El nivel de implantación de un plan de igualdad de oportunidades es el indicador clave del nivel de profesionalización en el que se encuentra una organización. Todos somos conscientes de la necesidad legal de tener un plan de igualdad de oportunidades por parte de las empresas de más de 50 empleados, como también lo somos del diagnóstico previo que subyace a este plan y donde se realiza una evaluación de los procesos y herramientas que se aplican en una empresa en materia de Recursos Humanos.

Este análisis y diagnóstico proporciona información del estado actual en el que se encuentran estos procesos y del nivel de objetividad e implantación de los mismos. Además de ser necesario para establecer e implantar un plan de igualdad de oportunidades adecuado.

Contar con una descripción detallada de las distintas responsabilidades de los puestos, los procesos de selección, promoción de objetivos, un sistema de valoración de puestos nivelado con criterios robustos vinculado a la política retributiva tanto salarial como de beneficios, y un plan de evaluación y progresión profesional de la compañía son claves en las organizaciones actuales.

Estos garantizan que el 'ciclo de vida de las personas en la organización' sea óptimo y, consecuentemente, la atracción y fidelización del talento esté garantizada, así como, y por supuesto, el cumplimiento con la igualdad entre hombres y mujeres.

Tal y como observamos en el informe realizado por Adecco Learning & Consulting en materia de igualdad de mujeres y hombres durante este último año en España, el nivel de objetividad y presencia de estos procesos y herramientas de recursos humanos en las empresas está lejos de ser la cifra deseada.

Aproximadamente un 75% del tejido empresarial español no cuenta con un plan estratégico de RRHH definido e implantado a nivel global e integral que ayude en la gestión empresarial y en el cumplimiento del objetivo y estrategia planteado por la empresa.

En general, los procesos de RRHH, como el reclutamiento, selección de personal, promoción, formación y desarrollo, así como las políticas salariales, no están bien definidos en más del 60% de los casos, por lo que carecen de criterios objetivos, así como tampoco procedimientos claros y transparentes.

Esta situación es debida a resultados que apuntan a la desigualdad de género. En este sentido y respecto a la política retributiva, encontramos resultados que apuntan a que los hombres ganan un 11,82% más de media al año que las mujeres. El salario medio en mujeres es de 31.259 euros al año y el de los hombres de 36.832 euros.

Además, el 19,7% de las empresas analizadas cuentan con una brecha salarial superior al 25%. Este dato es importante por venir expresamente reflejado en la legislación española: en su artículo 28.3, indica que cuando se supera este porcentaje debe incluirse una justificación de que dicha diferencia responde a motivos no relacionados con el sexo de las personas trabajadoras.

Estos datos son alarmantes por muchos motivos: la imposibilidad de competir en un mercado internacional con niveles altos de profesionalización empresarial, dificultades para atraer y fidelizar el talento necesario (las personas actualmente buscan empresas organizadas con un plan de carrera y futuro de progresión con un propósito definido respecto hacia dónde se dirige la empresa como relacionado con el rol que cada puesto desempeña y su contribución final. Y todo esto con procedimientos claros y objetivos que proporcionen equidad), y, por último, poder garantizar la correcta implantación de un plan de igualdad de oportunidades.

Estos aspectos son tan críticos que podríamos afirmar una correlación entre la existencia de estos procesos de recursos humanos en las empresas y de forma correcta y el nivel de profesionalización de estas.

Resulta dudoso y cuestionable pensar que todas las áreas de gestión de una organización pueden funcionar correctamente si no tienen cubiertos estos básicos, que vincula no solo a personas, sino también a procedimientos, metodología de trabajo… en definitiva, eficiencia y eficacia.

Nos queda mucho camino por recorrer, muchas batallas por ganar, pero creo que a lo largo de estos últimos años hemos conseguido bajo este compromiso con la Ley de Igualdad poder ir incrementando el nivel de profesionalización de nuestras empresas y ya no solo a nivel táctico y cortoplacista sino también con una visión más estratégica a largo plazo.

***Victoria Benlloch es directora nacional de Estrategia y Negocio de Adecco Learning & Consulting.