BANAL ATREVIMIENTO - Jesús Sánchez-Ajofrín Reverte (14 de mayo de 2018)
Estaba pensando en esa zona intermedia; esa dimensión; ese tramo ignoto que nos debe tender su mano al nacer y al morir; y que, únicamente sabemos de él cuando nos sucede solo dos veces a lo largo de nuestra vida. Esta vivencia puntual, nos abduce de tal manera con su energía, que nos lleva a un estado catatónico del que, sin lugar a dudas, no tenemos ninguna experiencia. A la velocidad de la luz, nos cambia el escenario y la realidad del momento anterior, sin esa capacidad de reacción a la que estamos acostumbrados. Todo ello, nos produce un nuevo giro de tuerca en el sistema cognitivo de nuestra mente, ajustándonos otra dimensión o realidad, que, (sin intermediar palabra) nos sitúa lejos del idealizado calor humano. Nacer, vivir y morir, una ecuación de tres incógnitas, todavía por resolver. Perdonen mi banal atrevimiento, pero no puedo amarrar esta imaginación desbordante que me abruma con el paso de los años.