Desembocadura de la Rambla del Albujón al Mar Menor.

Desembocadura de la Rambla del Albujón al Mar Menor. Marcial Guillén / EFE

Enclave ODS

Los arrastres de las lluvias en Murcia han supuesto un "aporte de contaminantes" al Mar Menor: "Aumentará la turbidez"

Desde Ecologistas en Acción alertan de que "si no se produce otro modelo de desarrollo para la agricultura de regadío", el problema "aumentará".

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Las intensas lluvias que han tenido lugar durante toda la semana pasada en la Región de Murcia no le han resultado indiferentes al Mar Menor. El propio presidente autonómico, Fernando López Miras, expresó su preocupación el pasado viernes 7 de marzo ante la entrada de "1.000 litros de agua por segundo" a la laguna solo desde la Rambla del Albujón.

Se trata de 42 largos kilómetros en los que se va recogiendo agua que desemboca finalmente en la laguna, cargada de residuos. Pedro Belmonte, portavoz de Ecologistas en Acción de la Región de Murcia, alerta ante ENCLAVE ODS del "problema" que suponen este tipo de lluvias.

El motivo serían, matiza, estas "escorrentías que aportan residuos y contaminantes" que acaban en el Mar Menor. "Aumentará la turbidez y además, con el frágil equilibrio que mantiene la laguna salada, cualquier aporte externo introduce elementos que producen una variabilidad y afectan a la flora y la fauna", indica.

Por su parte, el investigador Antonio Zamora, ambientólogo de la Universidad de Murcia especializado en el Mar Menor, explica que, a corto plazo, "con la entrada de agua de estos últimos días sería de esperar un pequeño pico de subida de los parámetros que habían bajado estos años, como las clorofilas".

El ambientólogo anticipa que esta llegada tan repentina de agua, nutrientes y residuos "no tiene por qué tener un impacto momentáneo, ya que la respuesta de la clorofila es a largo plazo". Esto quiere decir que "la sopa verde no la vamos a tener dentro de una semana, pero lo que ha entrado podría contribuir a que dentro de varios meses sí que empeore de nuevo la condición de la laguna".

Sin embargo, el investigador recalca que "las lluvias torrenciales son fenómenos normales en el sureste, a los que el Mar Menor va a estar expuesto siempre". Zamora explica que en condiciones ideales, y salvando los residuos de origen no natural que llegan por las escorrentías, "la entrada de agua dulce de la lluvia trae consigo nutrientes y sedimentos que hacen que se enriquezcan algunas zonas de la laguna".

"Esa agua dulce también hace efecto llamada para algunas especies de peces que son migratorias entre el Mediterráneo y el Mar Menor, como los mujílidos o los espáridos", detalla el investigador. "También está comprobado que cuando hay entradas de nutrientes se da un 'bum' de fitoplancton, y llegan, por ejemplo, boquerones para regular ese incremento".

"Con lo que ha llovido se recarga también el acuífero, cuyo nivel había bajado, y eso hace que de forma subterránea entre agua a la laguna". En este punto, matiza que estas lluvias continuas y torrenciales "les vienen mejor a unas especies y peor a otras".

Una excavadora de la Confederación Hidrográfica del Segura retira restos vegetales de la Rambla del Albujón, el pasado martes.

Una excavadora de la Confederación Hidrográfica del Segura retira restos vegetales de la Rambla del Albujón, el pasado martes. CHS

Así, Zamora concluye que "estas son regulaciones normales cuando el ecosistema está bien. Pero cuando el ecosistema está perturbado, esas relaciones no son tan directas". Es el caso del Mar Menor, por su frágil equilibrio. "Lo que no le viene bien a ninguna especie es que sucedan fenómenos de mortandad, como ya ha ocurrido en otras ocasiones".

Suelos agrícolas

Desde la Plataforma SOS Mar Menor no dudan en señalar a ENCLAVE ODS que el problema no son las precipitaciones en sí, sino que "cada vez que llueve con cierta intensidad, se producen arrastres de suelos agrícolas cargados de abonos y agroquímicos". Este colectivo ecologista no duda en señalar que esto es algo "negativo porque el Mar Menor sigue empachado de nutrientes".

"Si queremos que la entrada de nutrientes baje lo suficiente como para permitir la recuperación del ecosistema, hay que aplicar medidas de reducción del uso de fertilizantes, junto a otras que frenen esa llegada difusa". La plataforma propone "recuperar y revegetar cauces, zonas de inundación y humedales y crear barreras vegetales en terrenos de cultivo, entre otras medidas".

Desde esta organización ecologista, aseguran con contundencia que "estas lluvias copiosas/torrenciales tienen un efecto negativo en el ecosistema". Ante esto, concluyen que la clave está en "fertilizar menos, y reducir la erosión y las escorrentías".

En esta línea, el portavoz de Ecologistas en Acción de la Región de Murcia, Pedro Belmonte, indica que es necesario "actuar en el origen de la contaminación por nitratos y en menor medida de fosfatos". Así, concluye que "si no se produce otro modelo de desarrollo para la agricultura de regadío, el Mar Menor verá sus problemas aumentados".

Por otro lado, una fuente del Comité Científico del Mar Menor afirma a ENCLAVE ODS que todavía no tienen "ninguna estimación" de los efectos de estas lluvias: "Estamos pendientes de que pasen unos días para ver cómo varían los parámetros".