La Operación Mito, que se saldó con la detención de 43 personas -entre ellas, el histórico narco Sito Miñanco-, ha permitido la desarticulación de una de las redes más eficaces de tráfico de drogas de Europa. En el marco del operativo, los agentes han requisado 5.000 kilos de estupefacientes y bienes e inmuebles por valor de 15 millones de euros.
Tras una investigación de más de veinte meses, los agentes han intervenido casi 5.000 kilogramos de estupefacientes y han detenido a 43 personas. Además se han requisado bienes e inmuebles por valor de 15 millones de euros. En la explotación operativa se ha procedido al bloqueo de 171 inmuebles, 5 barcos y 139 cuentas bancarias y otros productos financieros, detalla la Policía Nacional.
La operación Mito se inició tras detectar la presencia en Marbella del conocido narcotraficante gallego junto a otros miembros de su organización. Tras varias gestiones iniciales se pudo determinar que se hallaba presuntamente inmerso en actividades relacionadas con el tráfico de drogas, si bien actualmente estaba asentado en Algeciras. La organización mantenía su principal infraestructura en Pontevedra, aunque actualmente desarrollaba la mayor parte de su actividad delictiva en el sur de la península.
La trayectoria de Miñanco
La organización seguía estando dirigida por el considerado como mayor narcotraficante de Europa. José Ramón Prado Bugallo, más conocido como Sito Miñanco, inició su carrera delictiva como contrabandista en los inicios de los años 80 y posteriormente como traficante de drogas, siendo detenido anteriormente en dos grandes operaciones contra el tráfico de drogas en los años 1991 y 2001. Fue uno de los implicados en la Operación Nécora, si bien logró escapar hasta que fue arrestado en otra operación en 1991 por lo que cumplió siete años de prisión. En 1998 salió de la cárcel en libertad provisional hasta que fue detenido nuevamente por la Brigada Central de Estupefacientes en agosto de 2001 por intentar introducir 3700 kilos de cocaína en un barco.
Desde agosto de 2001 a 2011 permaneció en prisión. Actualmente estaba cumpliendo una condena de 16 y 10 meses en el Centro de Inserción social de Botafuegos, en régimen de semilibertad pues sólo acudía a pernoctar al centro.
En esta última etapa de su carrera criminal se ha asociado a organizaciones criminales búlgaras, turcas y holandesas. Además poseía una extensa red de colaboradores españoles de su máxima confianza que conformaban la organización dedicada al tráfico de drogas más poderosa de Europa. En la investigación se ha constatado las continuas medidas de seguridad adoptadas por los integrantes de la organización. Usaban terminales encriptados para comunicarse e incluso se desplazaban por toda la geografía española para entrevistarse personalmente con el principal detenido y seguir sus órdenes de manera directa. Con todo ello evitaban ser detectados por los investigadores y dificultar y eludir la acción policial y judicial.
Una minuciosa labor policial ha permitido la identificación plena de los miembros que se encontraban al servicio de la organización criminal en diferentes provincias españolas. En Pontevedra, personas de confianza del capo gallego eran los encargados de la coordinación, logística y transporte. La organización asentada en Madrid estaba compuesta por ciudadanos españoles y colombianos. Se encargaban del transporte de dinero en metálico o de sustancias estupefacientes mediante el uso de vehículos con compartimento oculto “caleta” y de la recepción del dinero de la organización procedente del tráfico de drogas para su envío a Colombia por otras personas (“mulas”).
3800 kilos de cocaína en alta mar
Varias son las incautaciones de droga que se relacionan con esta compleja organización. En enero del pasado año, el GEO interceptaba un barco mercante en alta mar e intervenía 3.800 kilogramos de cocaína. Pocos meses después, otros 616 kilos de la misma sustancia eran intervenidos en un contenedor en la ciudad holandesa de la Haya. Además se han interceptado grandes cantidades de dinero que trataban de sanear estas “caídas” de la sustancia estupefaciente. Gracias a los medios de cooperación policial internacional y a las gestiones practicadas por los investigadores, se han conseguido vincular todas las aprehensiones con la organización desmantelada.
Tras conocer la interceptación del referido mercante con los 3800 kilogramos de droga y para evitar ser descubierto, el responsable del grupo ordenó el hundimiento de las planeadoras que se encontraban esperando para realizar el trasvase de la mercancía en alta mar y cuyo valor asciende a varios millones de euros.
El blanqueo de dinero
Una de las partes fundamentales en la infraestructura de la organización eran unos astilleros gallegos dedicados a la construcción y venta a terceros de embarcaciones totalmente lícitas. La mercantil utilizaba esa actividad legal para tener acceso al puerto y permitir la entrada de las sustancias estupefacientes. Además, el capo gallego controlaba varios negocios que le permitían introducir en el circuito legal el dinero procedente del tráfico de drogas, y utilizaba sociedades para la elaboración de contratos y facturas ad hoc. Así justificaban documentalmente la entrada de dinero de procedencia dudosa.
Además de estos negocios, la organización disponía de una estructura societaria instrumental para titular inmuebles que habrían sido adquiridos con el dinero procedente del tráfico de estupefacientes. Del mismo modo la organización empleaba otros sistemas de blanqueo de capitales cuyos indicios habían sido detectados a lo largo de la investigación, tales como el movimiento de dinero en efectivo mediante correos humanos o mulas, uso de locutorios para envío de dinero procedente del narcotráfico, y la compraventa de inmuebles con dinero ilícito.
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