Íñigo Errejón ha vivido sus días más difíciles en política. En su particular semana de pasión, el número dos de Podemos ha sufrido tres vendettas que sin duda tardará en olvidar. Los golpes han sido obra del propio líder de la formación emergente, Pablo Iglesias, y de otros dos pesos pesados como Juan Carlos Monedero y Miguel Urbán. Unos y otros, por diferentes motivos y cada cual a su manera, han ajustado cuentas con Errejón.
1. Iglesias se cobra la cabeza de Pascual
Quien bien te quiere, te hará llorar. Pablo Iglesias e Íñigo Errejón presumen de una profunda amistad. Pero aún más arraigada es la sintonía entre el número dos del partido y Sergio Pascual, que era secretario de Organización y, por ello, número tres de Podemos hasta que el pasado martes, a las 23.30 horas, Iglesias comunicó que le desposeía de sus funciones orgánicas. Con esta decisión del líder, Errejón se quedaba sin su mano derecha, sin el fiel escudero al que conoció en Bolivia y al que después convenció para que entrase en la dirección del partido.
Pascual no fue guillotinado por casualidad. Fue una vendetta de esas tan habituales en los partidos políticos, sean estos nuevos o viejos. Tanto el propio Iglesias como sus pretorianos responsabilizan al decapitado de la crisis interna que estalló en Podemos Madrid la pasada semana. Y, sobre todo, creen que él y su entorno, o sea los errejonistas, son culpables de algunas filtraciones que han erosionado a la formación.
Cuentan algunas voces del partido que todo se desencadenó el pasado lunes, cuando El Mundo publicaba que la sucesión de dimisiones de errejonistas en Madrid era culpa de "la ambición" de los diputados Tania Sánchez y Miguel Vila, próximos a Luis Alegre, líder de Podemos en Madrid, y al propio a Iglesias. Esta información detonó una nueva batalla en una guerra que parecía aplacada o al menos arrumbada a finales de la semana anterior, cuando los dos principales dirigentes se conjuraron para frenar la sangría. El enfado fue mayúsculo entre el núcleo pablista. Y la consecuencia ya es conocida: fulminar a Pascual horas después de "defender la belleza" (y la unidad) del partido.
2. Monedero recuerda que los cargos son fugaces
Al día siguiente de que Iglesias apartase a Pascual, diferentes pesos pesados de Podemos justificaron la decisión. Entre ellos estaban Irene Montero o Rafa Mayoral. Pero una voz destacó entre el resto: la de Juan Carlos Monedero. El cofundador de Podemos envió un mensaje de Telegram a sus correligionarios. En dicho texto hacía autocrítica que cabe achacar a todo el partido, sí, pero sobre todo señalaba en la dirección de Pascual y Errejón.
Entre otras cosas, el profesor universitario decía que "en la organización que a mí me gustaría tener, Pascual, como cualquier otro, hubiera dimitido después de la crisis madrileña". Criticaba que los dimisionarios de Madrid -todos afines a Errejón- "dan más importancia a su situación personal que al proyecto colectivo". Además, afirmaba que "no entiendo que nadie en Podemos se aferre a los cargos". Recordaba, por tanto, que los puestos son fugaces, como él mismo demostró cuando renunció a ellos. Claro que no fue algo sencillo.
Y es que este mensaje de Monedero no puede desligarse de la crisis que padeció Podemos justo hace un año. Entonces, el pulso era precisamente entre Monedero y Errejón y los suyos. Estos últimos ganaron aquella batalla y el profesor universitario dejó sus cargos orgánicos en el partido. Sigue fuera del mismo, actuando como un verso suelto que, según afirma, se dedica a "vigilar" a sus correligionarios para que no pierdan de vista sus orígenes ni a sus círculos. Una tarea, en suma, que es la contraria a la estrategia impuesta en los últimos tiempos por Errejón y Pascual.
