El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero trató de exhumar los restos de Francisco Franco pocos meses después de llegar al poder tras las elecciones de 2004 en las que fue derrotado Mariano Rajoy. Varias fuentes al corriente de la operación, finalmente frustrada, han explicado a EL ESPAÑOL que no se trató sólo de un mero deseo o de una idea latente sino que llegó a explorarse con seriedad.
El Gobierno socialista se puso en contacto con la familia de Franco y se celebraron reuniones por medio de una persona interpuesta y extremadamente discretas. Hasta ahora no habían salido a la luz. En el asunto trabajaron muy pocas personas y de la absoluta confianza de Zapatero. Carmen Franco, hija del dictador, se involucró personalmente al ser interpelada por el Gobierno.
"Fue poco después de llegar al poder. Su hija nos hizo saber que no se opondría a la exhumación porque, según nos dijo, la voluntad de su padre nunca había sido la de ser enterrado allí ni de esa manera sino reposar junto a su mujer", explican las fuentes consultadas en referencia a Carmen Polo, que reposa en Mingorrubio, en el municipio madrileño del Pardo donde Franco vivió y gobernó.
"Su hija nos explicó que la decisión de enterrarlo en el Valle de los Caídos había sido exclusivamente del rey [Juan Carlos I] y que no se manifestaría en contra siempre que se hiciese con respeto a los restos mortales y sin publicidad", según las mismas fuentes. Lo que Carmen Franco no quería eran fotos ni grandes alardes. Sólo deseaba que los restos de su padre descansasen sin ser objeto de un debate público permanente. Mingorrubio parecía un buen lugar.
Un Gobierno en estado de gracia
El Gobierno de Zapatero se encontraba entonces en estado de gracia. "Teníamos claro que queríamos provocar muchos cambios, que tuvieran impacto, que mostraran la diferencia con el Gobierno de José María Aznar", según recuerda un exministro de esa etapa. No en vano, la primera gran decisión fue la de retirar las tropas de Irak.
De esa época son leyes como las del divorcio exprés, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la que permitía a los transexuales cambiarse el nombre y el sexo en el DNI sin tener que operarse, pero también la ley de dependencia y la llamada de memoria histórica.
La ley de memoria histórica se aprobó en 2007, pero los contactos con la familia de Franco se efectuaron poco después de la llegada al poder en marzo de 2004. Entonces, ya había partidos muy activos, como ERC, que propusieron en el Congreso el traslado de los restos. El asunto estaba sobre la mesa.
"Se consideró que una manera respetuosa de conseguir el objetivo era no hacer daño en el terreno personal a la familia. Y así lo entendió su hija", explican las mismas fuentes. Zapatero entendía que, si contaba con la autorización de la Iglesia, que atiende la basílica a través de la orden benedictina, y no soliviantaba a la familia, la decisión estaría en su mano.
Carmen Franco murió en diciembre del año pasado con 91 años y, desde esos meses posteriores a 2004 se pronunció en varias ocasiones asegurando que su deseo era que los restos de su padre permaneciesen en la basílica. Constan declaraciones suyas en 2011, cuando un informe de un grupo de expertos encargado por Zapatero pocos meses antes de dejar la Moncloa recomendó su traslado.
¿Qué ocurrió?
¿Qué ocurrió para que Zapatero enterrase su propuesta y no trasladase los restos de Franco? Un exministro explica que, habiendo considerado todas las posibilidades, al Gobierno comenzó a acabársele la gasolina política para permitirse una acción que inmediatamente enfurecería al PP.
Otra fuente asegura que, tras su sí con condiciones, Carmen Franco fue disuadida por su entorno y acabó cambiando de opinión. Pero, a medida que la legislatura avanzaba y la crispación subía de temperatura, también surgieron voces en el Consejo de Ministros que pretendían reducir la ambición izquierdista del Gobierno por miedo a que esas políticas ahuyentaran al electorado más moderado en 2008.
"Recuerda que era la oposición de Rajoy, Zaplana y Acebes. Del 'usted traiciona a los muertos'. Ahora parecen un mal sueño, y mira dónde están los tres, pero entonces marchaban en la calle con los obispos, nos acusaban de querer ganar la guerra 70 años después y ejercían una presión durísima y miserable contra nosotros", explica. "Había cardenales que en actos oficiales se negaban a estrecharme la mano", según explica este miembro del gabinete de Zapatero.
"Este país ha cambiado muchísimo en muy poco tiempo"
"Además, en esa época había aún bastantes exministros de Franco vivos y el Ejército pesaba más que ahora. Recuerdo que tuvimos que reprender y hasta cesar a tenientes generales durante la negociación del Estatut. Ahora parece impensable que los militares se pronuncien, pero este país ha cambiado muchísimo en muy poco tiempo. Hoy ni uno ha resoplado pese a todo lo acontecido en Cataluña. Eso es una gran noticia que me hace pensar que la sociedad está perfectamente preparada para la exhumación de Franco", según él.
Muerta su hija Carmen, el resto de la familia de Franco se opone ahora a que los restos del dictador salgan de la basílica, pero su punto de vista podría tener, tantos años después, mucho menos peso. Según informó La Razón, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que ya ha desautorizado en varias ocasiones al prior del Valle de los Caídos por no querer colaborar en exhumaciones, no se opondría al traslado de los restos y, es más, lo facilitaría. Miembros de la familia Franco ya han escrito al Vaticano para pedir que los restos no se toquen, según el mismo medio.
Este periódico informó este martes de que Sánchez tiene previsto sacar a Franco del Valle de los Caídos pero que limitará a esa decisión, que ya tiene un gran impacto simbólico y mediático, sus actuaciones en el recinto.
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, anunció el lunes un estudio jurídico global sobre la materia histórica antes de decidir qué hacer. Las fuentes consultadas y al corriente de la operación de Zapatero creen que Sánchez lo tendrá mucho más fácil, sin necesidad de nuevas leyes para las que quizás no tenga mayoría. Además, una resolución del Congreso del año pasado le insta a la exhumación de Franco. Ahora falta saber cuándo, hablar con la Iglesia y la familia y llevarlo a cabo.
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