Malestar en el PSOE por la elección de Bravo, pareja de Ximo Puig, como 'tres' del Parlamento valenciano
El nombramiento sitúa a la fiscal como el cargo institucional más importante y mejor pagado de los socialistas: cobrará más de 80.000 euros anuales.
27 junio, 2023 02:25El Botànic, el pacto que ha sostenido el gobierno de Ximo Puig los últimos ocho años, ya es historia. El PSOE se quedó solo en la sesión inaugural de las Cortes Valencianas tras una jugada maestra del PP y Compromís que rompe por primera vez el bloque de izquierdas y deja muy tocado el liderazgo de Puig.
La pinza entre PP y los de Joan Baldoví deja a los socialistas con un único puesto en la mesa de la Cámara, y por primera vez el cargo no estará ocupado por un militante socialista. Al PSOE le correspondían dos cargos en la mesa por los resultados electorales del 28 de mayo y había rechazado ceder uno de ellos a Compromís, su socio hasta el lunes.
El PP vio una oportunidad en el desencuentro y cedió 18 votos para que los nacionalistas ganaran la votación. La operación de Carlos Mazón dejó "perplejo" al PSOE y Ximo Puig solo pudo colocar en la mesa a la consellera en funciones Gabriela Bravo, su pareja, como vicepresidenta segunda.
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La imagen de Bravo como número tres de la Cámara valenciana y única representante del PSOE ha generado un profundo malestar en una parte importante del partido y amenaza con desmovilizar a las bases a menos de un mes de las elecciones generales.
Exportavoz del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y fiscal de profesión, Bravo no milita en el PSOE y se ha mantenido como consellera independiente durante estos ocho años. Su relación con Puig enturbió el pacto con Compromís y su ascenso en el Gobierno valenciano se miró con recelo desde la militancia.
Nadie cuestiona la capacidad técnica de Bravo y su amplio conocimiento legislativo, unos factores que la han convertido en una de las conselleras más solventes de Puig. Pero los críticos sostienen que se está perdiendo la oportunidad de impulsar nuevos liderazgos en la izquierda que permitan recuperar la Generalitat en 2027.
"Mientras se gobernaba no pasaba nada y nadie contestaba", admiten dirigentes del PSOE consultados por El ESPAÑOL. Pero ahora, el cambio de gobierno deja a los socialistas fuera de las instituciones y con un rosario de cargos a los que buscar un nuevo destino.
El nombramiento convierte a Gabriela Bravo en el cargo institucional más importante en Valencia, a la espera de conocer qué ocurre con la Diputación, y es el mejor pagado: cobrará más de 80.000 euros anuales. Mientras, Puig ya se ha garantizado su elección como senador territorial y por el momento también mantendrá su escaño en Valencia.
El futuro político de ambos ha encendido al PSOE y se ha llevado en la más absoluta discreción. Los diputados socialistas no conocieron la propuesta de Puig hasta primera hora de la mañana del lunes.
Solo su círculo de confianza sabía el nuevo destino de Bravo y la elección ni se debatió ni pasó por ningún órgano del partido, según estas fuentes. Los representantes del PSOE atendieron las instrucciones que dio la dirección del grupo a primera hora y votaron sin rechistar.
El enfado se suma al de la confección de las listas del PSOE valenciano para el Parlamento autonómico. Gabriela Bravo es solo una de los ocho independientes que han entrado al hemiciclo en representación de los socialistas. El 25% de los 31 cargos electos no milita en el partido.
"Configuró una lista que solo pensaba en la victoria, y con la derrota ha dolido mucho el escenario. Son ocho de los pocos cargos que le quedan al partido, y han acabado en manos de personas que podrían haber tenido un papel importante en la Generalitat, pero no sabemos si tanto en la oposición", lamentan las fuentes consultadas.
La pinza
La sorpresa de la jornada llegó en la votación de la secretaría de la mesa de la sesión constitutiva de Les Corts Valencianes.
Contra todo pronóstico, 18 diputados de la bancada del PP dieron su apoyo a la candidata de Compromís, Maria Josep Amigó, para que obtuviera más votos que el PSOE y fuera elegida por encima de la consellera socialista en funciones, Josefina Bueno.
El origen del primer desencuentro entre PSOE y Compromís como oposición se sitúa dos semanas atrás. El PSOE anunció que no cedería a Compromís uno de los dos puestos que le correspondían en la mesa porque no estaban dispuestos a "blanquear el pacto de PP y Vox" y a "darle normalidad a algo que no es normal".
Los socialistas defendieron que les correspondía la vicepresidencia segunda y la secretaría segunda en función de los escaños obtenidos, por lo que iban "a cumplir el reglamento".
Compromís se reunió con el PSOE para pedirles in extremis esa secretaría segunda y mantener así la esencia de su pacto de gobierno. Pero Puig se mantuvo en el no para retener los dos puestos institucionales.
"Igual que hemos estado gobernando conjuntamente, ahora hubiéramos podido tener esa representación con el PSOE", destacaron ayer dirigentes de Compromís. Los nacionalistas negaron un acuerdo y se comprometieron a realizar una "máxima oposición". "Igual no es la jugada maestra que han pensado", puntualizó el diputado Vicent Marzà.
Sea como fuere, en el PP solo ven ventajas a la jugada de Mazón tras varias semanas en las que dirigentes nacionales del partido han cuestionado la celeridad del pacto alcanzado con Vox en Valencia.
Según subrayan desde el entorno de Mazón, la operación permite romper la unidad de la izquierda, incluso con Puig como presidente en funciones, y deja solo al barón en un momento de máxima debilidad tras perder el Consell. Mazón confirmó que Compromís conocía sus intenciones.
Mazón aprovechó la jugada y tras el pleno instó al PSOE a que "no siga siendo el partido del no" y a que no dilate los plazos para su investidura porque es "hora de que abandone el sillón".
Poco después de dejar a Bravo como única representante del PSOE en la mesa, el futuro presidente manifestó que los socialistas han sido "el partido del no" y mostró su deseo de poner en marcha la legislatura "cuanto antes".
La relación sentimental que mantienen Ximo Puig y Gabriela Bravo se hizo pública en 2018 tras meses de rumores. El noviazgo se ha vivido todo este tiempo como un "elemento de riesgo" para la estabilidad del Gobierno autonómico. Ahora, amenaza con hacer saltar por los aires la unidad y estabilidad del PSOE en Valencia.