La declaración del ex jefe de la Casa de su Majestad el Rey, Alberto Aza, ha dejado evidenciado la absoluta división entre la infanta y su marido con la Casa Real. Aza ha sido tajante cuando ha dicho que los asuntos de Iñaki Urdangarin no eran competencia de la Casa. “Urdangarin era simplemente el marido de la infanta”, recalcó. De esta manera, el que fuera mano derecha de Juan Carlos I marca una clara barrera con el principal acusado del 'caso Nóos'.
“Urdangarin no podía funcionar de manera institucional sino acompañando a su mujer porque él no tenía ningún tipo de función”, insistió. “¿Pero no era duque de Palma?”, preguntó el abogado del ex socio de Diego Torres, que intentó demostrar que la Casa Real controlaba el trabajo de los socios en el Instituto Nóos. “Con todos mis respetos, lo de duque de Palma no implica un papel institucional, no es un titulo honorífico”, aclaró.
Aza declara como testigo en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Palma por el 'caso Nóos' y en el que están sentados en el banquillo de los acusados Urdangarin y su esposa, la infanta Cristina de Borbón, junto a otros quince acusados. Tanto el yerno de Juan Carlos I como su socio Diego Torres insisitieron en sus interrogatorios que toda la labor del Instituto Nóos así como todas sus cuentas y datos fiscales fueron controlados y supervisados por la Casa Real. Aza es el primer testigo relacionado con la Familia Real que declara en el juicio y ha negado cualquier actividad de control a los negocios de Urdangarin, quien presuntamente habría recibido dinero público de manera irregular a través del Instituto, desviárselo a sociedades privadas o cometer dos delitos fiscales.
Urdangarin era un tema privado
El letrado Manuel González Peeters mostró al testigo una serie de correos electrónicos entre el ex asesor de las infantas, Carlos García Revenga, y Urdangarin, en los cuales este último le ponía al corriente de ciertas actividades de Nóos, le pedía consejo e incluso que le corrigiera una carta que iba a enviar a la entonces alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. “Se trata de una actividad marginal privada de Revenga porque no tiene capacidades de llevar a cabo este tipo de labor dentro de la Casa. Debe permanecer al ámbito privado porque no sería en absoluto admisible. El tema de Urdangarin es un tema privado y no son competencias de la Casa. Seria un contrasentido”, espetó Aza.
El que fuera jefe de la Casa con Juan Carlos I hasta 2011 ha sido muy insistente. La Casa Real no tenía competencias sobre las actividades de Urdangarin y el único trato que se tenía con él era por su condición de marido de la infanta. Si García Revenga se cruzó esos correos electrónicos y mantenía contacto con él era porque les unía una antigua relación dado la estrecha colaboración de García Revenga con Cristina de Borbón.
¿Y si lo hizo con carácter privado por qué utilizó el correo de la Casa?”, le preguntó el letrado de Torres. “No veo nada malo que lo haya utilizado. Esto no avala la teoría que lo hizo en nombre y representación de la Casa”, ha añadido.
A pesar de que, según su versión, la Casa Real desconocía las actividades de Urdangarin, Aza ha reconocido que se le instó a abandonar no solo el Instituto Nóos sino cualquier actividad mercantil cuando comenzaron los rumores del manejo por parte de la asociación sin ánimo de lucro de una cantidad elevada de dinero público.
“Había que desvincularse del entramado”
“¿Quien tomo la decisión de la desvinculación, la Casa o el asesor?”, le preguntó la presidenta del tribunal, Samantha Romero. El asesor jurídico del Rey, José Manuel Romero, conde de Fontao, fue quien comentó a Aza que había rumores sobre Nóos y Urdangarin que podían perjudicar la imagen de la institución. “Yo le pregunté qué se podía hacer y el asesor me dijo que había que desvincularse de todo el entramado y de cualquier sociedad mercantil”, señaló.
