El reproche del juez a Laya tras acogerse a la Ley de Secretos: "Si éstas son las reglas, ¿yo cómo actúo?"
El instructor del caso esgrimió durante el interrogatorio al que ha podido acceder EL ESPAÑOL un directo reproche hacia la exministra.
9 octubre, 2021 02:31Noticias relacionadas
Media hora después de comenzar su declaración, el juez Rafael Lasala, instructor del caso Ghali en los juzgados de Zaragoza, se hartó ante las repetidas negativas durante la declaración de la exministra Arancha González Laya. La jefa hasta el pasado verano de la diplomacia española insistía una vez más en que no iba a revelar si más personas aparte de ella dentro del Gobierno conocían o coordinaron la entrada en España de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario.
Laya se escudaba nuevamente en un acuerdo secreto de Consejo de Ministros del año 2010 forjado en base a la Ley de Secretos Oficiales. El magistrado, ante la enésima pregunta sin responder, esgrimió durante el interrogatorio al que ha podido acceder EL ESPAÑOL un directo reproche hacia la extitular de la cartera de Asuntos Exteriores:
-Usted me habla no de la Ley de Secretos Oficiales, sino de una especie de adaptación en virtud del acuerdo de ministros del año 2010 que según dijo el señor Villarino (mano derecha de Laya, también investigado en la causa), no está ni publicado ni comunicado (silencio). Si esas son las reglas del juego, ¿yo cómo actúo? Estoy obligado a seguir con el principio de legalidad. Me están diciendo cada dos por tres: esto no lo respondo porque estoy vinculada por el principio de reserva de algo que dicen que ocurrió, entre no se sabe quiénes, que por lo visto deben pasárselo como un relevo de un gobierno a otro desde el año 2010. Parece que es una especie de... Un elástico, ¿no?
-Señoría, -responde la exministra- creo con toda humildad que la decisión en cuestión está a su disposición. No es algo que yo me haya inventado. Yo también tengo unas obligaciones aunque puedan jugar en mi contra. Es mi obligación respetarlas, y estoy poniendo en riesgo...
-Comprenda que no podemos controlar un acuerdo, una norma, un protocolo que nadie sabe cuál es la primera letra o la última. Que nadie sabe que existió pero que se dice que existe todavía. Usted se acoge a esto y me parece muy bien. Pero yo tengo que seguir buscando la ley.
El titular del Juzgado de Instrucción Número 7 de Zaragoza respondía así a una ministra que figura en la causa como investigada por los presuntos delitos de prevaricación, encubrimiento y falsedad en documento privado y que se ampara en ese resquicio para eludir diversas respuestas: por ejemplo, para revelar quién fue la autoridad argelina que se puso en contacto con ella, o quiénes los miembros del Gobierno que sabían lo que iba a pasar y que habrían participado en la gestión del affaire Ghali.
"¿Se tiene desconfianza en la Guardia Civil?"
El juez cambió entonces la línea de su interrogatorio, buscando las respuestas formulando sus cuestiones desde otro ángulo diferente, buscando una confirmación de que alguien más aparte de la entonces ministra sabía en el Consejo de Ministros lo que estaba sucediendo y permitió a Ghali entrar sin que nadie le revisara la documentación y portando, presuntamente, una identidad falsa. Por eso le preguntó a Laya si en el seno del Gobierno conocían "el trasfondo" que había con Ghali, si conocían su historial político, vital y judicial.
-Sabían que era Brahim Ghali el que venía.
-Sí, por supuesto que se sabía.
-¿Se reúnen para estudiar los pros y los contras de la llegada de Ghali a nuestro país?
-Claro que se considera. Si la petición de un país tercero debe ser aceptada o no.
-Estamos hablando de la más alta instancia de la nación, el Gobierno, el poder ejecutivo. Controlan varios aspectos, el aspecto judicial no.
-Yo nunca verifiqué la situación judicial de este individuo. Confié en que una petición que hace un país tercero está fundamentada en la buena fe y no la respondí. Pensé que si nos hace una petición un país tercero es porque esta persona puede entrar en nuestro país (...). En ningún caso hubiese tenido una conversación si hubiese sabido que había alguna dificultad para que esta persona viniera a nuestro país. No lo hubiera aceptado.
