La presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, ha avisado de que vuelve a un repliegue táctico para los asuntos de partido. A partir de ahora dice que no hablará más y, si lo hace, será en sus órganos, dando ya por “seguro” la convocatoria un comité federal. El PSOE andaluz viene presionando desde hace días con que este se tiene que celebrar y que lo “lógico y razonable” sería tras las elecciones vascas y gallegas.
Mientras en Ferraz siguen sin mover ficha, Díaz está forzando que se marque en el calendario un cónclave para poner las cartas sobre la mesa y ver la posición de los socialistas con respecto a la formación de Gobierno. Aunque ella apuntó en una dirección el pasado miércoles con un mensaje claro al secretario general, Pedro Sánchez: "con 85 escaños no se puede gobernar". Un recado que ya venía precedido de las declaraciones de otros miembros de la dirección del PSOE-A, en los que advertían que no veían viable un acuerdo con Ciudadanos y Podemos por los vetos cruzados. “Es una situación que no suma”, dijeron entonces fuentes de la dirección andaluza.
Sobre lo que pudiera implicar ese comité federal de maniobra del sector crítico para desestabilizar a Sánchez, Díaz ha despachado la pregunta con un rápido: “No sé de qué me habla”.
Si ha esquivado hablar de su partido y de las declaraciones de su compañero Rodríguez Ibarra (ha manifestado que si Sánchez intenta formar un gobierno con Podemos, ERC y el PDC, se marcharía del partido y que no sería “el único”), no lo ha hecho en sus ataques a Mariano Rajoy. Ha vuelto a la carga a quien le conminaba a dar un paso atrás. “Si quiere hacerle un gran servicio a este país, el servicio que podría hacer es coger y marcharse”, ha insistido.
Defensa cerrada de sus mentores políticos
Tras el terremoto de la petición de la fiscalía de inhabilitación por el caso de los ERE para los ex presidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán, a este además, seis años de cárcel, y a sabiendas de las réplicas que tendrá en los próximos días, Díaz ha preferido reafimarse en la defensa de sus mentores políticos. Aunque este nuevo episodio judicial pudiera pasarle factura en el pulso interno del partido con Sánchez, no se ha movido un milímetro del guion que se marcó el PSOE andaluz nada más conocerse lo que pedía Anticorrupción.
“Hace mucho tiempo que tanto Chaves como Griñán asumieron responsabilidades políticas dejaron su escaño y abandonaron el partido, y con todo el respeto a la Justicia, creo firmemente en su honradez y honestidad, y no se les ha acusado de haberse beneficiado personalmente”, ha afirmado, para acto seguido desear que cuanto antes la Justicia sea “implacable” y que “paguen bien” quienes sacaron tajada de un escándalo.
Tampoco ha dejado pasar por alto que la ejemplaridad de los dos expresidentes al apartarse de la política activa, algo que “otros no han hecho”.
Esta defensa cerrada de Chaves y Griñán contrasta con lo apartados que estos se mantienen del partido. Hace más de un año que no asisten a ningún acto del PSOE. Ese aislamiento ha tenido muchas interpretaciones porque no fue fácil el proceso por el que dejaron sus escaños en el Senado y en el Congreso en junio del pasado año. Fue la propia Díaz quien les presionó para que lo hicieran, porque de ello dependía su investidura, y eso generó no pocas tensiones. Al final lo hicieron, y este mismo verano, tras conocerse el auto de procesamiento, también dejaron la militancia para no contaminar al partido. Por si quedara alguna duda de que Díaz quiera desmarcarse de ellos, ha asegurado que mantiene contacto con ellos, que siempre lo ha mantenido y que en las últimas horas también lo ha hecho.