Marine Le Pen y Loius Aliot en una imagen de archivo.

Marine Le Pen y Loius Aliot en una imagen de archivo.

España

Louis Aliot, expareja de Le Pen y alcalde de Perpiñán, contra Puigdemont: "Es sectario y muy incorrecto"

"No queremos ideas independentistas aquí", dice el alcalde de la capital de los Pirineos Orientales, enclave emblemático para el nacionalismo catalán.

29 junio, 2024 02:30

Tiene algo esta ciudad para Carles Puigdemont que evoca esa idea suya de una Cataluña noble y antigua, nueva y moderna. Una Cataluña romántica, esculpida a medio camino entre leyendas históricas del independentismo y esa concepción tan contemporánea de los pueblos como protagonistas en el resurgir de la nueva Europa. Curiosamente quienes defienden esto último en la UE son los movimientos identitarios de extrema derecha. 

El caso es que Perpiñán siempre le pareció a Puigemont un lugar inspirador. Desde que era redactor en el Punt Avui viajaba a menudo a la capital del Rosellón, una comarca de cultura catalana que perteneció a la Corona de Aragón y posteriormente a España hasta mediados del siglo XVII. Fruto de ese interés, el periodista Puigdemont contribuyó a crear en los ochenta el semanario El Punt Catalunya Nord, como conocen a este territorio los independentistas. 

Ya en su exilio belga, el expresident quiso volver a Perpiñán, como esa Ítaca heroica a la que le cantaba su antiguo amigo Lluís Llach, con un acto multitudinario en 2020 del Consell de la República, su fallido órgano de gobierno paralelo. Le invitaron a un partido de rugby y fue recibido con honores. El líder independentista gozaba del favor de las autoridades locales. Pero eso se acabó hace justo cuatro años. 

El 28 de junio de 2020 el candidato de los Republicanos -el tradicional partido conservador francés- y alcalde saliente, Jean-Marc Pujol, perdió las elecciones frente al aspirante de la extrema derecha, Louis Aliot. La Agrupación Nacional de Marine Le Pen cosechaba así su mayor triunfo municipal, conquistando su primera ciudad de más de 100.000 habitantes. 

Aliot no era un político cualquiera. Fue la pareja de Marine Le Pen durante una década -entre 2009 y 2019- y en 2022 se presentó a las primarias para ocupar la presidencia del partido. Esa votación la ganó Jordan Bardella, el líder de la Agrupación Nacional en las elecciones legislativas francesas que celebran su primera vuelta este domingo y aspirante número uno a convertirse en primer ministro. 

Acto del Consell de la República en Perpiñán en febrero de 2020

Acto del Consell de la República en Perpiñán en febrero de 2020 Efe

Aliot se quedó como vicepresidente del partido y alcalde de Perpiñán. Una ciudad en la que, dice, el expresidente de la Generalitat no es bien recibido.

"Veo anormal que el señor Puigdemont venga a ocuparse de nuestras elecciones a Perpiñán. No tengo experiencia en los procesos electorales españoles y catalanes, y me gustaría desarrollar unas relaciones transfronterizas fuertes dentro de nuestras diferencias recíprocas, pero frente al sectarismo de los catalanistas no se puede avanzar", responde el político francés a EL ESPAÑOL a través de correo electrónico. 

Aquella gran manifestación del Consell de la República se celebró meses antes de las elecciones municipales en las que Puigdemont apostó por su aliado y amigo Jean-Marc Pujol. "Perpiñán será gobernada por la extrema derecha. No ha sido posible evitarlo", se lamentó después, al conocer los resultados. Y no sólo porque ganó su adversario ideológico, sino porque perdía un apoyo fundamental para llevar su palabra a la "Cataluña Norte".

Campaña en Francia

En abril de este año, cuando ya se había anunciado la convocatoria de elecciones en Cataluña, Puigdemont manifestó que dejaba su residencia de Waterloo para instalarse en el sur de Francia. Su sueño hubiera sido trasladarse a Perpiñán, como hicieron miles de catalanes represaliados tras la Guerra Civil, pero en las circunstancias actuales tuvo que conformarse con otras ciudades más pequeñas del departamento de los Pirineos Orientales, del que Perpiñán es capital. 

El líder de Junts lanzó su candidatura en Elna, donde un alcalde comunista y simpatizante con su causa nunca le ha negado un techo; y desarrolló su campaña en un pabellón a las afueras de Argelès sur-Mer, adonde una caravana de autobuses llegaban a diario desde distintos municipios catalanes ante la indiferencia de los habitantes locales. 

"Me parece, sobre todo, muy incorrecto en su relación con nosotros. Aunque somos un país libre y él ha actuado como ha querido", opina el alcalde de Perpiñán. "Vino a ver partidos de rugby y no hubo problema. Pero cuidado con promover ideas independentistas que aquí no queremos. El Rosellón es Francia y nuestra catalanidad es una riqueza cultural que se expresa dentro del marco francés". 

Puigdemont asiste a un partido de rugby en Perpiñán en 2020.

Puigdemont asiste a un partido de rugby en Perpiñán en 2020. Europa Press

Triunfo de la extrema derecha

Louis Aliot tiene sus raíces maternas en Alicante. "Todavía tengo familia en Denia y voy allí todos los veranos desde que cumplí cinco años. Ahora tengo 54 y diría que me siento muy ligado a la Comunidad Valenciana", reconoce.

Su madre era una pied noir -franceses que residían o nacieron en Argelia durante el periodo colonial y que abandonaron el país tras su independencia-, cuya familia ya había emigrado previamente desde tierras valencianas.

