"No se puede hacer una tortilla sin romper un solo huevo". Así resume un veterano dirigente del PSOE la actitud de Susana Díaz desde el 20 de diciembre y hasta este lunes, cuando su oportunidad de disputarle a Pedro Sánchez el liderazgo del partido comenzó a desvancecerse, quizá para siempre. Susana Díaz aún no ha dicho en público que quiere liderar el partido, consciente de que hacerlo supondría enfrentarse directamente a Sánchez. Salvo que lo anuncie por sorpresa, su momento tendrá que esperar a después de las cada día más probables nuevas elecciones a las que Sánchez concurriría de nuevo como cabeza de cartel.
Ferraz pidió a primera hora del lunes retrasar de nuevo el congreso ordinario del partido, que en realidad debía haberse celebrado ya hace más de un mes. Independientemente de que haya o no congreso, los estatutos del PSOE fijan que antes de cualquier cita con las urnas el candidato será escogido por primarias. Sin embargo, el proceso se dilata en el tiempo y es imposible llevarlo a cabo ni aunque se ponga en marcha el mismo 2 de mayo, el último día para investir presidente de Gobierno antes de disolver las Cortes.
Según sus estatutos y reglamentos, modificados en 2014, el PSOE debe celebrar unas primarias abiertas a la ciudadanía donde pudieran votar militantes y ciudadanos que se sientan próximos al PSOE, aunque no tengan carné. En 2015, la planificación reservaba dos meses para el proceso. No se llegó a desarrollar porque sólo hubo un candidato que reuniese los avales necesarios: Pedro Sánchez.
Si se disuelven las cortes el día 2 de mayo y se mantiene el esquema de los últimos comicios, entre el día 3 y el 23 de mayo, límite para presentar las candidaturas a la Junta Electoral, el PSOE debería convocar las primarias, organizar la recogida de avales durante al menos 10 días, habilitar 20 días para que los ciudadanos se puedan inscribir, 15 para la campaña de los candidatos y también algunos para posibles recursos sobre el proceso. Es decir, hacer en pocas semanas lo que reglamentariamente lleva dos meses. Y después, conforme al resultado, acabar de conformar las nuevas listas electorales para remitir a la Junta Electoral y comenzar la campaña. En otras palabras: sería imposible hacer las primarias según las normas del partido y eso brindaría a Sánchez la justificación perfecta para confirmarse como candidato sin alternativa.
Primero España, después Sánchez de nuevo
El sábado, una reunión del Comité Federal del PSOE, donde se reúnen unos 200 dirigentes, tiene previsto aprobar el aplazamiento del congreso. El leitmotiv de Ferraz es sencillo y efectivo: primero España, después el PSOE. Según la Ejecutiva, no tiene sentido abrir un debate sobre el partido y renovar la dirección mientras se negocia un pacto de investidura que puede concluir con un socialista en el palacio de la Moncloa, el mismo al que se quiere relevar. Si Díaz decidiese hacerlo, podría ser acusada de poner por delante sus intereses personales frente a los del partido y el país.
Muchas federaciones del partido apoyan el aplazamiento propuesto por Sánchez. Entre ellas están algunas teóricamente más cercanas a Díaz, como Castilla-La Mancha, Extremadura y Aragón. El PSOE andaluz, que la semana pasada ya abonó la posibilidad del aplazamiento por boca del diputado por Sevilla Antonio Pradas, optó por ponerse de perfil. "En Andalucía vamos a esperar a escuchar las explicaciones de la dirección federal y de otras federaciones para posicionarnos", dijo Juan Cornejo, secretario de Organización del partido en la región.
La actitud contrasta mucho con lo decidida que en privado se muestra Susana Díaz, para quien relevar a Sánchez es ineludible. Durante esta Semana Santa, su entorno alimentó la idea de que Díaz se presentaría, sí o sí, al congreso. Fieles a Díaz consultados por EL ESPAÑOL así lo aseguraban con firmeza hasta el punto de que su advenimiento parecía inminente. Sin embargo, la jornada de este lunes apuntaba justamente a lo contrario: un enésimo amago de la presidenta de la Junta. En palabras del veterano socialista, al intento de elaborar una tortilla sin huevo. "Un farol", según el equipo de Sánchez.
El malestar con el resultado electoral
En ciertos sectores del PSOE hay un hondo malestar con Sánchez. El 20 de diciembre se consumó el peor resultado de la historia del partido y no pocas voces lamentaron el intento de Sánchez de convertirse en presidente. Lo hicieron incluso en el Comité Federal, el máximo órgano entre congresos, y las grabaciones acabaron filtrándose a la prensa.
Según los críticos con el líder socialista, lo responsable hubiese sido asumir la derrota y quedarse en la oposición. Díaz no lo impidió entonces, permitiendo a Sánchez dar fuelle a su candidatura a la investidura, y se limitó a acotar alguna de sus posibles intenciones.
El 28 de diciembre, el Comité Federal prohibió a Sánchez negociar con ERC y Democracia y Libertad, la nueva marca de Convergencia Democrática de Cataluña, ambas formaciones embarcadas en un proceso de desconexión de Cataluña de España. El 30 de enero, otro cónclave impidió que el congreso federal se retrasase a junio, como quería la Ejecutiva, y lo fijó para mayo.
Pero Sánchez siguió su camino y ahora la inestabilidad institucional probablemente le ayude a consolidarse como líder del PSOE pese a los continuos pellizcos de los barones críticos con su gestión.
La oportunidad de Díaz, tras las elecciones
Según Cornejo, número dos de Díaz en el PSOE de Andalucía, los socialistas de esta región no darán la guerra por mantener las fechas del congreso. "Sí puedo garantizar que nunca seremos un obstáculo" si la mayoría del partido pide retrasarlo, dijo en una rueda de prensa. Cornejo tampoco habló de las primarias a la presidencia del Gobierno y Ferraz asume ya que Sánchez será el candidato a la Moncloa si, como parece, Podemos no se abstiene para que Sánchez sea presidente.
Así, Díaz podría estar pensando en presentarse a la secretaría general del partido después de las nuevas elecciones del 26 de junio. "Corregiría así el error del 20 de diciembre, cuando dejó a Sánchez que soñara con ser presidente", según fuentes del partido. En el PSOE hay tan pocas esperanzas de que el candidato socialista mejore mucho su resultado como de que logre ser investido antes del 2 de mayo.
Las encuestas indican que Ciudadanos es el partido que ha rentabilizado el pacto de investidura fallido y el PSOE no sube en intención de voto pese a los problemas internos de la formación de Iglesias. "Podemos está hecho un desastre, pero el sorpasso aún es posible, sobre todo si esta vez van con Izquierda Unida", que obtuvo casi un millón de votos, recuerdan fuentes socialistas.
Sin embargo, esperar a que Sánchez se estrelle de nuevo tiene sus riesgos. Para empezar, porque podría no ocurrir. Segundo, porque con los mismos argumentos el líder socialista podría reclamar de nuevo su derecho a intentar formar Gobierno si no haya una mayoría clara. Y tercero, porque dos meses en política son mucho tiempo y algún acontecimiento inesperado, como la aparición de un relevo de consenso para el PSOE, podría dejar a Díaz fuera de combate.
Noticias relacionadas
- Sánchez pide retrasar el congreso del PSOE para evitar que interfiera en la investidura
- "Todos dicen I love you": por qué PP, PSOE y Podemos cuentan con Albert Rivera
- Los socialistas andaluces no se mojan y aguardan a las explicaciones de Ferraz
- Susana Díaz prepara su irrupción en las cinco semanas más frenéticas de la democracia