Moragas, Ayllón, Casado y Maroto: los ministrables con los que no contó Rajoy
Aspiraban a ocupar una silla en el Consejo de Ministros, pero todos se quedan sin cartera.
5 noviembre, 2016 02:08Hubo cuatro nombres que salían en todas las quinielas a ministros, pero ninguno de ellos fue señalado por el dedo de Mariano Rajoy para ascenderlos. El hombre que más se echó de menos en la foto del Consejo de Ministros fue el de Jorge Moragas, jefe de gabinete del presidente del Gobierno, aspirante a dirigir el ministerio de Exteriores que el presidente quitó a José Manuel García-Margallo.
"No lo ha nombrado no por castigarlo, sino por todo lo contrario: por hacer demasiado bien su trabajo". Quienes conocen de cerca a Mariano Rajoy coinciden en el diagnóstico: “Es una legislatura muy complicada, de mucho diálogo, donde la oposición puede tumbar todo lo que quiera. Y Jorge es uno de los hombres en los que más confía el presidente, lo necesita donde lo tiene”. La función de Moragas es controlar la agenda del presidente y volcarse en la proyección internacional del jefe del Ejecutivo. “Si lo nombra ministro de Exteriores, se dedicaría a viajar por el mundo. ¿Quién acompañaría al presidente a Bruselas?”, se preguntan las mismas fuentes.
El no ascenso de José Luis Ayllón es muy parecido al de Moragas. “Lo ha hecho tan bien en la secretaría de Estado de Relación con las Cortes, que cuando una cosa funciona bien, ¿para qué moverla?”, se preguntan en fuentes conservadoras. El diputado catalán llegó al Parlamento en el año 2008 y fue el 'número dos' de Sáenz de Santamaría cuando ésta era portavoz parlamentaria en la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero.
Ayllón, el dialogante
Cuando Rajoy ganó en 2011, Ayllón ascendió y le encomendaron escribir los argumentarios: los documentos que cada lunes fijan los mensajes del PP que distribuyen entre sus dirigentes y afiliados sobre temas concretos. Su trato afable y cercano le ha convertido en uno de los populares más queridos entre la bancada de la oposición. De hecho, es fácil verlo conversar por los pasillos del Congreso con el portavoz de Unidos Podemos en el Congreso, Íñigo Errejón; o el socialista Antonio Hernando. Su papel en las negociaciones con Ciudadanos también lo convirtieron en uno de los favoritos del equipo de Albert Rivera para ocupar una cartera ministerial.
Los nuevos vicesecretarios que entraron en la cúpula del Partido Popular en junio de 2015 tampoco han sido agraciados con el salto al Ejecutivo. Pablo Casado es el eterno hombre señalado para todo. Desde el entorno de José María Aznar y Esperanza Aguirre lo señalan como el hombre que debería suceder a Mariano Rajoy en la presidencia del partido. Hasta que eso ocurra, su nombre sale en todas las apuestas.
Génova sigue intacta
Vicesecretario de comunicación, es una de las caras que más se granjea con los medios. De palabra amable, conforme alguien le mete en una quiniela Casado se saca. “Estoy muy bien donde estoy”, repetía una y otra vez los días previos al jueves, cuando Rajoy cerró la lista de ministros. A Javier Maroto tampoco le gustaba verse en las quinielas. El exalcalde de Vitoria estaba llamado a ocupar un súperministerio basado en Asuntos Sociales. También sonó su nombre en el ministerio de Educación. Finalmente se queda en Génova, con la secretaría de Acción Sectorial, y con su escaño recién estrenado .
Todos los vicesecretarios coinciden en un diagnóstico: Rajoy remodeló la cúpula hace tan solo un año y sería incomprensible que “desvistiera un santo para vestir otro”, en boca de un miembro del Comité de Dirección del PP. Además, el PP tiene que celebrar su congreso nacional en los próximos meses y habrá que ver si los cachorros consolidan su liderazgo en detrimento de Javier Arenas y María Dolores de Cospedal. La ministra de Defensa ya ha adelantado que su intención es compaginar la dirección del ministerio con la secretaría general del PP.