El PSOE reconoció el catalán como "lengua propia" de Aragón, en un gesto que algunas voces interpretan como el primer paso hacia la oficialidad del idioma en la comunidad autónoma. Chunta Aragonesista (CHA), que con dos diputados gobierna en coalición con Javier Lambán y el apoyo parlamentario de Podemos, coló una enmienda en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos. Esta modificación, enterrada en un marasmo de normativa económica, cambia una ley de patrimonio cultural de 1999 y reinterpreta el Estatuto de autonomía, que no menciona el catalán. La enmienda, que también reconoce al aragonés o fabla que se habla en áreas pirenaicas, fue aprobada con los votos de PSOE, Podemos, CHA e Izquierda Unida.
Lambán ha sido uno de los barones territoriales del PSOE más crítico con la decisión de Pedro Sánchez de prestar cuatro senadores a Esquerra y Convergència. Fuentes del partido recordaron que una cosa nada tiene que ver con la otra y que lo único que se ha hecho en Aragón es "llamar a las cosas por su nombre". Pero la realidad es que tanto Cataluña como Aragón disputan, incluso en los tribunales, el patrimonio cultural y la lengua de la zona limítrofe entre ambas comunidades conocida como la Franja.
Manifestación de protesta en marzo
Las casi 60 asociaciones y entidades aragonesas contrarias a esta nuevo escenario, agrupadas en la plataforma No Hablamos Catalán, anunciaron la convocatoria de una manifestación de protesta en marzo en Zaragoza. Luis Gascón, presidente de la Federación de Asociaciones Culturales del Aragón Oriental, pidió al PP y al PAR (Partido Aragonés) que lideren este movimiento de oposición.
"Me parece una locura que Aragón fuera el primer feudo de la Corona y ahora nos quieran imponer esta denominación y finalmente apropiarse de la Franja, que es lo que quieren", dice Gascón. "Hablamos aragonés de pura cepa y nadie nos puede cambiar los orígenes y menos lo que nos enseñaron nuestros antepasados".
Pero dentro de la propia comunidad también existen grupos que piden la cooficialidad y defienden que lo absurdo es no reconocer que ese idioma es catalán. "Defendemos el catalán porque es un patrimonio de Aragón", señala Juan Luis Camps, presidente de la Associació Cultural del Matarranya, en Teruel. "Aquí se confunde el tocino con la velocidad. Defendemos la lengua que se habla en el territorio sin ninguna intención política".
El pancatalanismo
Se calcula que entre 50.000 y 60.000 personas de la zona limítrofe entre Aragón y Cataluña hablan este idioma que tiene diversas denominaciones. El nombre popular más común es el chapurreau. También se conoce como aragonés oriental. Y después hay tantas variantes dialectales como municipios: fragatino, en Fraga, o tamaritano, en Tamarite, por ejemplo. La similitud con el catalán es innegable. Son idiomas con un tronco común, pero algunos expertos sostienen que hasta el 50% de su gramática y léxico es diferente. En la reforma del Estatuto aprobada en 2007 se evitó mencionar el catalán para salvaguardar la unanimidad del acuerdo.
El único estudio sociocultural en profundidad que se hizo sobre las lenguas del Aragón oriental se remonta a 1995. El 90% de la población dijo que su idioma materno no era el catalán. Pero en las escuelas de la zona se puede estudiar catalán de forma optativa y muchos de los habitantes de la Franja trabajan en Cataluña y necesitan el idioma como herramienta de trabajo.
La Generalitat ha subvencionado regularmente a las asociaciones que defienden el catalán de Aragón. Y existe la ensoñación de los Países Catalanes, que agruparían a todos los territorios de habla catalana. El área incluye la Franja aragonesa o Franja de Ponient, como la denominan las organizaciones pancatalanistas.
¿Una tercera ley de lenguas?
La iniciativa del gobierno Chunta-PSOE es sólo un primer paso de una reforma lingüística más amplia. La CHA, que ha apoyado públicamente la autodeterminación de Cataluña, busca una reforma de la actual ley de lenguas. Sería la tercera que tiene Aragón, donde poco más de un 5% de la población tiene una lengua materna distinta al castellano. Si se aprobara la cooficialidad, cualquier comunicación oficial de la administración podría ser en catalán.
La primera fue durante el gobierno del socialista Marcelino Iglesias, natural precisamente de una de estas localidades limítrofes catalanoparlantes. La medida reconoció el catalán, pero no se culminó el camino hacia su cooficialidad. El posterior gobierno del PP derogó la ley y eliminó la referencia al catalán. El idioma pasó a llamarse Lengua Aragonesa Propia del Área Oriental. Las organizaciones catalanistas construyeron el acrónimo Lapao y acusaron a la presidenta Luisa Fernanda Rudi de mofarse del catalán llamándole Lapao.
Los bienes de la Franja
La polémica se produce en un momento especialmente delicado de las relaciones institucionales entre Aragón y Cataluña. El Tribunal Supremo resolvió recientemente que se ejecute la sentencia que el pasado abril condenó a la Generalitat de Cataluña a devolver las 97 obras de arte del Monasterio de Sigena (Huesca) vendidas a la Generalitat por las antiguas monjas. Lambán dijo el miércoles que podría incluso reclamar la intervención de la Policía si la administración catalana incumple la orden del Supremo.
El presidente aragonés hizo estas valoraciones en Sijena, donde se constituyó un frente común de ayuntamientos aragoneses afectados por los litigios mantenidos con Cataluña en torno a los bienes artísticos de sus parroquias.