Los ataques de Pablo Iglesias a Pedro Sánchez y al PSOE se multiplican. El secretario general de Podemos no tiene compasión con su rival político y trata de debilitar su liderazgo en cuanto tiene ocasión. Este lunes ha aprovechado su comparecencia en la Moncloa para redoblar tanto sus ataques como sus exigencias a su oponente. Amén de un paquete de reformas que incluyen la celebración de un referéndum en Cataluña, ahora Iglesias también reclama al PSOE que apoye la proposición de ley de emergencia social que los diputados del partido morado presentarán el próximo 13 de enero.
Conforme pasan los días, la posibilidad de un pacto entre PSOE y Podemos para armar un gobierno de izquierdas parece cada vez más lejana. Los barones socialistas han obligado a Sánchez a poner como condición infranqueable a Iglesias la renuncia a la celebración de la citada consulta. Para el líder de Podemos esa es precisamente una exigencia ineludible que se enmarca en un paquete de cinco reformas de la Constitución. Así lo lleva diciendo una y otra vez desde la noche del 20-D.
Obligación y estrategia
Aunque quisiera, Iglesias tendría complicado echar marcha atrás en este asunto del referéndum catalán, teniendo en cuenta que doce de los 69 diputados atribuibles a Podemos ganaron sus escaños en la candidatura En Comú Podem, liderada por Ada Colau. Para ella y sus compañeros la consulta debe celebrarse sí o sí. Y lo mismo piensan los aliados en Valencia y Galicia, con nueve y seis diputados. Son, en total, los 27 escaños logrados merced a las alianzas territoriales de Podemos.
No solo ocurre que Iglesias esté obligado a plantear esta exigencia por sus acuerdos electorales, sino que el secretario general de Podemos está más que cómodo en esta tesitura. Él y el resto de mandamases del partido emergente saben perfectamente que tanto esta reclamación como algunas de sus otras cuatro propuestas de reforma constitucional (cambio en la ley electoral, despolitización del poder judicial, blindaje de los derechos sociales y prohibición de las puertas giratorias) resultan inasumibles para el PSOE.
La estrategia es sencilla: imponer a los socialistas unas líneas rojas que nunca podrán pasar. Así, cuando no las pasen, cargarán en el PSOE la responsabilidad de la falta de acuerdo. Para colmo, Iglesias también sabe que sus propuestas de reformas requieren de unas mayorías reforzadas que no se pueden lograr con la actual configuración del Parlamento, por lo que su hoja de ruta solo conduce a otras elecciones. Unas elecciones en las que Podemos buscará superar al PSOE.
Se beneficia de la división ajena
Las disputas internas surgidas en el PSOE han abonado el terreno para Iglesias. Y en su comparecencia posterior a la reunión con Rajoy, el fundador de Podemos se ha dedicado a explotar esa división, con continuos ataques al liderazgo de Sánchez. Así, ha dicho que "el secretario general no manda en ese partido", que "algunos hablan de sillones y no de los problemas de los españoles", que Pedro Sánchez "no entiende el resultado de las urnas", que su conversación del 24 de diciembre "fue altamente decepcionante", que "el PSOE no va a presentar una alternativa al PP", que "habrá una gran coalición a tres entre PSOE, PP y Ciudadanos" o que pueden apoyar a "un independiente como presidente" antes que a Sánchez.
Iglesias no solo redobla sus ataques a Sánchez, también sus exigencias. Así, este lunes en Moncloa ha vuelto a hacer hincapié en que "no puede haber miembros de partidos en los consejos de administración de empresas estratégicas", en clara referencia a algunos destacados militantes del PSOE. Este argumento, el de las puertas giratorias, fue uno de los que más repitió en la campaña electoral y es otra de sus exigencias que los socialistas difícilmente podrán garantizar. Y, por si las cinco reformas de la carta magna mencionadas no fueran suficientes, ahora el líder de Podemos también quiere imponer la agenda política al reclamar el apoyo del resto de formaciones, el PSOE incluido, a la proposición de ley de emergencia social que presentarán el próximo 13 de enero. "Nosotros no vamos a hablar de sillones, vamos a hablar de los problemas de los ciudadanos".
Es, en definitiva, un intento más de marcar la agenda política y ubicar al PSOE como un partido más preocupado de sus batallas que de los problemas que acucian a los más desfavorecidos de la sociedad. Es, en suma, otra forma de minar a Pedro Sánchez y de bloquear un acuerdo con el PSOE para que vuelva a haber elecciones. No por casualidad, Iglesias ha dicho en la Moncloa que si se convocan, "tendremos muchas opciones de ganar". Ese es su objetivo.
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