Ximo Puig rebaja el optimismo de Sánchez: prevé 1,5 puntos menos de crecimiento en 2021
La Generalitat contempla en sus presupuestos una recuperación económica del 8,3% en 2021 frente al 9,8% que proyecta el Gobierno de España.
31 octubre, 2020 00:56Noticias relacionadas
La Generalitat Valenciana presentó este viernes sus presupuestos autonómicos para 2021, unas cuentas que, en línea con las estatales, disparan el gasto público para hacer frente a la Covid-19. Pero difieren en un aspecto estructural respecto a las elaboradas por el Gobierno de España: el cuadro macroeconómico que contemplan para el año que viene.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez prevé que la economía crezca un 9,8%, estimación que se encuentra entre las más optimistas. Mientras que el del también socialista Ximo Puig espera una mejora de solo el 8,3% del PIB autonómico. Tal diferencia, de 1,5 puntos, ahonda en las críticas que recibió el Ministerio de Hacienda al augurar cerca de un 10% de crecimiento pese a la fuerza con la que llega la segunda ola de la pandemia.
Cabe reseñar que el escenario 'macro' que contemplan los gobiernos es determinante para la elaboración de sus presupuestos. Cuanto mejor va la economía mayor es la recaudación y, en consecuencia, más gasto puede presupuestar el territorio.
En el caso de la Comunidad Valenciana, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, explicó que contemplan una caída del PIB del 10,8% al cierre del presente 2020 y una recuperación del 8,3% para el próximo ejercicio. Además subrayó, para justificar esta cifra, que “tradicionalmente son mayores las caídas en la autonomía, como también son más acusadas después las recuperaciones”. Es decir: a su juicio la evolución del PIB estatal estará por debajo del 8,3%.
Cuanto mayor sea el desfase entre la recuperación prevista y la que finalmente se produzca, mayor será el déficit al cierre del ejercicio. Por lo que respecta a las cuentas valencianas, estas prevén una caída de la recaudación del 0,9% a través de impuestos directos y del 6,5% mediante los indirectos respecto a lo presupuestado para 2020 -antes de conocer el golpe de la Covid-19-.
Tal desplome lo compensa con un incremento de las transferencias corrientes y los pasivos financieros del 34% y 28,1%, respectivamente. Es decir: la autonomía lo fía todo a los mecanismos de financiación que habilite el Gobierno de España (previa obtención de los ansiados fondos europeos) para cuadrar su ambicioso presupuesto.
El 27%, para deuda
El mismo contempla un incremento del gasto del 11,3% hasta los 25.627,6 millones de euros, con abultados crecimientos en todos los departamentos. El aumento es significativo en todas las áreas, entre las que destacan Sanidad con un 10,4% hasta los 7.530 millones, Educación con un 6,9 en hasta los 4.797 millones, o Igualdad con un 19,1% hasta los 1.921 millones de euros.
Y, un año más, en esta clasificación orgánica del gasto destaca sobremanera el importe que destinará la Comunidad Valenciana al pago del “servicio de la deuda”, que aumenta un 7,3% hasta situarse en los 6.878 millones de euros. Se trata de más de lo que destinará en 2021 a Educación y más de lo que presupuestó para Sanidad en 2020. El volumen asciende al 26,8% del total del presupuesto valenciano, más de una cuarta parte.
Pese a ello, la autonomía no hace más que incrementar su deuda. Al cierre del segundo semestre del año el montante total se quedó cerca de los 50.000 millones de euros, según las cifras del Banco de España. Se trata del volumen relativo más elevado del país, al ascender al 46% del PIB valenciano.
Y subirá todavía más. El Gobierno autonómico ha vuelto a incluir para 2021 la llamada “partida reivindicativa”, una previsión ficticia de ingresos a cuenta de la reforma de la financiación autonómica. El montante asciende esta vez a 1.336 millones de euros, cantidad que, en caso llegar a la autonomía, la equipararía a la financiación media por habitante de las autonomías españolas del régimen común.
Pero, al seguir esta reforma pendiente -Pedro Sánchez la ha ignorado por tercer ejercicio consecutivo-, la cifra no llegará y volverá a convertirse en déficit al cierre del año. Engrosará, por tanto, aún más la deuda de la Comunidad Valenciana, que es, tal y como reconoce el Estado, la que menos recibe por habitante de todo el país.