Muchos de los que siguieron este miércoles el debate del Estado de la Región, en directo o a través de los medios de comunicación, han coincidido en que el presidente del PP-CLM, Paco Núñez, estuvo bien en líneas generales y que podría haber estado mejor sin atropellarse y si hubiera pronunciado su discurso con más sosiego y tranquilidad. Es algo innato a su personalidad que algunos consideran que podría corregir poniéndose en manos de profesionales expertos en oratoria. Pero también es una de sus señas de identidad y la manera de ofrecerse con naturalidad y sin tapujos, aunque no le favorezca.
Tampoco pareció muy acertado querer presentar a un Page cansado, aburrido y en retirada como presidente de Castilla-La Mancha después de verle hilvanar un discurso de casi cuatro horas y media. Eso no es de alguien al que le aburre la política (ni siquiera la castellano-manchega, aunque, eso sí, puede aburrir a los demás con la política) ni que esté en clave de dejarlo en estos momentos en busca de otros horizontes. Page no supo aplicar aquello de "lo bueno, si breve, dos veces bueno". No se sabe a quién se le ocurrió que hiciera el discurso más largo de la historia de estas Cortes regionales ni qué buscaba con ello.
Por eso, lo más interesante de la larga sesión volvió a estar en la disputa de la tarde, en el cara a cara en el que los líderes parlamentarios tienen que improvisar y sacar lo mejor de sí mismos para demostrar que no están ahí por casualidad. Ahí sí brilló Paco Núñez, e importó muchos menos su oratoria de ametralladora. Y no menos brillante estuvo Page al responder, aunque volvió a extenderse algo más de lo necesario. Por su parte, Carmen Picazo, como dirigente de centro y liberal, procuró jugar un papel equidistante, y le salieron algunos momentos especialmente duros contra la gestión del gobierno socialista. Isabel Abengózar, finalmente, cumplió aseadamente con su papel de abogada defensora de la causa del gobierno arreando sin contemplaciones a la oposición (a la oposición del PP, claro).
Volviendo a Paco Núñez, y además de algunas anécdotas que ya hemos contado en EL DIGITAL CLM sobre el debate, hemos conocido el contenido de las tres primeras hojas que encabezaban el paquete de folios y documentos en los que llevaba la base de su discurso. Y no podían ser más entrañables esas hojas ya que eran dibujos de sus hijos con dedicatoria de cada uno de ellos. Desde la niña mayor, Cayetana, pasando por Jimena y terminando por Paquito. Fue su talismán y el recordatorio familiar e íntimo de que en la vida de los políticos hay algo más que política. Seguramente en esas tres primeras planas había más sinceridad que toda la que hubo en las doce horas de debate consecutivas en el convento de San Gil.
Apuntes y correcciones de Paco Núñez para su discurso