La actual Perpiñán se levantó hace décadas sobre esta nueva población: pied noirs, magrebíes, una alta tasa de población gitana y emigrantes de otras partes de Francia, atraídos por unos precios más bajos que los de un norte desorbitado. La ciudad encabeza las listas de paro, pobreza y olvido por parte del Estado. Un cóctel perfecto, sumado a la inmigración, para el auge de la extrema derecha

Tras la victoria de Aliot en Perpiñán, Marine Le Pen se impuso en las elecciones presidenciales francesas de 2022 con 13 puntos de ventaja sobre Emmanuel Macron en el departamento de Pirineos Orientales. Y en las pasadas europeas la Agrupación arrasó con un 43% de los votos, triplicando los resultados de sus más inmediatos perseguidores, el Partido Socialista. La formación de Macron se quedó en un 10% de las papeletas. 

Louis Aliot recorre las calles de Perpiñán durante la pandemia.

Louis Aliot recorre las calles de Perpiñán durante la pandemia. Reuters

"Francia tiene un problema de inmigración incontrolada. Hay quienes respetan el país que los acogió y quienes lo odian disfrutando de sus beneficios sociales. Esta injusticia es la que debemos combatir, que quienes no están contentos viviendo en Francia se vayan a otra parte. Perpiñán sufre de inseguridad y delincuencia, pero sobre todo son las drogas las que lo corrompen todo. Y sí, nuestra experiencia se puede trasladar a nivel nacional", es el diagnóstico que hace Lous Aliot.

El jefe de la versión digital del diario local L’Independent, Stéphane Sicard, cree que los Pirineos Orientales "están un poco alejados de todo y eso contribuye a incrementar la sensación de estar abandonados por el Estado". 

Aunque en su análisis ofrece una mezcla de certeza y percepción: "El hecho de ser un departamento fronterizo también hace que el Rosellón tenga la impresión de una ola migratoria, de una falta de gestión del tráfico de drogas, etcétera. Entre la impresión y la realidad a menudo hay una brecha, porque la delincuencia no es más alta que en otros lugares".

Alianza con Vox

Pero en el voto, realidad y aprensión suelen ir de la mano. Esta confluencia de factores une a la Agrupación Nacional con Vox, dejando a un lado otras cuestiones en las que discrepan, como el feminismo, la agenda social, sus aliados internacionales o la implicación del Estado en la economía. 

"Seguimos teniendo diferencias con Vox, pero nos une una misma visión sobre la inmigración y Europa. Y Abascal es un amigo", reconoce el alcalde de Perpiñán y vicepresidente de la Agrupación Nacional.

Aliot también chocó en el pasado con el líder de Vox, ya que el político francés consideraba que las penas de prisión para los líderes independentistas del procés eran excesivas.

"Creo que el discurso de Vox sobre Cataluña abarca una dimensión identitaria que quizás no tenía al principio. Cataluña está en España y España protege sus identidades y lenguas arraigadas en sus territorios. Esto me parece coherente con lo que pienso hoy. Fui a una reunión de Vox en Barcelona y vi banderas españolas pero también catalanas. El simbolismo es fuerte, la unidad de España está en su diversidad", matiza ahora el político francés. 

En un intento por ampliar sus alianzas con otras fuerzas ultraconservadoras -Vox y la Agrupación Nacional pertenecen a dos grupos distintos en el Parlamento de Estrasburgo- Marine Le Pen estuvo con Abascal en el acto que su partido celebró en Madrid previo a las elecciones europeas.

Y poco después, la líder de la derecha radical francesa manifestó en una entrevista en El Periódico de España que si su partido logra gobernar en Francia serán "implacables" con Puigdemont y que el hecho de que éste siga haciendo campaña desde su territorio "no durará mucho tiempo".

Perseguir a Puigdemont

Lous Aliot, que está directamente implicado en este asunto, es más cauto. "Es una cuestión diplomática", dice. Y ante la insistencia por conocer más detalles, vuelve a escribir a través de correo electrónico: "Es un ciudadano español miembro de un país de la Unión y está sujeto a las reglas de la Justicia europea". 

Quizás para cuando se celebren las próximas elecciones presidenciales en Francia, Puigdemont ya esté de nuevo en Cataluña por gracia de la amnistía. Aunque eso es algo que los jueces españoles deben dictaminar. Lo que no parece muy realista es que en Francia vayan a tomar medidas contra él. 

Carles Puigdemont durante la última campaña electoral en Elna (Francia).

Carles Puigdemont durante la última campaña electoral en Elna (Francia). Europa Press

"Marine Le Pen ya ha anunciado que entregará a Puigdemont a España. Pero entre el decir y el hacer, a menudo hay una distancia importante con los partidos de extrema derecha", vuelve a vacilar Stéphane Sicard. "Puigdemont muy bien podría organizar actos en los municipios si los alcaldes lo permiten, y las prefecturas sólo podrían prohibirlo en caso de alteración del orden público", remacha. 

La realidad no es ni más ni menos que la actual. Si hubiera repetición electoral y el líder de Junts quisiera hacer de nuevo campaña desde Francia tendría alcaldes dispuestos a acogerle, pero en la capital de la "Cataluña Norte" con la que él fantasea seguiría sin ser bien recibido.

Curiosamente, toda esta región donde el independentismo catalán alimenta el mito de la resistencia es la misma que la extrema derecha francesa utiliza como avanzadilla para imponerse primero en las legislativas y llegar más pronto que tarde al Elíseo.