Ignacio González niega cualquier relación con el pago de 5,4 millones de euros en comisiones por la compra de una filial del Canal en Brasil en 2013. Sin embargo, en su contra pesan tanto la declaración de su colaborador Edmundo Rodríguez Sobrino como la del garganta profunda colombiano Diego García Arias. Ambos le colocan en sus comparecencias judiciales como el principal receptor de la mordida, a través de terceros. Sin embargo, hay un nuevo elemento que complica todavía más el escenario judicial del expresidente madrileño y le vincula de forma indiciaria con esos pagos: su agenda electrónica.
Desde que en diciembre de 2017 Diego García Arias señalara a González como el presunto organizador de la mordida y el político madrileño negara los cargos, la Guardia Civil trata de recabar pruebas que vinculen a Ignacio González a ese dinero. Y las encontraron, según un informe remitido a la Audiencia Nacional el pasado mes de marzo.
En él, los investigadores confirman a juicio policial la triangulación de órdenes entre Ignacio González, Rodríguez Sobirno y el exdelegado de Ceuta Luis Vicente Moro para organizar la llegada a España de dinero procedente de esos sobornos, gracias a un proveedor del canal llamado Epsilon Genrencia de Proyectos SA. Algo que desde el entorno del expresidente de la Comunidad de Madrid niegan de forma rotunda.
El correo de la nuera
La operación para traer parte de los fondos arrancó presuntamente el 19 de enero de 2013, cuando Diego García Arias envió a su superior, Edmundo Rodríguez Soberino, un correo con el asunto "factura de seguridad". En el cuerpo del envío, el arrepentido de la operación Lezo aportaba los datos de facturación de la empresa Epsilon Gerencia de Proyectos.
Por otro lado, los agentes confirman en la agenda electrónica de González que el 31 de enero de 2013 (doce días después) se produce una reunión entre el presidente de la Comunidad de Madrid y "LVM" (cuyas siglas coinciden con las de Luis Vicente Moro) y dos horas más tarde "ERodriguez" en la sede que el Gobierno autonómico tiene en la madrileña Puerta del Sol.
Ese mismo día y una hora después de que se produzca esa reunión, los agentes localizaron un correo electrónico en el ordenador de Rodríguez Sobrino con el apunte "Pendientes presid". Bajo esas líneas, en el punto seis aparece la factura de 6.000 euros en "seguridad". El mismo concepto que aparecía en el correo de Diego Arias y que el arrepentido habría reconocido como un movimiento para intentar repatriar fondos.
El 27 de febrero de ese mismo año y según la agenda del presidente, se produce una nueva reunión entre González y Rodríguez Sobrino. Poco después, el responsable del Canal en Sudamérica envía a su propia cuenta un nuevo corre. Esta vez la anotación "seguridad, factura 6.000" aparece aparece junto a otro apunte en mayúsculas: "Hecho".
El 7 de abril de 2013, Rodríguez Sobrino recibe un correo electrónico desde una dirección desconocida para los investigadores. No cabe duda de que es alguien relacionado con el exdelegado del Gobierno en Ceuta Luis Vicente Moro, ya que como archivo adjunto, lleva anexo una factura a nombre del expolítico y colaborador de Ignacio González. El documento -remitido desde una dirección que podría pertenecer a la nuera de Luis Vicente Moro- es una factura de 6.000 euros girada a nombre del proveedor colombiano del Canal Epsilon Gerencia de Proyectos. En este caso, el concepto es por "servicios técnicos prestados" en enero de 2013. Sin más datos.
Una tarjeta de crédito para España
Pese a la cuantía, la operación es importante ya que a juicio de la Guardia Civil, relacionaría directamente a González con el presunto cobro de comisiones en Colombia por parte de personas de su confianza. Las mismas que un año después viajarían a República Dominicana para repartirse parte del botín de la compra de filial en Brasil según la versión del arrepentido Diego García Arias. Ahora los agentes rastrean las cuentas de Luis Vicente Moro, su patrimonio y la documentación decomisada en los distintos registros en busca de nuevas transferencias desde filiales del Canal.
Ante la Justicia española, el arrepentido Diego garcía Arias vinculó directamente a Luis Vicente Moro con la mordida millonaria y explicó que todos los presuntos participantes abrieron cuentas en el Helm Bank de Panamá. Todos excepto Ignacio González y Luis vicente Moro. Pero por motivos distintos. La parte del entonces presidente de la Comunidad de Madrid iba a ser gestionada por Edmundo Rodríguez Sobrino. En el caso de Luis Vicente Moro, el banco no quiso aperturar la cuenta al estar condenado por delitos de corrupción en España.
"Entonces los giros se hacen de la siguiente manera y empiezo por mi. Un millón y medio se le gira a Diego García. Creo que me lo hacen en dos giros. Novecientos mil a Helm panamá y seiscientos mil a BHD Dominicana. A Ramón Navarro millón cuatrocientos. Yo de este millón y medio tenía que darle 200.000 a Edmundo para poder compensar y tenía que darle 400.00 a Luis Vicente Moro. Y Ramón del millón cuatrocientos tenía que darle quinientos mil a Luis Vicente Moro".
El principal problema, según la declaración del arrepentido colombiano, negada de forma reiterada por la defensa de González al considerarla falsa e interesada para buscar un pacto con la Fiscalía, era la forma en la que el exdelegado del Gobierno de Ceuta debía recibir el dinero. "Los 400.000 dólares a Luis Vicente Moro se los entregué aquí, en República Dominicana".
García Arias contó en diciembre de 2017 a la Fiscalía española que entregó el dinero en mano y en efectivo al político español porque en esa época "no había ningún problema allí". "Edmungo me dijo: Luis Vicente va a ir para allá porque yo estaba desesperado con eso. Yo decía oye, este hombre qué. A qué cuenta... yo no quiero tener esa plata".
"Entonces hablé con mi ejecutivo de cuentas (en Dominicana): Diego no hay problema de nada. Tráelo. Solamente que venga él personalmente y que traiga el pasaporte [...] En Dominicana nos encontramos (Luis Vidente Moro y yo) en el hotel Embajador y nos fuimos al banco. Le dejé con mi ejecutivo de cuentas. Él es como un poco torpe para el tema de las claves y de esto. Consignamos el dinero y se le entregó una tarjeta. Y con la tarjeta, del banco BHD de República Dominicana. Y con esa tarjeta él lo que le dijimos que hiciera es que volviera a España y que retirara en cajeros. Él retiraba en cajeros electrónicos. No se si sacó la plata o no la sacó ni se el número de cuenta ni nada de eso".
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