Grupos LGTBI calientan la semana del Orgullo: piden boicotear los actos de los gobiernos de PP y Vox
La presencia de Vox en los gobiernos de centenares de ayuntamientos tras el 28-M ha disparado los enfrentamientos en torno a las celebraciones.
1 julio, 2024 03:40Rosa López, la representante española en Eurovisión de 2002, se presentó la semana pasada en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia y suspiró: "Pensaba que no iba a venir nadie…". Unos miles se acercaron a ver el concierto organizado con motivo de las fiestas del Orgullo Gay. Después, la mayoría se marcharon. La cantante tuvo que justificarse por actuar en un evento organizado por un consistorio que dirige el PP con apoyo de Vox.
Las críticas y los llamamientos al boicot, por parte de la izquierda y de asociaciones LGTBI, contra los actos organizados por ayuntamientos gobernados por PP y Vox (más de un centenar, tras las elecciones del 28-M) han calentado las horas previas a la semana del Orgullo, que culminará el próximo sábado, 6 de julio, con la gran manifestación que recorrerá las calles de Madrid.
En muchos de estos municipios, la batalla cultural que se libra en distintos terrenos se ha desplazado durante la última semana al ámbito de la sexualidad, entre acusaciones cruzadas de intentar apropiarse del Orgullo. Este año, todo comenzó en Valencia.
La situación ya venía tensa desde que hace unos meses Susana Camarero, vicepresidenta segunda y consejera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda de la Generalitat valenciana con el PP, cuestionara las subvenciones que recibe el colectivo Lambda, la principal asociación LGTBI en esta comunidad.
Lambda, por su parte, acusaba a la Generalitat de convertir la celebración de una competición deportiva llamada Gay Games, enfocada en la diversidad sexual y proyectada en Valencia para 2026, en un acto eminentemente turístico y festivo.
La disputa era con el gobierno autonómico, controlado por PP y Vox, pero llegó la hora de negociar el calendario de las fiestas del Orgullo con el Ayuntamiento de Valencia, donde también cohabitan ambos partidos.
Históricamente, Lambda se ha encargado de organizar la manifestación y coordinar el resto de actos, aunque esta vez se encontraron con que desde la Alcaldía querían promover una serie de eventos paralelos, como el concierto de Rosa López. Y todo saltó por los aires.
"Nos dijeron que querían crear comités organizadores en los que estaríamos las asociaciones y ellos, cuando esto nunca ha sido así. Les respondimos que ni hablar, que nosotros convocamos y ellos pueden apoyar o no apoyar, pero su reacción fue que quien paga, manda", afirma al teléfono Fran Fernández, coordinador general de Lambda.
El desencuentro se escenificó hace un mes con una rueda de prensa de este colectivo en la que acusaban a PP y Vox de injerencias en el calendario de actos del Orgullo. "Es como si el 8 de marzo las feministas toleraran que las Administraciones se hicieran cargo de sus eventos o el 1 de Mayo los sindicatos aceptaran lo mismo sólo porque reciben subvenciones públicas", explica.
Fiestas y reivindicaciones
El 28 de junio se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Orgullo, que conmemora los disturbios de Stonewall, un pub de ambiente de Nueva York en el que unas redadas policiales derivaron en revueltas en 1969. Se considera el origen del surgimiento de organizaciones defensoras de los derechos LGTBI.
En esa fecha y en días aledaños se organizan distintos actos. En Valencia comenzaron este año la semana previa, con el boicot de las asociaciones y una afluencia mucho menor que en anteriores ediciones. Y concluyeron este viernes con una manifestación organizada por Lambda que se convirtió en un acto de protesta contra el Ayuntamiento.
Entre medias, la polémica por la sustitución de la bandera del Orgullo en el Ayuntamiento, que sí era proyectada en las pantallas digitales del consistorio, y unas declaraciones de la alcaldesa. María José Catalá (PP) afirmaba que ya no se cuelgan enseñas en la fachada, tampoco al conmemorar otros acontecimientos internacionales como "el Día del ELA, el Día del Alzhéimer o el Día del Cáncer". Los colectivos y la oposición entendieron que con estas palabras estaban equiparando a gais y lesbianas con enfermos.
"Nosotros les hemos tendido la mano, porque pensamos que esta situación no favorece a nadie", sostiene a EL ESPAÑOL la concejala de Igualdad, Rocío Gil, también del PP. "Entendemos que se pueden hacer eventos paralelos, porque al final aquí todos sumamos y creo que de esta forma se hace un flaco favor a los derechos y reivindicaciones del colectivo".
