Dudó hasta de si debía seguir en política, pero la lealtad que siente hacia su partido le ata a Galicia. Alberto Núñez Feijóo se presenta por tercera vez a la reelección de la Xunta en contra de sus propios principios, ya que siempre ha mantenido que un presidente debe serlo únicamente durante dos legislaturas. Los tiempos no le han acompañado en sus pretensiones y se ha visto casi forzado a optar a la reelección. “Ha sido una cuestión de necesidad, el PP no tenía banquillo para intentar retener” la única región de la que pueden presumir tener mayoría absoluta, reconocen fuentes internas del partido, aliviado por la decisión final del gallego. Fuentes cercanas al presidente del PP regional aseguran que el “único argumento” que le ha convencido para pelear en la carrera electoral regional es “conseguir ganar de nuevo para ser un valor incontestable” de cara al postmarianismo.
Núñez Feijóo ha elegido la junta directiva regional que el partido celebraba este sábado en Santiago de Compostela para anunciar su continuidad. En su intervención, ha remarcado que su idea es Galicia y ha intentado despistar con su verdadero interés, que es desembarcar en Madrid. “Siempre que he podido he escogido Galicia”, remarcó una y otra vez. “Me presento como candidato porque creo que somos los únicos que podemos dar un proyecto a Galicia; me presento porque quiero exigirme más. No seré un candidato de manual”.
El dirigente gallego ha admitido delante de sus compañeros que ha tenido muchas dudas sobre su futuro, sobre la política y sobre qué debía hacer. Con lágrimas en los ojos, ha comenzado su intervención haciendo un repaso a los diez años que lleva como líder del PP en la comunidad y algunos de los presentes lo interpretaron como un adiós. La tensión solo duró unos minutos. Su intervención fue seguida con detenimiento desde Sevilla, donde Mariano Rajoy se reunía con la cúpula de su partido y militantes para dar el pistoletazo de salida a la campaña electoral 'en diferido'.
La foto de familia
Para lanzar un mensaje de unidad, se hizo foto con los vicesecretarios más jóvenes y que más recelos despiertan entre las viejas glorias del PP. Andrea Levy, Javier Maroto, Pablo Casado y Fernando Martínez-Maillo escucharon cómo el presidente del Gobierno respiraba tranquilo tras confirmar lo que Feijóo le confesó en privado: que optaría a la reelección. Rajoy aprovechó su intervención para ensalzar la decisión de su compañero y amigo, que ha sufrido una presión “públicamente y en privado de forma bestial. Génova ha puesto toda su maquinaria para convencerle de que no tenía otra opción”.
En clave interna, todas las miradas están ahora puestas en quién es el popular que está mejor posicionado de cara a encarar el postmarianismo. “Si Pedro Sánchez consigue formar Gobierno, el congreso extraordinario tendrá que celebrarse y no tiene sentido que se presente Rajoy”, reconocen fuentes internas del partido. En este escenario, si Feijóo consigue revalidar su puesto aunque sea con el apoyo de Ciudadanos, como Cristina Cifuentes en Madrid, “será sin ninguna duda la persona que más peso tendrá para encabezar esa transición”.
Moncloa contra los vicesecretarios
La nueva disputa que existe entre Moncloa y los jóvenes vicesecretarios del PP sacan a la luz otras dos vertientes que luchan por el poder: los seguidores de Soraya Sáenz de Santamaría y los de Pablo Casado. Tanto la vicepresidenta del Gobierno como el vicesecretario de Comunicación son dos opciones muy aceptables dentro del partido para suceder a Rajoy. La 'número dos' del Ejecutivo cuenta con un hándicap: no tiene peso en el partido. Por el contrario, la 'generación Casado' ha eclipsado ya a históricos de su partido como Javier Arenas y María Dolores de Cospedal, como contó EL ESPAÑOL.
De hecho, la dureza con la que los más jóvenes han atacado a su propio partido por la tibieza con la que han castigado algunos casos de corrupción ha provocado una catarata de críticas hacia su persona de los círculos más insospechados. “Todo es culpa de lo mismo: todos están pensando en el día después de que Rajoy dé el paso al lado”. Hay quien ve en esta batalla el principio de una guerra por el control del partido a medio plazo. “Y Feijóo tendrá mucho que decir si retiene Galicia, estamos al comienzo de la guerra. Ya veremos quién es el sucesor”. La batalla acaba de comenzar.