La Policía sospecha que un español dispuesto a suicidarse formó parte de la célula de Ripoll
- Se trataría de un individuo que mantuvo contactos con el imán Abdelbaki es Satty.
- La otra matanza vinculada al imán de Ripoll que la Guardia Civil resolvió por el ADN.
- Interior restituye al imán de Zuera que vinculó el 17-A a las misiones españolas en países árabes.
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Los miembros de la célula terrorista de Ripoll firmaron un documento en las fechas previas en las que iban a perpetrar el atentado. Un papel que representaba un juramento entre ellos de cumplir con sus objetivos, costase lo que costase. Poco después, lo destruyeron. Pero un testigo afirma que entre los firmantes, además de los asesinos que perpetaron la masacre de Barcelona y Cambrils, figuraba un ciudadano español que habría sido radicalizado por el imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty.
Al menos, eso es lo que afirma uno de los allegados de los terroristas interrogado por la policía tras los atentados del 17 y 18 de agosto de 2017, que se llevaron la vida de 16 víctimas mortales. Las pesquisas en torno a los ataques las llevan, de forma coordinada, los Mossos d'Esquadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil. En ellas, los agentes trataron de determinar las redes que podían haber tejido los yihadista.
En el centro de la misma se ubica Abdelbaki es Satty, el imán de Ripoll. Desde su mezquita captó y radicalizó a los miembros de la célula terrorista. Muchos de sus encuentros se produjeron en la casa de Alcanar que voló por los aires fruto de una deflagración fortuita del material explosivo que acumulaban para sus fines terroristas. Entre los escombros de la vivienda, los agentes encontraron varios documentos que probaban la radicalización de los terroristas y algunas de sus conexiones internacionales.
Abdelbaki es Satty centró buena parte de sus esfuerzos en comprobar la lealtad de aquellas personas que había reclutado para llevar a cabo sus fines. No le bastaba que le dieran su palabra. Quería una prueba documental, aunque después fuese destruida, en la que los miembros de la célula jurasen que llevarían a cabo sus propósitos hasta las últimas consecuencias. Eso es lo que afirma uno de los allegados de los terroristas interrogado por la policía.
De acuerdo a su testimonio, Abdelbaki es Satty pidió a los demás terroristas que firmasen una carta. El testigo afirma que vio el documento y que, en él, junto a los nombres de los yihadistas abatidos, muertos en la explosión de Alcanar o detenidos, figuraba el de un español radicalizado por el imán; un individuo que no habría desempeñado ningún papel en los atentados del 17-A.
Las redes del imán
Fuentes de seguridad consultadas por EL ESPAÑOL sostienen que no es extraño que los terroristas firmen un documento de estas características antes de llevar a cabo sus atentados. Así plasman por escrito su juramento de cumplir con el plan establecido. Poco importa que el documento sea destruido poco después.
¿A cuántas personas pudo radicalizar Abdelbaki es Satty? Las redes del imán van más allá de su influencia sobre la célula terrorista. Los investigadores han analizado los pasos que pudo seguir en Bélgica, donde pasó una temporada antes de instalarse en Ripoll para desempeñarse en la mezquita de Ripoll. Pero también rastrean sus pasos en España.
Como ya contó EL ESPAÑOL, Abdelbaki es Satty fue uno de los investigados en la llamada operación Chacal, que estalló en enero de 2006 y culminó con la detención de una veintena de personas acusadas de yihadismo; todas ellas vinculadas, de un modo u otro, con la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú. La descoordinación y los errores en diferentes aspectos propiciaron que todos los detenidos e investigados quedasen en libertad. Aquella operación, no obstante, sirvió para esclarecer una masacre perpetrada en Nasiriyah (Irak) por uno de los integrantes de aquella célula, Belgacem Bellil.
Por tanto, el nombre de Abdelbaki es Satty figuraba, de un modo u otro, vinculado a actividades radicales yihadistas. Pese a ello, logró trabajar como imán en una mezquita de Ripoll, donde pudo liderar la creación de una nueva célula terrorista. Los investigadores, a través de decenas de entrevistas e interrogatorios, trataron de desmadejar la maraña de relaciones que podía mantener el religioso.
Entre las conclusiones que recogieron los agentes figuraba el poder de radicalización que tenía Abdelbaki es Satty, que habría acercado a su órbita a ciudadanos españoles conversos al Islam. Uno de ellos sería el que figuraba en el documento firmado por los miembros del grupo terrorista. Estaban dispuestos a morir para llevarse consigo el mayor número de víctimas.