Una bajera a orillas del Manzanares. Casi cinco toneladas de medicamentos. A la entrada, muchas salas sin usar con el mobiliario amontonado. Desorden. Al fondo, las luces ya encendidas y muchos carteles: antibióticos, antiparasitarios, tensiómetros, analgésicos... Las cajas se agolpan unas sobre otras, pero cada una en su lugar.
Si no fuera por la sonrisa de los voluntarios y por que este local lo ha cedido la Comunidad de Madrid, sería carne de investigación policial. Las banderas de Venezuela y España y las cámaras de televisión roban el romanticismo a lo que podría ser una novela de narcotráfico. Todos estos fármacos tienen el mismo objetivo: viajar a Venezuela para luchar contra la crisis humanitaria que asola el país. "El chavismo ha destruido la economía y ahora estamos sufriendo las peores consecuencias", dice un voluntario.
"Al llegar, nos topamos con Maduro"
Adolfo Martini -"sí, como el vermú"- es vicepresidente de ASEVED, Asociación Española Venezolana por la Democracia, y voluntario del almacén. Viste vaqueros, americana y una mezcla de nervios e ilusión que le hace gesticular y hablar con rapidez: "Enviar medicamentos es urgente. La carencia es brutal. El padre de una amiga falleció en una clínica privada porque le dio un infarto y no tenían medios para tratarle. Imagínate cómo están las cosas en lo público...". Pero lo más difícil no es recaudar, los cargamentos se encuentran con un obstáculo al llegar: los servicios aduaneros de Maduro.
La puerta de este almacén comenzó a abrirse el pasado siete de junio. Una concentración en la Puerta del Sol terminó con casi cinco toneladas recogidas, cuando las expectativas giraban en torno a dos. A partir de ahí comenzaron las negociaciones con Cifuentes, que terminó dejándoles este espacio.
En un abrir y cerrar de ojos, los voluntarios se encontraron con miles de cajas. Dar con un médico, dice Martini, fue clave: "Como ves, todo está clasificado, aunque esa parte -señala unas cuantos bultos- todavía está pendiente. Cada paquete combina un poco de todo para así repartir de forma proporcional y eficaz".
Una furgoneta contratada carga y conduce hasta al aeropuerto. Los destinos son, casi siempre, Caracas y Maracaibo. Hasta la frontera, ningún problema. Entonces, aparece la aduana de Maduro: "Tenemos muchísimos problemas. Se juntan dos factores. Primero, Maduro se niega a reconocer la crisis humanitaria. Si lo hiciera, se podrían enviar cantidades masivas sin ningún problema y a menor coste porque así lo permite la Organización Mundial de la Salud. Segundo, quiere invisibilizar la crisis y nuestra ayuda. No acepta que seamos críticos con el régimen", relata Martini. Según cuenta, Carlos Baute -cantante venezolano- envió una gran cantidad de medicina a título personal y el cargamento fue requisado en la aduana.
Insinúa que Maduro no quiere que lleguen medicinas a Venezuela cuando, en teoría, son imprescindibles. ¿Cómo lo justifica? "Es parte de una estrategia. Quiere tener al pueblo sometido e indefenso. Así lo puede comprar con una bolsa de comida o de fármacos".
Pero, ¿por qué dice que Venezuela sufre una crisis humanitaria? "Cuando llegó Hugo Chávez puso la expropiación a la orden del día. Los resultados de esas políticas las estamos viviendo ahora. Es un desastre. Muchas empresas han quebrado. Además, ha habido mucha corrupción y tráfico de influencias. Por otro lado, nadie quiere invertir. ¿Para qué si te pueden quitar la empresa de un día para otro?", se pregunta Martini.
Las cinco toneladas son sólo el punto de partida. ASEVED, VENESP y el resto de organizaciones venezolanas en España quieren seguir adelante. "Cifuentes está bastante involucrada y nos ha prestado este espacio, de momento, sin fecha de caducidad". ¿Qué tal las relaciones con Carmena? "Son cordiales. Creo que mantienen un debate interno sobre Venezuela. Muchos no ven con buenos ojos el régimen de Maduro. Algunos nos han ayudado difundiendo convocatorias y en la tramitación de permisos, que están en marcha y no sabemos si saldrán adelante", explica Martini.
Según cuentan los voluntarios, los donantes habituales son venezolanos que viven en España y personas con la doble nacionalidad. Esta comunidad se ha incrementado en Madrid un 19% en el último año -en términos relativos-. La venezolana es la nacionalidad que más ha incrementado su presencia en la región.