La última semana ha estado plagada de declaraciones y acciones en torno al Trasvase y la nueva planificación hidrológica del Tajo, que los regantes de Murcia califican de "burla al sentido común". El enfado con el presidente de Castilla-La Mancha del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura es supino y acusan a Emiliano García-Page de haber conseguido subir los caudales ecológicos del río "en la parte que le da bastantes votos", es decir, por una cuestión meramente electoral.
Sobre la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, los murcianos piden directamente la dimisión por considerarla una "incompetente ideológica". Cuanto más se enfadan los políticos y regantes levantinos mayor es la satisfacción en Castilla-La Mancha al considerar que, ahora sí, se está avanzando en la batalla contra el Trasvase.
Precisamente Teresa Ribera volvió a confirmar el viernes pasado los caudales ecológicos que tanto enfadan a Murcia. Lo hizo en Molina de Aragón (Guadalajara) momentos antes de llegar Page a la localidad, diciendo que la regulación del Trasvase "cada vez trata de ser más cuidadosa tanto para los territorios de cabecera como para los destinatarios, buscando un equilibrio que seguro que requiere aportaciones adicionales de agua a la cuenca beneficiaria y una máxima eficiencia en el consumo y en el empleo del recurso, presentado los objetivos ambientales de la directiva". Asimismo, indicó que siguen "trabajando, escuchando y, sabiendo lo sensible que es el asunto, buscando el máximo consenso".
Mañana martes, 3 de mayo, se reunirá el Consejo Nacional del Agua que debe decidir por votación el nuevo Plan del Tajo. Esta circunstancia ha llevado al presidente de Castilla-La Mancha a trasladar la habitual reunión del Consejo de Gobierno de los martes a la localidad guadalajareña de Sacedón, "capital" de los pueblos ribereños de la cabecera del Tajo. Pondrá así de manifiesto que los castellano-manchegos, empezando por su Gobierno, estarán muy atentos a lo que se decida en el Consejo Nacional del Agua y a sabiendas de que la lucha contra el Trasvase empieza a ser favorable para Castilla-La Mancha por primera vez en la ya larga historia de esta polémica infraestructura.