Íñigo Errejón, este martes en el Congreso.

Íñigo Errejón, este martes en el Congreso. EFE

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Declarar el 4-M festivo como pide Errejón obligaría a Ayuso hacer laborable el Jueves Santo

El Gobierno madrileño no cambiará el calendario de festivos, aunque el día de las elecciones no habrá colegios. 

24 marzo, 2021 01:40

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Todo es nuevo en las elecciones autonómicas de Madrid convocadas de manera anticipada por Isabel Díaz Ayuso el pasado 10 de marzo. Aquella mañana en la que la moción de censura en Murcia del PSOE y Ciudadanos contra el gobierno del PP en esa región, a la postre frustrada, puso patas arriba el tablero político español.

Los comicios tendrán lugar apenas dos años después de los anteriores, algo inédito, y se celebrarán un martes laborable, el 4 de mayo, una circunstancia ajena a la tradición española pero muy asentada en democracias de mucha solera, como las de EEUU y Reino Unido, sin ir más lejos. 

A la izquierda no le gusta que no tengan lugar un domingo, como es tradicional, ya que consideran que puede suponer un elemento desmovilizador (añadido al de la pandemia) singularmente entre el electorado obrero. 

El líder de Más Madrid, Íñigo Errejón, ponía el énfasis en ello: "Si la participación electoral depende de poder solicitar un permiso en el trabajo de cada uno o de cada una, no hacen falta sesudos estudios sociológicos para imaginarse que entonces la participación electoral puede depender del tipo de trabajo, de la seguridad en el empleo o de las condiciones en el centro de trabajo que tenga cada uno".

Por eso, solicitaba este martes que el 4-M sea declarado festivo. "Nos preocupa la celebración de elecciones en un día festivo sin todas las medidas de seguridad adoptadas. Queremos que las elecciones se puedan celebrar con plenas garantías, y que por tanto la ciudadanía madrileña pueda votar con plenas garantías y pueda votar con plena seguridad".

Isabel Díaz Ayuso.

Isabel Díaz Ayuso. EFE

En referencia velada al Gobierno, el que fuera candidato de su formación en 2015 aseguraba que no es posible escudarse en la competencia autonómica sobre los festivos ya que, a su juicio, el estado de alarma aún vigente permitiría al Ejecutivo central tomar cartas en el asunto. "Que el Gobierno de España se tome en serio la igualdad de participación" sentenciaba.

Pero la prédica errejonista no parece que vaya a tener efecto y casi con toda seguridad los madrileños tendrán que compaginar su jornada laboral con su derecho al voto y, también, con el cuidado de los hijos, dado que la Comunidad de Madrid sí que ha decretado que no abran los colegios esa jornada.

Un calendario cerrado 

Lo cierto es que el calendario de días festivos lo aprobó el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, como es habitual, con un año de antelación, y evidentemente sin pensar en que una disolución de la Asamblea regional precipitada por los acontecimientos llevase a votar en un laborable. Fuentes del Gobierno Ayuso descartan por completo esa posibilidad. Aducen además, tirando de precedente, que ya las elecciones catalanas de 2017 tuvieron lugar un día laborable.

Aquellos comicios se celebraron un jueves tras ser convocados de manera excepcional por el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, nada más aprobarse el artículo 155 tras el referéndum ilegal y la declaración de independencia impulsada por Carles Puigdemont

Una urna.

Una urna. EFE

Además, técnicamente la única vía sería hacer laborable el Jueves Santo, la semana que viene. Este día es, junto al 6 de enero y el 19 de marzo (día del padre) o el 25 de julio (Santiago Apostol), los festivos que entran dentro de los acuerdos con el Vaticano de 1979 y que regulan las comunidades autónomas. Dado que el pasado 19 de marzo ya fue festivo en Madrid, el jueves santo es el único día sobre el que Ayuso tendría postestad, técnicamente, para convertirlo en laborable a cambio de hacer festivo el 4 de mayo. 

Desde el Gobierno central, la portavoz, María Jesús Montero, echaba balones fuera en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, asegurando que "lo más lógico" es que cualquier cambio sobre el calendario de festivos lo efectúe la propia Comunidad de Madrid.

La propuesta de Errejón no es desechada, ni siquiera, por alguno de sus antagonistas. En Vox llegan incluso a planteárselo, aunque creen que la participación se puede incentivar de muchas maneras y recuerdan que todo trabajador tiene derecho a un permiso especial para acudir a su colegio electoral. La misma tesis sostiene Ciudadanos, que el permiso dado por las empresas es suficiente para garantizar la participación y la igualdad de derechos. 

La política en España no deja de convulsionarse y sufrir mutaciones a pasos acelerados. Votar en día laborable empieza a dejar de ser algo extraño.