A la sequía que atraviesa Doñana y la amenaza que supone la legalización de hectáreas irregulares de regadío en su entorno, se suma una actualización de la Junta de Andalucía que ha vuelto a encender las alarmas. Según una resolución publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), la prohibición de acumular gas en el subsuelo de Doñana quedaría anulada.
Las amenazas de Rusia sobre cortar el suministro de gas a países como Alemania suscitan inquietud acerca de los proyectos que puedan reactivarse en Occidente y que puedan suponer un bache en la lucha contra el cambio climático, como puede ser el fracking en Estados Unidos.
En España, son pocos los yacimientos naturales de gas, pero, casualmente, Doñana, uno de los ecosistemas más valiosos de Europa, esconde en sus tripas un recurso que, en plena crisis ucraniana, ha adquirido más protagonismo si cabe: el gas. Allí, en el subsuelo, se acumulan reservas naturales de este recurso.
No obstante, la última resolución publicada en el BOJA no supone la autorización definitiva y última a los proyectos que está planteando Petroleum Oil & Gas Natural, filial de Gas Natural Fenosa, en la zona del parque natural.
Lo publicado por la Secretaría General Técnica de la Junta de Andalucía en su boletín oficial responde a lo acordado por una sentencia anterior, del 21 de julio de 2020, por parte de la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Doñana, uno de los ecosistemas más importantes de Europa, esconde en sus tripas un recurso tan valioso como el gas
La resolución tomada por el TSJA fallaba a favor de una de las cuestiones recurridas por la empresa. En concreto, la decisión judicial finalmente anuló la prohibición de poder almacenar gas en el subsuelo de Doñana. Una cuestión que se vio incluida en el cambio normativo introducido en el 2016 por el que se añadía más protección a la reserva natural.
Juanjo Carmona, abogado y miembro del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), explica que Doñana, en aquel momento, adquirió "un plus de protección" que sí está reconocido en la normativa de parque nacional. A partir de ese momento, quedaba prohibido llevar a cabo proyectos de extracción y almacenamiento como el del gas en Doñana a futuros.
Históricamente, cuenta el experto, los proyectos de gas natural comenzaron a llevarse a cabo en la reserva natural en la década de los 80 y los 90. Entonces, se dieron autorizaciones para el Saladillo, un proyecto de extracción de gas y su posterior almacenamiento, anteriores a la Ley de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental (GICA).
Este, en concreto, se encuentra dentro de la reserva natural, y sigue en marcha hoy día. Como cuenta Carmona, "lo que funciona son los restos de autorización de hace 30 años, pero el almacenamiento, ahora mismo, está paralizado". Además de este, otro de los que sigue activo es el conocido como Marismas Occidental, en el límite de la reserva natural.
Los otros dos proyectos gasísticos, Marismas Oriental y Aznalcázar, están muy ligados, y ambos están paralizados. Carmona explica que se han visto afectados por la sentencia de hace dos años, y por ello, siguen sin llevarse a cabo. No obstante, Carmona asegura que el de Aznalcázar "podrían ponerlo a funcionar si quisieran", solo que "según dice [la empresa], uno sin el otro no tiene sentido".
Como explica el experto, la sentencia ha devuelto el debate sobre el gas en Doñana "a la casilla de salida". En este sentido, es cierto que la prohibición de poder realizar proyectos gasísticos en la zona ya no está, pero aún así, la empresa deberá conseguir las autorizaciones ambientales pertinentes.
Conservar Doñana, una prioridad para el TSJA
Carmona asegura que "esto no es fácil" y que se mantiene una defensa importante para preservar el parque natural. "Hay otras normativas de ordenación del territorio que no dejan la puerta abierta a llevar a cabo cualquier proyecto", cuenta el abogado. Además, sostiene que el escrito del TSJA refleja en todo momento la prioridad de conservar los valores ambientales de Doñana.
El experto explica que lo que se pretende hacer con estos proyectos es extraer el gas que hay en la zona para después almacenarlo en el mismo sitio. Según Carmona, esto sale "mucho más económico" que almacenarlo en superficie. Sin embargo, el abogado asegura que el riesgo que suponen este tipo de proyectos es convertir una zona ya de por sí dañada en una instalación industrial de continuidad.
Para Carmona, se tratan de proyectos que deben ser muy estudiados, porque, entre otras cosas, "hay mucha preocupación por la contaminación que pueda verterse sobre el acuífero", ya en niveles preocupantes, pero que sigue nutriendo de agua el espacio natural.
El escrito del TSJA refleja en todo momento la prioridad de conservar los valores ambientales de Doñana
Además, señala el experto, "está en una zona de alta sismicidad y existe mucho miedo a que pueda haber terremotos como el que se vivió en Lorca", e incluso, añade, "accidentes en zonas forestales de alto valor".
Una alarma compartida también por científicos, el Defensor del Pueblo y la Unión Europea, que entienden que se deben impedir la construcción de nuevas infraestructuras energéticas en la zona y revisar los permisos ya concedidos para las instalaciones gasísticas del entorno de Doñana.
Los ojos de la UE están puestos en Doñana
Sobre la reserva natural pesa, además, la atención continua de Bruselas. Sobre todo después de que el parlamento andaluz, en plena sequía, diera un paso más en la legalización de las hectáreas de regadío irregulares en el entorno de Doñana. Una decisión que va en detrimento de la sanción histórica que recayó sobre España.
Hay que recordar que, en el verano pasado, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) condenó a nuestro país por "las extracciones desmesuradas de agua subterránea" en el Espacio Natural de Doñana. En esta llamada de atención sin precedentes sobre el enclave, el tribunal europeo instaba al gobierno a tomar las decisiones oportunas para preservar el parque natural.
Por este motivo, y dadas las últimas decisiones en torno a la reserva de la Biosfera, desde Bruselas están muy pendientes de los movimientos que se están llevando a cabo tanto en Doñana como en su entorno. Y es que el parque natural recoge toda una serie de potenciales económicos, sociales y ambientales que hay que proteger, pero que están rodeados de amenazas derivadas, paradójicamente, de la actividad humana.