Cuando las distintas Administraciones afirman haber llegado a un acuerdo y compromiso para la ubicación de un nuevo cuartel de la Guardia Civil en Toledo, llegan de visita los dirigentes de VOX a la capital regional y se sacan de la chistera -gorra, en este caso- la solución definitiva. Propuestas descabelladas que en toda España sirven para reafirmar sin disimulo alguno el tremendismo retrógrado de una formación cuyas peculiaridades en absoluto discrepan del hábitat ultraderechista.
Y proposiciones de este calado tenemos de sobra por parte de los costaleros de Santiago Abascal, que no cesan de proferir ocurrencias a su paso. Ya lo hicieron con la inmigración y las armas de fuego en Andalucía; petición de nombres y antecedentes penales de las personas que dan charlas sobre LGTBI en los colegios valencianos; en Asturias, con la oficialidad de la llingua; el bloqueo naval en Canarias para frenar las pateras; o el pin parental en las escuelas son algunos de los golpes que VOX va asestando por donde pasa. En Castilla-La Mancha también. Lo acaba de hacer el europarlamentario de la formación, Jaime Buxadé, que en su visita a Toledo ha propuesto convertir las Cortes de Castilla-La Mancha en el futuro cuartel de la Guardia Civil. Un parlamento, según el dirigente de VOX, que ”solo sirve para sacar leyes en contra de los españoles”. Se desconoce si la inquietud institucional por el anuncio corrió de inmediato entre sus señorías con escaño en Gilitos, pues de cumplirse el diagnostico ya se ven de acampada por las calles toledanas para poder desarrollar su labor parlamentaria.
No caben más argumentos y dudas respecto a la afinidad ideológica y política del partido de Abascal, cuando no hacen otra cosa cada día que definirla de palabra y obra, incapaces también de preservar la más elemental convivencia democrática. Ahora solo queda evitar que el tremendismo demostrado por VOX no cale entre otros dirigentes en sus deseos de afianzar sus expectativas de gobierno. Sería una mala noticia para la vida política española por parte de quien aspira a transformar y desfigurar la España democrática. Un caro peaje para este país que esperamos no tener que pagar tampoco los castellano-manchegos.