El candidato a ser reelegido lehendakari , Íñigo Urkullu, ha defendido el Pacto con el Estado para la consecución de un nuevo estatus político para el País Vasco en la primera sesión de investidura, celebrada este miércoles en la Cámara de Vitoria, en la que se ha ajustado al contenido del programa de Gobierno suscrito un día antes entre su partido, el PNV, y el PSE-EE y ha confrontado su propuesta con la abiertamente independentista de EH Bildu.
Se ha vuelto a apartar una vez más de la vía unilateral emprendida por Cataluña, que anhelan seguir las fuerzas lideradas por Arnaldo Otegi. La presentación de la candidata de la coalición abertzale, Maddalen Iriarte, sin opciones de ser elegida, ha permitido constatar la diferencia entre los procesos y modelos de las dos fuerzas nacionalistas.
Como era previsible Urkullu no ha despejado, no obstante, ninguna de las incertidumbres que en materia de autogobierno suscita el documento programático suscrito por los dos socios del Ejecutivo, donde se reconocen “libertad mutua” para mantener sus posiciones en la ponencia parlamentaria encargada de articular la reforma estatutaria y donde pactan abordar el debate sobre la nación vasca y el derecho a decidir.
Exponía el programa de Gobierno así que no ha mencionado la “consulta habilitante”, no contemplada en el ordenamiento jurídico vigente y tampoco en el acuerdo con el PSE-EE, pero a la que el PNV no ha renunciado y plantea llevar a la ponencia. Se ha referido en cambio a las otras dos grandes aspiraciones que comparte con su partido: el reconocimiento de Euskadi como nación y la necesidad de “mecanismos de bilateralidad efectiva” que garanticen el cumplimiento de lo pactado con el Estado.
Lo ha hecho desde la esfera de su convencimiento “personal y político” de que ha llegado el momento de “avanzar” en esa doble dirección, aunque a continuación ha esbozado las premisas para recorrer ese camino: “la cultura del Pacto, el principio democrático y el principio de legalidad”
Obligación de pactar
Diálogo, acuerdo y colaboración, han sido términos profusamente utilizados por Urkullu, que “ha tendido la mano” a partidos e instituciones y “también al Estado”, como se ha ocupado de recalcar. La misma predisposición ha mostrado hacia los grupos parlamentarios vascos en la oposición.
Considera que ese “espíritu de colaboración” es “imprescindible” para superar con éxito los grandes objetivos que el País Vasco encara esta legislatura en torno al desarrollo económico y humano, la reducción de las tasas de paro y pobreza, la consolidación de la paz y la convivencia y la actualización del pacto estatutario.
“Ninguna solución es mejor que una solución acordada”, ha afirmado Urkullu, que junto a la “capacidad de decidir” un nuevo marco político para Euskadi ha reivindicado la “obligación de pactar” para conseguir “un punto de encuentro” que responda a “la realidad plural” de la sociedad vasca.
El todavía candidato a lehendakari ha advertido de que no va a caer “en planteamientos irrealizables o insostenibles”, como tampoco “en ofrecimientos inconsistentes o discursos carentes de una base firme”, en un mensaje claramente dirigido a EH Bildu, cuya portavoz le había precedido en la tribuna de oradores.
“Asumo los principios de realismo y responsabilidad”, ha expuesto Urkullu, fiel a la imagen de moderación y pragmatismo que ha cultivado a lo largo de su primer mandato, frente a la radicalidad de la deriva soberanista promovida por su predecesor en el cargo y lehendakari de su mismo partido, Juan José Ibarretxe.
EH Bildu "no se cruzará de brazos"
La periodista de EiTB, Maddalen Iriarte, recién llegada a la política, se ha presentado como feminista ante la Cámara y se ha estrenado con aplomo en el debate parlamentario, donde ha desgranado con cierto detalle un programa de Gobieno alternativo al elaborado por los partidos de Andoni Ortúzar e Idoia Mendia, como si realmente el pacto ambicionado con PNV y Elkarrekin Podemos para dirigir Euskadi estuviera al alcance de su mano.
Iriarte ha reclamado que Euskal Herria se convierta en “estado soberano e independiente” y ha propuesto avanzar hacia la independencia de Euskadi con la celebración de una “consulta vinculante” en 2018 y la redacción de una Constitución vasca.
