Es habitual dentro del periodismo económico de este país destacar los beneficios cosechados por el protagonista principal de la noticia, síntoma capital de la brillantez del balance presentado, en perjuicio de otras partidas igualmente determinantes. También en el caso de Eurocaja Rural donde la entidad acaba de presentar el suyo correspondiente al ejercicio de 2023, en el que constata un beneficio neto récord de 101 millones de euros, como también recogieron de inmediato todos los titulares.
Sin embargo, a la indiscutible calidad de sus resultados se une en este caso el de la solidez y solvencia financiera que goza la entidad, gracias también al aumento de sus recursos propios y a la mejora de otros epígrafes del balance como complementos necesarios en su consecución. Un ejercicio que confirma su posición de liderazgo dentro del sector de las cooperativas de crédito en este país, en el que año tras año aumenta su cuota de mercado, plantilla, y oficinas gracias a una expansión comercial muy pegada al territorio. Un modelo de negocio, en definitiva, basado en la gestión prudente de un equipo capitaneado por su director general, Víctor Manuel Martin, y la supervisión de un consejo rector presidido por Javier López.
Mas no están solos. Tras ellos un equipo humano capaz con su esfuerzo cotidiano de contribuir a la obtención de estos resultados. Más de 1.300 profesionales presentes en dieciséis provincias de cinco comunidades autónomas del país, gracias a una red de 457 sucursales en permanente expansión y como única referencia financiera en su ámbito de actuación en 69 localidades. Talento al servicio de una entidad e imprescindible para alcanzar "nuevas cuotas de mercado y para contribuir como entidad de economía social al desarrollo económico y colectivo" de los territorios donde se encuentra presente, en palabras de su director general.
Un esfuerzo comunal del conveniente equipo humano de Eurocaja Rural que posibilita una cartera de socios y clientes satisfechos cada vez mayor, hasta los 524.000 al final del pasado ejercicio. Una pluralidad que ha sabido captar y atender a tantos clientes que se han sentido abandonados, también defraudados, tras la retirada masiva de los grandes bancos en las pequeñas poblaciones de la España vaciada por su escasa rentabilidad. Localidades donde la cooperativa de crédito castellano-manchega, con orígenes en la provincia de Toledo, es en muchas de ellas la única referencia financiera en la población y a la que gracias a su presencia "no manda al cajero" a sus vecinos.