La concejala niega que existan presiones por parte de Vox, que se declara abiertamente en contra de cualquier tipo de conmemoración del Orgullo: "No existen, porque en este caso las competencias las tiene el Partido Popular, las tengo yo. He acudido muchas veces a las manifestaciones del Orgullo y lo que no quiero es que haya nadie que se sienta discriminado". Los responsables de Vox en Valencia ni siquiera han respondido a las llamadas de este diario.
La concejala aboga por reconducir la relación, defendiendo que "las reivindicaciones corresponden a los colectivos, mientras que el Ayuntamiento debe encargarse de actos institucionales". Esquiva la pregunta en varias ocasiones y, finalmente, afirma: "claro, es que puede que antes se considerara que sólo la izquierda podía tratar estos temas, cuando aquí cabemos todos".
Los concejales de Compromís intentaron colocar este jueves una bandera arcoíris en el balcón del Ayuntamiento de Valencia, pero se lo impidió la Policía. Lo mismo que sucedió el mismo día en un pleno en el consistorio de Toledo.
Guerra de banderas… y carteles
Esta es la batalla de todos los años y a la que cada vez se suman más ciudades. Por resumir, esta vez no ha habido enseñas LGTBI en Toledo, Guadalajara, Talavera de la Reina, Ciudad Real, Huesca, Gijón, Burgos o Valladolid. En todas ellas gobiernan PP y Vox, salvo en Gijón, donde los populares tienen el apoyo de Foro Asturias.
El partido de Santiago Abascal presiona para que en estos y otros lugares no exista ningún tipo de celebraciones. Algo que no suele lograr, aunque sí consiga en ocasiones limitar su visibilidad.
Distinto es el caso de Madrid, donde no gobierna ni ha gobernado Vox, y pese a ello las polémicas también son recurrentes. Este año el principal elemento de la discordia es el cartel que ha encargado el Ayuntamiento a una empresa privada para promocionar las fiestas.
En él se ven copas, zapatos de tacón y preservativos como únicos objetos identificables ante un fondo de fuegos artificiales. Se prescinde de los colores arcoíris o la bandera, que tampoco colgará del Ayuntamiento aunque sí se proyectará en el Palacio de Cibeles, sede del consistorio.
Los grupos de izquierdas y los colectivos LGTBI se lanzaron a criticar el diseño, argumentando que la intención era vaciar de contenido el Orgullo, borrar su carácter reivindicativo y limitarlo a un acontecimiento festivo más.
La manifestación nacional, que se celebra en Madrid el próximo 6 de julio, suele congregar a cientos de miles de personas y deja cada año millones de euros en la ciudad. En el programa de esta edición también habrá un pregón, fiestas callejeras y una conferencia de derechos humanos, entre otros actos.
"Hay una intención de aprovechamiento de determinados partidos políticos cada vez que llega el Orgullo. Se lleva celebrando conmigo como alcalde durante cinco años y así va a seguir siendo. No estoy ni con los que quieren mandarlo a la Casa de Campo [una propuesta de Vox], ni con los que patrimonializan el Orgullo como algo sólo suyo y de tinte ideológico. Estoy con que sea una de las señas de Madrid", respondió el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida.
Un Orgullo de todos
Las asociaciones, sin embargo, creen que es algo que va más allá de los símbolos. "Con estas campañas lo que se pretende es estereotiparnos y encerrarnos en una caricatura. La bandera LGTBI es inclusión y lo contrario es no gobernar para todos", señala Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal LGTBI+ (FELGTBI+), la principal asociación de este tipo en España.
Sangil subraya que comunidades como Castilla y León o Asturias no tienen leyes que protejan a este colectivo. O que la Comunidad de Madrid eliminó el concepto de "identidad de género" de la Ley trans regional aprobada en 2016, bajo el gobierno del PP liderado por Cristina Cifuentes. "No hablamos sólo de Administraciones en las que ha entrado Vox, también donde sólo está el PP", incide la presidenta de FELGTBI+.
Según ella, no existe ningún intento de apropiación por su parte. "Desde los años setenta se empezaron a celebrar manifestaciones en Madrid o Barcelona, en las que siempre se ha abierto las puertas a todo el mundo: heterosexuales, gente de toda raza, ideología o religión. Pero el Orgullo tampoco puede ser de las instituciones, es de las lesbianas, los gays, los bisexuales, los trans, los intersexuales y de cualquier otra orientación que quiera manifestarse".
Pareciera que unos y otros están diciendo una única cosa, pero con una batalla política de por medio. A un lado los que pretenden que ésta sea una fiesta inclusiva, y enfrente quienes defienden aparentemente lo mismo desde el bando contrario.