El emotivo vídeo que los GAR dedicaron al coronel Gayoso días antes de su muerte por coronavirus
El teniente coronel de la Guardia Civil tenía 48 años y llevaba dos semanas defendiéndose del avance de los síntomas del Covid-19.
28 marzo, 2020 02:59Noticias relacionadas
Una hilera interminable de furgones, todos en formación, bloqueó a última hora del viernes una de las calles del centro de Logroño (La Rioja). Era ya de noche. Los agentes cantaban en silencio, a capela y al unísono, a las puerta de la casa del último compañero fallecido. Fue un último homenaje ante la residencia de los seres queridos de la víctima. Una imagen de gratitud y cariño; algo que para muchos resultará imposible de olvidar.
El padre de Jesús Gayoso Rey también era un hombre muy querido dentro de la Guardia Civil, y en su día ostentó el cargo de capitán de la Guardia Civil de Tráfico en A Coruña. Ahora el progenitor estaba ya jubilado, y fue él a quien primero vio su hijo desempeñar las labores dentro del Instituto Armado. Y ahora, cuando apenas tenía 48 años de edad, y ya una brillante carrera a sus espaldas, Gayoso no ha podido despedirse de quien fuera su primer referente, de quien le vio dar los pasos iniciales en el seno de la Benemérita.
Gayoso, jefe del Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil (GAR) falleció este viernes tras dos semanas de dura pelea, con los síntomas del coronavirus avanzando sin límite en el interior de su organismo. No logró superar la infección pulmonar que ha mantenido en la UCI los últimos 15 días de su vida. Estaba casado y tenía dos hijos.
De poco valdría el enorme prestigio que atesoraba en el cuerpo si éste no viniera acompañado del afecto y el respeto de su equipo. Han sido jornadas complicadas para la familia, y también para sus compañeros. Gayoso pasó las dos últimas semanas postrado en una cama de la UCI del Hospital de Logroño.
Sus colegas, desangelados ante la incertidumbre de una pelea que al final se lo ha terminado llevando, elaboraron un vídeo a modo de apoyo y homenaje, con la esperanza de que el teniente coronel pudiese echarle un vistazo.
En las imágenes del vídeo, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, se intercalan fotogramas de los efectivos del GAR en plena acción con las de leones trotando por la sabana africana. De fondo, una voz en off recitaba una frase atribuida a Napoleón Bonaparte: “Si construyes un Ejército de cien leones y su líder es un perro, los leones morirán como un perro. Pero si armas un Ejército de cien perros y su líder es un león, todos los perros lucharán como leones. Gracias por ser un león ejemplar en la familia GAR, mi teniente coronel".
La confección del vídeo tenía también como objetivo el anhelo de infundirle calor, afecto y coraje para la pelea contra el Covid-19. "Ahora más que nunca, lo necesitamos en pie, y haciendo lo que mejor sabe: vivir por y para el GAR. En esta batalla nadie se queda atrás. Coja nuestra mano e incorpórese. Queda mucho por hacer, tanto en lo profesional como en lo personal. Su lucha es nuestra lucha, y no vamos a perder. Siempre GAR".
Natural de A Coruña
El sexto agente fallecido por coronavirus, el cuarto en activo, había pasado su infancia en A Coruña. No obstante, los orígenes familiares de Gayoso se encuentran en la localidad lucense de Begonte. Hoy en día apenas viven allí unos 3000 habitantes. Llevaba años viviendo en Logroño debido al emplazamiento del grupo que dirigía desde el año 2014.
El jefe del GAR era uno de los agentes más reconocidos de todo el cuerpo. Incluso a nivel internacional. Prueba de ello son las conferencias, los artículos en revistas especializadas sobre seguridad. Un portento en lo suyo que ha dejado terriblemente tocado al grupo que dirigía, una unidad de élite dentro de la Benemérita.
Gayoso llegó al cuerpo a través de la Academia General Militar. La abandonó ya con el grado de teniente. Pronto se percataron de su valía y no tardó demasiado en acceder primero como teniente y después como capitán en las distintas unidades del GAR. Ahí están hechos de otra pasta. Se requieren unas unas condiciones físicas y psicológicas especiales. Son la élite del Instituto Armado.
La terrible voracidad de la pandemia ha provocado, a su vez, terribles coincidencias. En una de ellas se ha llevado por delante, con solo una semana de diferencia, al último (Gayoso) y al primer jefe del GAR. El coronel de la Guardia Civil, Jesús Vélez Artajo, tenía 80 años cuando la semana pasada murió a causa del Covid-19.
El coronel ostentó su cargo en destinos como Guipúzcoa o Zaragoza. Tenía 43 años cuando, en 1983, fue designado por el gobierno de Felipe González para que desde París, y con las correspondientes autorizaciones oficiales del país vecino, coordinase la colaboración hispano-francesa en la lucha contra el terrorismo. Unos cuantos años después, se diseñó un equipo para combatir a ETA con la mayor rapidez sobre el terreno. Y él resultó elegido para comandar aquella unidad.
Se le envió a la localidad vizcaína de Ispaster. Aquella fue durante varias décadas la base de operaciones del GAR. Hace unos años, con ETA ya prácticamente desaparecida, se trasladaron a Logroño. Desde esta nueva guardia lo orquestaba todo Gayoso desde el año 2014. Era a su equipo a quien se recurría para las misiones más complicadas de todas.
La lucha en Haro
El 7 y 8 de marzo, una semana antes del decreto del estado de alarma, Gayoso empezó a tener fiebre. Al mismo tiempo envió a su equipo a realizar una expedición hacia en la localidad de Haro aquel mismo fin de semana, en los primeros compases de la pandemia manifestándose en España. Lo peor aún estaba por llegar, pero ya en ese entonces comenzaron a aislar a unos 60 vecinos que se habían contagiado en un funeral.
El jefe del Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil no participó en la operación sobre el terreno. Se quedó dirigiéndolo todo desde Logroño. Días después empezó a manifestar los síntomas propios del contagio.
Logroño rinde homenaje al Teniente Coronel Jesús Gayoso Rey.
— Jucil Nacional (@jucilnacional) March 27, 2020
DEP 🥀 pic.twitter.com/vw1jC3agx4
Los agentes llegaron a Haro provistos trajes especiales para protegerse del contagio. Aquella indumentaria causó sorpresa por ser hasta entonces inhabitual.
Fue por aquellas jornadas, mientras sus hombres comenzaban a esparcirse por la comarca, cuando comenzó a experimentar los primeros síntomas. Tuvo fiebre. Dicen sus más allegados que pensó que aquello sería una simple gripe. Días antes había estado en Bruselas.
Su estado empeoró a lo largo de esa semana, previa a que el gobierno decretase el estado de alarma. El jueves 12 fue al hospital, le mandaron de vuelta a casa, se empezó a encontrar peor y ya finalmente le ingresaron en la UCI. No volvió a regresar junto a los suyos.