refuerza el partido socialista, sostienen otros. Algunos llaman a lo ocurrido "Primarias" y se afirma que son buenas para legitimar a los candidatos. El ganador declara que el PSOE ahora es más fuerte, más cohesionado y que sale muy fortalecido de este proceso...
Escena final.- Queda pendiente averiguar cómo, con las escenas narradas, y otras que se han silenciado, deben ser entendidas la pulcritud del proceso y las declaraciones optimistas. Tal vez debamos imaginar que ha sido un extraño experimento en el que causas y efectos se reflejarán en un Expediente X, titulado Ángel Luengo. Nada de lo narrado guarda relación con el modelo de elecciones primarias. Tampoco guarda relación con la imprescindible información que el militante debe disponer para elegir "libremente”"entre propuestas diferentes. Ganan quienes ocupan el poder partidario e institucional, pierden la pluralidad de los partidos, el militante anónimo y los objetivos transformadores de un partido de izquierdas.