3. Urbán critica el "autoritarismo"
En solo dos días, Errejón veía cómo Iglesias fulminaba a su gran amigo Pascual y cómo su enemigo político Monedero hurgaba en la herida. Pero aún le quedaba por sufrir. El jueves Miguel Urbán y Brais Fernández publicaban una tribuna en Eldiario.es sobre "La 'crisis' de Podemos". Los dos autores forman parte de Anticapitalistas -antigua Izquierda Anticapitalista-, que es la corriente interna que defiende postulados más a la izquierda y siempre ha vertido duras críticas a la estrategia moderada y a la estructura organizativa impuestas por la cúpula dirigente y, especialmente, por Errejón.
Pablo Iglesias ha utilizado sus atribuciones de Secretario General para destituir a uno de los mayores ejecutores del modelo Vistalegre, basado en la construcción vertical y autoritaria, en el famoso giro al centro en las posiciones políticas
Todo el texto resulta interesante para conocer qué ocurre en la formación, pero hay un párrafo revelador y que parece dedicado a Errejón: "Pero como Podemos es un partido de paradojas, el modelo vencedor adoptado, curiosamente, se vuelve contra quien lo fomentó. La destitución de Sergio Pascual se ha hecho de forma estatutaria y respetuosa con el modelo de partido aprobado en Vistalegre. Pablo Iglesias ha utilizado sus atribuciones de Secretario General para destituir a uno de los mayores ejecutores del modelo Vistalegre, basado en la construcción vertical y autoritaria, en el famoso giro al centro en las posiciones políticas, en un modelo plebiscitario-populista que copiaba en demasiadas cosas a los Partidos Comunistas del siglo XX, pero sin su arraigo en fuerzas sociales vivas. Los sectores dimisionarios en el Consejo Ciudadano de Madrid y el propio Sergio Pascual pertenecían al sector que diseñó, defendió y ejecutó Vistalegre". Un modelo de organización que, como dicen más adelante, está "lleno de limitaciones, trampas burocráticas e insuficiencias". Duro mensaje, en suma, para el número dos de Podemos por parte de aquellos a los que derrotó en la Asamblea Constituyente de Podemos, en octubre de 2014.
Y el colofón: Pablo Echenique
Por si las vendettas políticas de unos y otros no eran suficientes, otro hecho ha golpeado a Errejón. Este viernes, por sorpresa, Pablo Iglesias proponía como número tres de Podemos a Pablo Echenique en sustitución de Pascual. El líder remataba su golpe de mando y consumaba su alianza con todos aquellos que han lanzado más y mayores reproches a Errejón. Llega "un nuevo estilo" a Podemos que choca con los deseos del sector errejonista.
Ni siquiera Iglesias llamó específicamente a su número dos para explicarle esta decisión que afecta sobremanera al funcionamiento y al futuro del partido. Se le comunicó "al mismo tiempo que a todo el Consejo Ciudadano", según explicó el propio secretario general. El colofón a la peor semana política en la carrera de Errejón.
Desde que Iglesias destituyó a Pascual, el número dos de Podemos parece haber desaparecido de la vida pública. En esta suerte de semana de pasión, Errejón no acudió al Congreso ni hizo declaraciones ni siquiera se manifestó en las redes sociales, más allá de dos tuits, uno para apoyar el mensaje de despedida de Pascual y otro para respaldar a Rita Maestre cuando se supo que había sido condenada por asaltar la capilla de la Complutense.
Quienes le conocen aseguran que está muy dolido con todo lo que está sucediendo, más allá de que Pablo Iglesias e Irene Montero hayan dicho que el número dos está trabajando en la reunión de Podemos y PSOE de la próxima semana. Algunos medios han publicado que Errejón prepara un contraataque para el Consejo Ciudadano del próximo 2 de abril, cuando toda la dirección tiene que decidir si respalda el nombramiento de Echenique como número tres. Vuelva cuando vuelva y con la actitud que lo haga, Errejón tiene un motivo para estar alegre: ya ha pasado lo peor. Solo le queda resucitar.
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