Llegó el turno de la infanta Cristina de Borbón. Después de tres semanas escuchando los interrogatorios del resto de acusados, la hija de Juan Carlos I y hermana de Felipe VI deberá dar sus explicaciones al tribunal que la juzga por dos delitos fiscales cometidos por su marido y en los que ella habría colaborado. 'Kid', como cariñosamente le llama su esposo, Iñaki Urdangarin, tendrá que convencer a la Sala, presidida por la magistrada Samantha Romero, de que ella no participó en el fraude fiscal llevado a cabo por su marido a través de la sociedad Aizoon, de la que ambos eran socios al 50%.
La acusación que hay contra ella es muy concreta. El juez que la sentó en el banquillo, José Castro, limitó su presunta responsabilidad en la cooperación necesaria de los delitos fiscales de Urdangarin, que habría utilizado la sociedad Aizoon para declarar a Hacienda como Impuesto de Sociedades su trabajo como asesor en varias compañías, entre ellas Telefónica, y que tendría que haber declarado como IRPF, cometiendo así un fraude a la Agencia Tributaria.
Es decir, el tribunal no puede juzgarla por lo presuntamente cometido por Urdangarin en el Instituto Noos, esto es por haber obtenido de manera irregular dinero público y haberlo desviado a empresas suyas y de su socio, Diego Torres, sin justificación real. La Audiencia Provincial de Palma ya desvinculó a Cristina de Borbón de toda esa parte de la causa y sostuvo que la hija del que fuera entonces el rey no tenía porqué conocer las actividades delictivas de su marido en Noos.
El Rey Juan Carlos, planea en el juicio
A pesar de esta limitación, el papel de la infanta en Noos planea de manera constante en el juicio. Y no sólo su papel, sino el de su padre y el de las personas de máxima confianza de éste, es decir, su asesor José Manuel Moreno Romero, conde de Fontao, el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, el asesor fiscal de la familia real, Federico Rubio Carvajal, y la amiga de Juan Carlos I, Corinna zu Sayn-Wittgenstein.
La persona que durante años trabajó mano a mano con Urdangarin, su socio Diego Torres, ha asegurado de manera tajante e insistente que la Casa Real tenía un control "total" sobre el Instituto Noos y sobre todo lo que hacía el yerno del entonces monarca. En un primer momento, Torres aseguró que la familia de Cristina de Borbón fue la que actuó para quitar al ex jugar de balonmano de la primera línea de fuego cuando empezaron a salir noticias sobre el manejo irregular de dinero público por parte de Noos pero solo para guardar las apariencias, conociendo y consintiendo que en realidad seguía al mando del Instituto.
Esta versión la dio Torres en la fase de instrucción ante Castro. Ahora, en juicio, la versión ha sido ligeramente modificada. El ex socio de Urdangarin sigue manteniendo que la Casa Real controlaba y supervisaba el trabajo del Instituto Noos pero sin embargo sostiene que el cuñado de Felipe VI abandonó Nóos en 2006 y no sólo para guardar las apariencias sino que realmente dejó su papel en Nóos, a pesar de que existen correos y declaraciones de personas que reconocen que realmente Urdangarin siguió vinculado al Instituto y siguió repartiéndose el dinero público obtenido con su socio.
Doña Cristina, sola
A pesar de todos los nombres vinculados a la Casa Real que han salido en la investigación, la única que está en el banquillo de los acusados es Cristina de Borbón. Ella se ha convertido en la representante de la Monarquía en un juicio en el que es inevitable que salga a relucir el nombre del rey Juan Carlos I.
La infanta está sola en un juicio que va más allá que su presunto delito fiscal. Su marido sí está teniendo el apoyo de su familia. Dos hermanos suyos han estado en el público acompañando al matrimonio en este trance. Pero por parte de ella, el mensaje que se quiere dar es que no tiene el apoyo de su familia. Desde el banco de las defensas se percibe que se trata de una familia que tiene mucho de Real y poco de familia.
¿Es una acusada más?
Cada vez que se pronuncia el nombre de Cristina de Borbón en la sala de vistas saltan chispas. Su abogado, Pau Molins, lucha por evitar que se relacione a su defendida con el Instituto Nóos. Durante el interrogatorio realizado por la abogada de Manos Limpias, Virginia López-Negrete, a Torres, el letrado mostró su “enérgica” protesta porque el tribunal no paraba los pies a su compañera de la acusación, que insistía al ex socio de Urdangarin para que dijera si la hermana del Rey Felipe VI sabía lo que tramaba su marido.
Hasta el fiscal exigió que las preguntas de la abogada se declararan impertinentes. Pero el tribunal ha optado por dar manga ancha a Manos Limpias para no dar lugar a la mínima sombra de sospecha de que se pueda estar dando un trato de favor a Cristina de Borbón. Ya espetó la presidenta, Samantha Romero, una frase que quería marcar el paso en el juicio: “El tribunal va a blindar su independencia, que quede muy claro”.
A varios abogados que están presentes en el juicio también les llamó la atención cómo la magistrada intentó cortar al fiscal Pedro Horrach cuando éste preguntó a Urdangarin sobre el supuesto papel que había podido tener la infanta. “Es la primera vez que vez que una acusación cuestiona la prueba de otra acusación”, señaló Romero. La magistrada quiso parar los pies al fiscal, que intentaba demostrar que la infanta era ajena a lo que hacía su marido en el Instituto Noos.
'Kid', amor o clave del fraude
Para demostrar lo absurdo de que la infanta haya llegado al banquillo de los acusados, Horrach preguntó a Urdangarin que si al referirse a su mujer como "kid" en un correo electrónico en realidad era un lenguaje secreto para defraudar a Hacienda. "Kid" es el nombre cariñoso que el yerno de Juan Carlos I utiliza para dirigirse a su mujer.
Después de que finalice el interrogatorio de su marido, será el turno de ella. Fuentes de la defensa sostienen que Cristina de Borbón se va a negar a responder a las preguntas de la abogada de Manos Limpias, única acusación que va contra ella. Aunque el fiscal haya solicitado en varias ocasiones el archivo de la causa respecto a la hermana del Rey Felipe VI y por tanto no ejerce acusación contra ella, Horrach tiene planeado plantearle alguna pregunta.
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