Castilla-La Mancha a la vanguardia de la preservación natural y el desarrollo sostenible, como compromiso con las futuras generaciones
Opinión del portavoz de Desarrollo Sostenible del Grupo Socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha por el Día Mundial del Medio Ambiente.
El 5 de junio celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente. Este día, instaurado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972, ha servido como plataforma global para sensibilizar y promover acciones medioambientales positivas. Una conmemoración que se amplifica en el contexto actual en el que, además de seguir siendo más necesario que nunca el compromiso y la concienciación en la lucha contra el cambio climático, la pérdida de biodiversidad o la contaminación, se hace necesario también contrarrestar las posiciones negacionistas del cambio climático.
El Día Mundial del Medio Ambiente es una ocasión significativa para reflexionar sobre la gestión y conservación de nuestros recursos naturales en Castilla-La Mancha. En esta región, rica en paisajes diversos que incluyen desde llanuras hasta montañas, y dotada de parques nacionales como lo son el de Cabañeros y las Tablas de Daimiel, se hace necesario reflexionar en esta fecha tanto sobre los logros conseguidos como sobre los desafíos pendientes en materia ambiental de cara al legado que queremos dejar a las próximas generaciones.
La conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente se articula este año bajo el lema "Nuestras tierras. Nuestro futuro. Generación restauración". Jane Goodall dijo que "No puedes pasar un sólo día en la tierra sin causar un impacto en el mundo. Lo que haces marca una diferencia, y tienes que decidir qué tipo de diferencia quieres hacer". Es evidente que cada acción humana deja una huella en el medio ambiente. Los desafíos como la degradación del suelo, la desertificación y la pérdida de biodiversidad no solo afectan al entorno natural, sino también a la economía y el bienestar de las comarcas que dependen de estos recursos.
El lema "Generación Restauración" subraya la responsabilidad de nuestra generación de reparar el daño ambiental acumulado y asegurar un futuro sostenible. En Castilla-La Mancha, una región caracterizada por su diversidad de paisajes y ecosistemas, la gestión sostenible del medio ambiente es crucial. Desde el PSOE de Castilla-La Mancha siempre hemos considerado la defensa del medio ambiente como un compromiso ineludible de nuestra responsabilidad para garantizar un planeta habitable para las futuras generaciones. Por ello, el Gobierno de Emiliano García-Page ha venido apostando decididamente por una política activa de lucha contra el cambio climático, protección de la biodiversidad, gestión responsable del agua, preservación de los espacios naturales de nuestra tierra y, en definitiva, de una política integral y transversal por el desarrollo sostenible. Un compromiso que ha situado a Castilla-La Mancha a la vanguardia de la preservación natural y el desarrollo sostenible.
Un camino, sin lugar a duda, alineado con las estrategias nacionales, europeas y globales, inspiradas en este caso por la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que reconoce el desarrollo sostenible no como una opción, sino una necesidad imperativa. La Agenda 2030 y sus 17 objetivos de desarrollo sostenible representan una hoja de ruta crucial para guiar los esfuerzos globales hacia un futuro más sostenible y equitativo, proporcionando un marco integral que aborda no sólo los aspectos ambientales, sino también los económicos y sociales del desarrollo, resaltando la interconexión entre la salud del planeta y el bienestar humano.
Es fundamental resaltar el compromiso del Gobierno de Castilla-La Mancha con la protección y gestión de los recursos hídricos, defendiendo en primer lugar el mantenimiento de los caudales ecológicos en los ríos de nuestra tierra. Además, Castilla-La Mancha ha implementado proyectos de conservación y rehabilitación de acuíferos, vitales para garantizar el abastecimiento de agua en zonas con riesgo de sequías. Así mismo, también se ha apostado por el desarrollo de infraestructuras destinadas tanto a garantizar el abastecimiento del agua, como a hacer más sostenible el ciclo integral del agua.
La conservación y preservación del medio natural y biodiversidad es una de las prioridades para Castilla-La Mancha. Nuestra región cuenta con más de 100 espacios naturales protegidos y, entre ellos, dos parques nacionales y siete regionales. La creación y mantenimiento de áreas protegidas, como parques naturales y reservas de la biosfera, aseguran la conservación de especies autóctonas y sus hábitats. Estas áreas no solo preservan la fauna y flora locales, sino que también promueven el ecoturismo, generando oportunidades económicas sostenibles para el medio rural de nuestra tierra.
De igual manera, las energías renovables es otro pilar central de las políticas medioambientales de Castilla-La Mancha. La región ha invertido significativamente en energía solar y eólica, aprovechando sus condiciones climáticas favorables. Así mismo, esta región también está a la vanguardia en la promoción de proyectos de generación y uso del hidrógeno verde. Un impulso que no solo contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también posiciona a Castilla-La Mancha como un líder en innovación y desarrollo tecnológico en el sector energético y en fomento del autoconsumo. La transición hacia fuentes de energía limpias es una pieza clave en la mitigación del cambio climático y la reducción de la dependencia de combustibles fósiles.
Otro aspecto relevante es la gestión de residuos y la economía circular. Castilla-La Mancha es pionera y referente gracias a haber sido la primera comunidad autónoma en aprobar una Ley de Economía Circular. La promoción de la reutilización de materiales y el apoyo a iniciativas de economía circular fomentan un modelo de desarrollo más sostenible y respetuoso con el entorno.
Así mismo, las políticas de educación ambiental son claves para el éxito de cualquier estrategia medioambiental. Castilla-La Mancha ha desarrollado campañas de sensibilización y programas educativos dirigidos a todos los segmentos de la población, desde escolares hasta adultos. Fomentar una conciencia ecológica y un sentido de responsabilidad ambiental es crucial para asegurar que las futuras generaciones continúen con estos esfuerzos. Y la educación ambiental también es clave para combatir los peligros que representan las posiciones negacionistas del cambio climático.
Negar la realidad del cambio climático no solo es científicamente irresponsable, sino que también socava los esfuerzos de conservación y pone en riesgo los avances logrados hasta ahora. Las evidencias del cambio climático son abrumadoras: el aumento de las temperaturas, los patrones climáticos erráticos y la pérdida de biodiversidad son fenómenos que ya están afectando a nuestro planeta.
Defender el medio ambiente es no solo una cuestión de justicia intergeneracional, sino también una inversión en nuestro presente y futuro. Las acciones que tomemos hoy para combatir el cambio climático y proteger nuestros recursos naturales determinarán, en el sentido al que se referían las palabras de Jane Goodall, el legado que dejemos a las próximas generaciones. Una responsabilidad con la que Castilla-La Mancha está hoy firmemente comprometida.