Imagen del cocodrilo Henry.

Imagen del cocodrilo Henry.

Historias

Este es el cocodrilo más longevo del mundo: tiene 123 años, más de 10.000 hijos y se llama 'Henry'

De forma similar a las tortugas, hay estudios que indican que cuando los cocodrilos llegan a viejos entran en una etapa de "senescencia insignificante".

9 octubre, 2024 13:23

La longevidad es, posiblemente, el concepto más estudiado por la ciencia. No solo tratan año tras año de averiguar el secreto de las personas centenarias o aquellos factores que podrían ayudarnos a prolongar nuestra vida, sino que en el mundo animal hay casos sorprendentes, que superan incluso lo que llevan estudiado.

En el mundo animal, existen criaturas que pueden llegar a vivir hasta 400 años, como es el caso de los tiburones de Groenlandia. Algo que puede no resultar sorprendente para muchos, teniendo en cuenta que el océano es el lugar más grande sin explorar de nuestro planeta.

Sin embargo, también hay animales terrestres que han roto con todos los esquemas de la longevidad, y uno de ellos es Henry. Un cocodrilo que tiene 120 años, mide más de 5 metros desde el hocico hasta la cola y pesa 700 kilogramos.

Un cocodrilo con 120 años

Con más de 120 años, Henry ha desafiado las expectativas sobre la longevidad de los cocodrilos del Nilo, una especie que, si bien es conocida por su robustez y capacidad de adaptación, no suele vivir tanto tiempo en la naturaleza. 

Según los cálculos basados en su tamaño y desarrollo cuando fue capturado, nació en 1900 y pasó sus primeros años en estado salvaje. Los cocodrilos del Nilo, como Henry, son una de las especies más grandes y feroces de cocodrilos en África, capaces de crecer hasta los cinco metros de largo y pesar más de 500 kilos.

En el caso de Henry, sus características son difíciles de encontrar en otra parte, así como sus genes, que llevan años siendo estudiados por la ciencia. Tiene un total de 5 metros de longitud y su peso llega a superar los 700 kilogramos.

Henry reside desde 1985 en Crocworld, un centro de conservación de cocodrilos en el delta Okavango, en Botsuana, el lugar en donde nació. Antes de ser trasladado, se le consideraba una amenaza y, de hecho, fue responsable de numerosos ataques a personas y ganado, lo que le otorgó una reputación peligrosa.

Estos incidentes lo convirtieron en un cocodrilo temido, por lo que fue capturado para evitar que siguiera causando estragos en las comunidades cercanas. Su captura fue clave para garantizar su longevidad, ya que, al ser llevado a un entorno protegido, quedó a salvo de los peligros de la caza, el cambio climático y la disminución de presas.

En el Crocworld Conservation Centre, Henry no solo encontró un hogar seguro, sino que también se convirtió en una de las principales atracciones del parque. Su tamaño imponente, su historia y, por supuesto, su edad lo hicieron famoso entre los visitantes, muchos de los cuales viajan específicamente para verlo.

La vida de Henry

A pesar de su avanzada edad, Henry ha demostrado una vitalidad sorprendente. A lo largo de su vida ha tenido seis parejas conocidas, por lo que se estima que ha podido tener alrededor de 10.000 hijos. Aunque parece una cifra exagerada, en cada puesta un cocodrilo hembra puede poner hasta 80 huevos. 

Generalmente, los cocodrilos más viejos tienden a perder interés en reproducirse o su fertilidad disminuye significativamente; sin embargo, la salud de Henry ha sido monitoreada de cerca por los expertos del Crocworld, quienes aseguran que se encuentra en excelente estado físico, lo que le ha permitido continuar reproduciéndose.

El comportamiento de Henry también ha evolucionado con los años. Mientras que en su juventud era conocido por ser agresivo y territorial, en el centro ha mostrado un temperamento más calmado y tolerante, tanto con los otros cocodrilos como con los humanos que lo cuidan.

Este cambio en su actitud podría estar relacionado con la seguridad que le ofrece su entorno actual, donde no enfrenta las mismas amenazas que en su vida anterior en la naturaleza. Aunque sigue siendo un animal salvaje, su longevidad y adaptación al entorno controlado han revelado aspectos sobre cómo los cocodrilos pueden modificar su comportamiento.

El ambiente controlado, la alimentación adecuada y la ausencia de estrés o depredadores parecen haber jugado un papel importante en su capacidad para alcanzar una edad tan avanzada; sin embargo, se cree que también su metabolismo lento ha influenciado.

Además, hay estudios que indican que cuando los cocodrilos llegan a viejos, entran en una etapa de 'senescencia insignificante', que quiere decir que las células envejecen cada vez más lentamente, por eso viven tantos años.

Su longevidad, superior a la media, se ha asociado a que los reptiles, animales de sangre fría, no necesitan comer tanto para mantener el calor del cuerpo, dado que una parte de la energía la pueden extraer del exterior. Por ello, poseen un metabolismo más lento y ven así su vida prolongada.