"Si tienen intereses electorales, nosotros también los tenemos. ¡Vaya descubrimiento!". Con esas palabras, el secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomentos, José Luis Ábalos, ha justificado el "no" por ahora a un cara a cara con Pablo Casado o Albert Rivera, los líderes del PP y Ciudadanos, que han pedido enfrentarse en televisión a Pedro Sánchez en un debate electoral.
El PSOE ha mostrado su disposición genérica a que Sánchez participe en debates electorales. Ábalos, coordinador de la campaña electoral socialista, confirma que el presidente del Gobierno irá a un debate a cinco, donde estén los líderes de PP, Podemos, Ciudadanos y Vox, pero es mucho más cauto con un cara a cara. Para empezar, porque según el PSOE no está claro qué líder político es la alternativa a Sánchez.
"No vamos a ir a remolque de la desesperación de nadie. Casado necesita que se le visualice como alternativa porque no lo es con claridad", ha dicho Ábalos.
El PSOE no tiene "urgencia" en decidir sobre los debates porque las encuestas arrojan un buen resultado electoral. Y esos augurios pueden malograrse con un mal debate. Es lo que percibieron con claridad José María Aznar y Mariano Rajoy cuando se negaron a participar en debates cara a cara en el año 1996, 2000, 2004 y 2016, según reprochó el Ábalos.
Hasta ahora, se han propuesto varios cara a cara. El PP y Ciudadanos se lo reclaman a Sánchez y hay iniciativas de medios de comunicación para celebrarlos. Pero el PSOE todavía no confirma que se vaya a celebrar bajo el argumento de no dar oxígeno a "la derecha de las tres cabezas", en referencia a PP, Cs y Vox.
Precisamente la evolución de Vox puede ser un elemento que el PSOE tenga en cuenta. Si Vox crece mucho en expectativa de voto y supera ampliamente a Unidos Podemos en las encuestas, Ferraz podría temer que se repita el escenario de Andalucía, donde una derecha dividida y un PP hundido lograron la presidencia gracias a la movilización de la derecha.
En ese sentido, si más adelante en la campaña el PSOE quiere frenar a Vox, podría tratar de potenciar a alguno de los otros dos candidatos del centroderecha con un debate que, como asume Ábalos, podría ayudar a terciar en la pugna por el liderazgo de ese espacio ideológico.
Pero, además, el PSOE recuerda que los manuales de comunicación política se suelen desaconsejar que el candidato que tiene las de ganar acepte formatos que puedan llevarle a cometer errores. Un debate cara a cara, mucho más que un encuentro a cinco, es uno de esos formatos posibles.
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