-Dice usted: yo no lo sé, quizá otros sí lo supieran. Por eso le digo que si esa decisión se tomó después de un debate multisectorial en que cada uno de los miembros de esa reunión aportaba su granito de arena. Qué sabemos de Ghali, qué es de él, que ventajas nos puede traer, nos puede traer algún desastre, cumplimos la ley...
Es entonces cuando le saca a relucir la declaración de Villarino, mano derecha de Laya, quien aseguró que la jefa de Gabinete de Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, le hizo referencia a una providencia existente desde años atrás requiriendo la declaración de Ghali por las causas que tenía abiertas en la Audiencia Nacional. "Si esto se sabía el 23 de abril, ¿no se sabía unos días antes, el 18?".
-Yo no tenía conocimiento de ello -dice Laya-. No tengo conocimiento que nadie lo tuviera. En mis discusiones esto no fue objeto de discusión.
Sobre la archiconocida discreción que se empleó en todo el proceso, Lasala manifestó nuevamente su recelo ante la exjefa de la diplomacia ante el episodio en el que, a la llegada de Ghali, dos funcionarios prohibieron a los agentes policiales tomarle la identificación al líder del Frente Polisario: "Esto de la discreción... Si la discreción consiste en que dos policías o guardias civiles en Zaragoza le tomen la documentación a esta persona... ¿Se tiene desconfianza de la guardia civil o de la policía porque vayan por un lado o por otro diciendo ha entrado por aquí? ¿El motivo es que dos ciudadanos normales, dos policías, no le tomen el control de pasaportes? ¿Es eso o que si lo pasaban por el escáner podía salir la alerta Schengen?".
"El cómo"
González Laya defendió en todo momento "lo excepcional" de la decisión de permitir la entrada de Ghali del modo en que se hizo, con la "discreción" y el secretismo que se empleó. Lo defendió asegurando que se hizo por razones humanitarias. Destacó a su vez lo "excepcional" del caso. Aludió a cuatro motivaciones para acogerle, a saber: "la petición de un país tercero", la "grave enfermedad" del mandatario, el perfil político del personaje y también teniendo en cuenta, en cuarto lugar, la relación tan especial y complicada que España tiene con Argelia y con Marruecos y la que a su vez estos dos países vecinos y rivales mantienen desde hace décadas entre sí.
-En este procedimiento el aspecto político no se cuestiona para nada -le respondía el juez-. El Gobierno es libre de decir quién entra y quién no. Pero es el cómo. Hay un control de pasaportes, esto es el aspecto administrativo. La cuestión no es: "Le vamos a asistir o no le vamos a asistir", la cuestión es, le vamos a permitir la entrada sin controlarlo. ¿Esto también se adoptó por parte de usted?
El interés de Lasala reside e la decisión presuntamente tomada por el Gobierno. "La cuestión no es si le vamos a asistir o no, es si le vamos a permitir la entrada sin controlarlo personalmente".
-Villarino la consultó con usted y usted la ratificó. Le dijo que sí.
-Eso es.
En lo que más insistió la ministra cesada por el presidente del Gobierno el pasado verano, tras este episodio que provocó una crisis migratoria sin precedentes en Ceuta, fue en apuntar que se trataba de "una decisión política": "Una decisión de ejercicio de soberanía de nuestro país. Es una decisión política, que pertenece al ámbito político y como tal sigue el cauce que se sigue en las cuestiones políticas".
Laya llegó que a Ghali no se le verificó el pasaporte diplomático, y que no se hizo ninguna comprobación sobre si el líder del Polisario tenía alguna reclamación o algún impedimento para acceder a territorio Schengen. "Es como una cortesía en casos de los que se trata de un vuelo de estado y atendiendo a las necesidades específicas de este caso".
-No se hizo ninguna verificación de su pasaporte -admitió-. ¿Hicimos alguna averiguaciones sobre si esta persona tenía algún tipo de limitación de la entrada en territorio schengen? Pues no, señoría, no lo hicimos".