Para que luego se diga que la Junta no ha hecho nada por Talavera
Como se sabe, la época de Franco fue un momento histórico oscuro. No salía el Sol, siempre estaba nublado y los días eran grises e insoportables. Los niños jugaban tristemente, sin alegría, y los adultos soportaban la presión que el Caudillo ejercía personalmente sobre cada persona, dadas sus cualidades para la multilocación.
Así pasaron 37 años de sojuzgamiento en el que en Talavera de la Reina se construyó el sistema de regadíos, lo que supuso la auténtica eclosión demográfica y económica de la ciudad y su comarca. Luego se señaló como polo de desarrollo el polígono industrial de Torrehierro, aún hoy inacabado. Se construyó el Hospital Nuestra Señora del Prado y otra instalación sanitaria que iba a ser referencia mundial y quedó reducida a Centro Regional de Demostración Sanitaria, ahora Instituto de Ciencias de la Salud. Igualmente se hizo la primera guardería para hijos de madres trabajadoras y se levantó, por fin, el tercer y capaz puente del Tajo.
El año que va a entrar en unos días la autonomía de Castilla-La Mancha cumplirá cuarenta años desde que se constituye, en 1978 en Ciudad Real, la asamblea de parlamentarios y se nombra al primer presidente del “ente preautonómico”. Una autonomía creada en una nación que era la octava potencia económica mundial, es decir, que la autonomía partía de la abundancia, mientras que el infame Generalisimo salió de una España en nivel cero por las consecuencias de la guerra propia y de la ajena -me refiero a la II Guerra Mundial-. ¿Qué grandes aportaciones ha hecho la Junta de Comunidades hasta la fecha en la Ciudad de la Cerámica? El puente de los tirantes que debemos a José María Barreda.
Toda comparación es odiosa, solemos decir los que salimos mal parados en el análisis de las semejanzas, sin embargo es un método muy utilizado por las ciencias como forma eficaz para saber por dónde se anda y dónde están las novedades reales. La frase es tan tonta que niega las bases del progreso de la humanidad. ¿Qué es el hombre contemporáneo sino consecuencia de su memoria y comparación con el pasado?
El argumento débil dirá que se han hecho nuevos institutos de enseñanza, modernizado los prexistentes, asfaltado carreteras... Pero todo eso hubiese ocurrido igualmente mandase quien mandase, por simple consecuencia del progreso inherente al hombre, sobre todo, como decimos, en una nación plenamente desarrollada como la española. La decisión política, por ejemplo, es crear la Seguridad Social, que día a día haya mejorado, efecto de su buena organización y planeamiento, pero no por más decisiones políticas. Veremos si haber dado buena parte de su gestión a las comunidades autónomas tiene el mismo efecto a partir de ahora.
Los hechos son relevantes, la elucubración de proyectos, pompas de jabón. Y esos hechos dicen que en Talavera de la Reina el Estado, el gobierno central, le lleva muchas inversiones de ventaja a la Junta, que además del citado puente de los tirantes, también se le puede adjudicar el cierre del Mercado Nacional de Ganado con el acrítico consentimiento de la municipalidad.
Olvidaba citar, en favor del gobierno regional, la creación del centro de estudios universitarios, pero eso lo ha compensado largamente la ciudad dando a la Junta un vicepresidente, cosa que nunca antes había logrado ningún partido político u otra institución democrática local. José García Molina representa más en sí mismo y en la autoridad alcanzada que todo el mencionado centro universitario, cuyo peso en la estructura social y en la vida cultural de la ciudad y su zona de influencia es de todos conocido.
No obstante, siempre habrá un entusiasta que nos regañe: ¡para que luego se diga que la Junta no ha hecho nada por Talavera!