Este martes ha trascendido que la periodista Irene Lozano será la nueva responsable de una reforzada oficina de la Marca España. Se trata de un fichaje personal del presiente del Gobierno, Pedro Sánchez. Pero las palabras de la exdiputada aún escuecen en el PSOE, atónito por la persona elegida, su falta de trayectoria empresarial o en cuestiones de internacionalización y por su pasado, que ya le jugó malas pasadas hace años.
Lozano militó hasta 2015 en UPyD, pero pocos meses después de presentarse al liderazgo del partido magenta para suceder a Rosa Díez se anunció su fichaje como número cuatro por Madrid en las listas socialistas al Congreso de los Diputados. Eran las elecciones de 2015, las primeras a las que se presentó Sánchez como líder del partido. El secretario general del PSOE buscaba un golpe de efecto y aspiraba a votantes de centro derecha.
Pero Lozano tenía un pasado. Había dicho que la Junta de Andalucía era un "cortijo" del PSOE, que tiene en su comunidad la "dictadura perfecta" como críticas al clientelismo y la vieja política que ella, desde UPyD, combatía ferozmente. La hemeroteca abrió la caja de los truenos en un PSOE ya de por sí convulso y con un liderazgo cuestionado. Muchos socialistas se sintieron profundamente decepcionados. Los andaluces, por las alusiones directas. Los madrileños, por el fichaje estrella que ignoraba a los cuadros del partido.
El regusto amargo de Sánchez
Lozano no repitió como número dos en la lista cuando poco más de seis meses después de la cita con las urnas, en la que fue elegida diputada, hubo que convocar otras por el bloqueo político del país. La presión era demasiado fuerte y Lozano decidió dedicarse a otros asuntos más relajados que la política. A Sánchez se le quedó un regusto amargo que este martes ha tratado de compensar con su nombramiento como responsable de la Marca España, una oficina que se reforzará con presupuesto y estatus mejorados.
"A los socialistas nos gusta poco que se busque fuera lo que ya abunda en casa. Y si además nos insultas antes...", explica un socialista madrileño, que con todo no ve del fichaje un motivo para dar aire a un incendio interno. La situación ha cambiado, se trata de un fichaje para el Gobierno, donde hay muchos independientes, no para el partido. "Desconozco su valía para la empresa", explica.
"Pedro tiene sentimientos"
"La noticia aquí es que Pedro tiene sentimientos", dice con ironía un diputado en referencia a la caricatura que habitualmente se hace de Sánchez como un líder frío.
Socialistas andaluces quitan hierro a la decisión, inmersos en la campaña. "No nos afecta en absoluto", explica alguien cercano a Susana Díaz, para quien es vital mostrar sintonía con Sánchez y que se juega su ser o no ser en política con las elecciones del próximo 2 de diciembre. "Es irrelevante", explica un miembro de la Ejecutiva socialista.
Las fuentes consultadas asisten con resignación y pasividad al nombramiento, conscientes de que tienen problemas más importantes entre manos. Pero más de uno se ha quedado atónito por el nombramiento, que podría apuntar a una forma de compensar el mal trago que el PSOE que entonces Sánchez no controlaba hizo pasar a Lozano.
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