Según la versión de Aza, se tomó esta decisión porque si Urdangarin seguía con sus negocios la imagen de la Corona se podía ver afectada. “¿La orden era desvinculación absoluta o sólo de órganos directivos de empresas?”, le volvió a preguntar al presidenta del tribunal, para intentar aclarar que papel tuvo la Casa Real en los negocios de Urdangarin. “La palabra orden no es la apropiada porque no se le puede dar órdenes. El consejo era que se desvinculara de cualquier actividad mercantil”, indicó.
Ante esta respuesta, el abogado González Peeters insistió: “Entonces por qué Romero conocía que después Urdangarin fundó la Fundación Areté?”. Según Aza, el asesor jurídico del Rey tuvo conocimiento después y se le volvió a aconsejar que la cerrara. Después intervino en la Fundación Deporte, Cultura Integración, a través de la cual el ex duque de Palma consiguió un contrato con el Ayuntamiento de Madrid, una vez abandonado el Instituto Nóos. “Creo que es un recurso de Romero para intentar dar respuesta a Urdangarin con sus inquietudes en actividades fundacionales”.
Actuación “inapropiada”
La razón de por qué Romero actúa de esta manera es que mantiene una relación con la Familia Real “desde la época de maricastaña” y quiso ayudar al jefe de la Casa, Juan Carlos de Borbón, “ a que tomara conciencia que las actividades que estaban llevando en Barcelona podían tener una repercusión en la Casa”.
Ahora bien, Aza dejó claro que en ningún caso se pensó que Urdangarin estaba cometiendo una actuación irregular en el Instituto Nóos. “Inapropiada sí pero no irregular”, señaló. En ese mismo instituto, la infanta Cristina de Borbón constaba como vocal de la Junta Directiva. Sin embargo, Aza desconocía este papel de la hija del entonces monarca. “No sabía que la infanta esta en Nóos, me parecía irrelevante. No me llamaba la atención. Tiene su vida privada y se trata de actividades honestas y correctas, y por eso no me pareció trascendente. Después de lo sucedido, tiene una relevancia que ahora sí le concedería”, subrayó.
“¿Tuteló la Casa Real a Urdangarin?”
El secretario general de la Casa de su Majestad el Rey insistió a lo largo de todo su interrogatorio como testigo que la Casa Real asesorara o tutelara a Iñaki Urdangarin, en contra de lo afirmado por el cuñado del Rey Felipe VI. “¿Tuteló la Casa Real los negocios de Urdangarin?”, le preguntó la fiscal. “Respuesta negativa. En la Casa de su Majestad del Rey no se podía recibir documentación relativa a la labor de Urdangarin”, señaló.
Aza también negó conocer a los asesores fiscales de Urdangarin, como Miguel Tejeiro. “No tengo ni idea de quienes son”, añadió. Los dos ex socios de Nóos aseguraron en el juicio que el asesor fiscal de la Familia Real, Federico Rubio, se reunía todos los años con Tejeiro para revisar los datos fiscales del Instituto Nóos así como de sus empresas.
También explicó cómo desde la Casa se dio la recomendación a Urdangarin que debía dejar el Instituto Nóos, tras la preocupación por las informaciones publicadas sobre la gestión por parte del yerno del entonces monarca del dinero público a través de Nóos, tras una pregunta parlamentaria realizada. “No sospechábamos de cosas delictivas sino que las pautas del comportamiento público de personas de la familia y personas relacionadas, había que tener delicadeza porque cualquier actividad empresarial podría entenderse como trato de favor y pensamos que había que aplicarlo en este caso”, indicó.
Rato reconoce una reunión en Zarzuela con Camps
Por su parte, el ex ministro de Economía, Rodrigo Rato, ha reconocido que existió una reunión en el Palacio de la Zarzuela con el rey Juan Carlos I y el entonces presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps para hablar de la preparación de la Copa de América que se iba a celebrar en Valencia, aunque ha negado que en ésta estuviera la alcaldesa Rita Barberá.
Rato, que ha declarado en calidad de testigo, ha explicado que conoce a Urdangarin de reuniones oficiales o sociales por diversos motivos.
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