“En la madrasa nos levantaban a las cuatro de la mañana para memorizar el Corán, nos decían que estar en España era impuro porque nos podíamos convertir en occidentales y que era importante hacer la yihad”. Este es sólo un extracto de la confesión que obra en poder de la Policía de uno de los cientos de jóvenes musulmanes catalanes que están siendo enviados por sus padres a escuelas coránicas de sus países de origen para radicalizarse.
El autor de este testimonio tiene 19 años, es catalán, vive en un pueblo de Girona, se llama Mohamed y asegura haber viajado al menos en dos ocasiones a Gambia para ser instruido en la variante más radical del Islam. Según él, se negó a permanecer en el centro y fue castigado por los profesores con malos tratos.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han detectado, tal y como desveló este periódico, el desplazamiento masivo durante los últimos años de jóvenes musulmanes escolarizados en Cataluña a madrasas ubicadas en los países de los que proceden. Tal y como ha podido acreditar ya la Policía, los imaprogenitores instan a sus hijos a viajar a centros ubicados en el Magreb y en el África subsahariana para completar su formación islámica.
La Policía ha sido alertada por los profesores de los centros académicos españoles, que asisten a la desaparición constante de alumnos musulmanes, y ha descubierto que los desplazamientos de los jóvenes son sufragados por organizaciones islamistas radicales y promovidos por los imanes de las localidades catalanas. Los profesores han denunciado que, a su vuelta, los chicos regresan con un “perfil radicalizado y violento” y han pedido que se investigue la financiación de estas operaciones.
"Otro fue creyendo que se casaba su hermana"
EL ESPAÑOL ha tenido acceso al contenido del testimonio prestado por Mohamed, que ha relatado a una inspectora de Educación que durante los últimos años ha sido enviado por su familia hasta en dos ocasiones, en 2009 y 2012, a una madrasa de Gambia en contra de su voluntad.
“Mi familia no es muy religiosa, pero lo hace para que tengamos una determinada posición social como imanes”, apunta este chico, al tiempo que añade que con su hermano sus padres han actuado de la misma manera. “Me llevaron engañado diciéndome que iría de viaje y que podría volver con mi madre, pero me dejaron allí”. Según su relato, fue uno de sus tíos quien le engañó para hacer el viaje. “A otro compañero le dijeron que iba a la boda de su hermana y le pasó lo mismo”, agrega.
Una vez en la madrasa africana, Mohamed detalla que les “levantaban a las cuatro de la mañana”, les obligaban a “memorizar el Corán” y les inculcaban el odio hacia Occidente. “Nos decían que estar aquí en España es impuro”, asevera. “Creen que si estás aquí te convertirás en un occidental”. “También nos hablaban de la yihad, que es importante para los musulmanes hacer la yihad”. De esta manera, prosigue este joven, “muchos” chicos musulmanes “cuando volvían (a España) pensaban de manera diferente”.
"Me pegaban con cables y me fui a la embajada"
Mohamed ha decidido dar el paso de contar su experiencia tras escaparse de una de estas escuelas. “Dejé de ir a la madrasa en Gambia y mi tío me pegó. Estuve varios días durmiendo en la calle hasta que fui a la embajada española, donde hablaron con mi madre (en Girona) para que me reclamara”. “En la madrasa me pegaban mucho, con cables en la cabeza y en la espalda. Yo les chillaba y les decía de todo”, apostilla.
Este mismo joven denunció a los Mossos d'Esquadra en 2012 que sus padres querían mandarle a Gambia por segunda vez en contra de su voluntad. Los servicios sociales intentaron impedirlo pero finalmente acudió ya que, como explica ahora, fue presionado por su padre, se desdijo ante las autoridades y comunicó a la policía que quería desplazarse de forma voluntaria.
Este catalán de origen africano está colaborando en estos momentos con la Policía para intentar determinar el paradero de otros jóvenes que han abandonado la escuela en Cataluña durante los últimos tiempos. Los investigadores concentran sus esfuerzos en tres de los municipios con mayor población musulmana de Cataluña. Se trata de Salt, que con un población de 30.103 habitantes tiene un porcentaje de población extranjera del 40%. Pero también de Guissona (49,1%) y Castelló d'Empúries (48%).
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