EH Bildu llevará sus propuestas a la ponencia de autogobierno con la pretensión de que este foro tenga elaborados dentro de dos años dos documentos; uno que muestre la disposición de la comunidad autónoma a materializar el derecho a decidir y el segundo que recoja cómo llevarlo a cabo.
Los dirigentes abertzales no se oponen a la negociación con el Estado de un nuevo estatus pero anticipan una “negativa de Madrid” al acuerdo que salga del Parlamento Vasco y rechazan “cruzarse de brazos”. Plantean ir preparando “herramientas”para la independencia, como están haciendo la Generalitat y el Parlament, con una oficina específica dentro del Gobierno y el desarrollo de estructuras de Estado y leyes de desconexión. Al abordar políticas sectoriales la candidata ha insistido además en la idea de “desespañolizar” Euskadi.
Iriarte, que ha dicho “envidiar” a Cataluña por la vía unilateral iniciada por sus instituciones, ha incidido en el respaldo mayoritario que el derecho a decidir obtiene esta legislatura en la Cámara, donde es avalado por 57 de 75 parlamentarios. Sus cuentas se han extendido al apoyo que recaba “ en el 75% del electorado”, según los resultados de los últimos comicios autonómicos.
En base a estas cifras, la candidata y portavoz del principal grupo de la oposición ha afirmado que “nadie puede cuestionar una mayoría tan amplia” y ha anunciado que EH Bildu no va a renunciar a ejercer el derecho a decidir, ni a permitir que los socialistas, a quienes no ha citado expresamente, condicionen el debate en el seno de la ponencia de autogobierno. “No vamos a aceptar que en nombre de la transversalidad o de la pluralidad [defendidas por el PNV] se extiendan derechos de veto a favor de nadie”, ha concluido, tajante.
A pesar de sus discrepancias esenciales sobre los procedimientos tanto PNV como EH Bildu coinciden en su reivindicación del derecho a decidir, que comparten con Elkarrekin Podemos, formación que se estrena en el Parlamento y que deberá elevar sus propuestas a la ponencia de autogobierno que la pasada legislatura registró ya la del resto de partidos políticos, incluidas las del PP y PSE-EE. El choque de trenes es predecible, no así el resultado del foro donde la participación de Podemos introduce una variable casi tan importante como la resultante de la conformación del nuevo Gobierno bipartito vasco.
Disolución y desarme de ETA
Las diferencias entre los dos aspirantes a la Lehendakaritza se han extendido en el debate de investidura a otra de las prioridades que acometerá el Gobierno PNV-PSE-EE, la consolidación de la paz y la convivencia tras el cese de la violencia de ETA hace cinco años.
“Propongo que renunciemos a ganarnos por mayoría para ganar por acuerdo”. De nuevo, un Urkullu conciliador, pactista y transversal ha pedido “altura de miras” para abordar la etapa inaugurada por el final del terrorismo.
En esta área su Gobierno contemplará como prioridades el desarme definitivo y la disolución de ETA y la consecución de una nueva política penitenciaria. Sin detenerse mucho ha enumerado también su compromiso con las víctimas y las políticas de memoria.
Iriarte ha responsabilizado al Gobierno español de no facilitar la convivencia con su “inmovilismo” y ha recordado la apuesta de EH Bildu por las vías pacíficas, asegurando que algunos de sus miembros – en alusión a Arnaldo Otegi, presente en la tribuna de invitados- “han pagado un precio” por “contribuir” a acabar con la violencia de la organización armada.
La portavoz abertzale ha pedido facilitar el desarme de ETA pero, a renglón seguido ha solicitado también la “desmilitarización” de Euskal Herria, es decir que el Ejército y los Cuerpos de Seguridad del Estado abandonen su territorio.
“La dispersión no existe en el Código Penal”, ha expuesto Iriarte, que ha exigido acabar con la actual política penitenciaria y la excarcelación de los presos enfermos. Junto al reconocimiento de las víctimas de “todas” las violencias ha demandado, finalmente, una Comisión de la Verdad que recoja “todos” los relatos y contrarreste “la lógica de ganadores y perdedores” que se quiere “imponer” sobre lo sucedido.
Íñigo Urkullu será reelegido candidato este jueves en segunda votación al no contar con los apoyos suficientes –PNV y PSE –EE tienen 37 votos - para obtener la mayoría absoluta imprescindible en la primera. A Maddalen Iriarte sólo le apoyarán los 18 parlamentarios de Sortu, EA, Aralar y Alternativa que componen EH Bildu. Elkarrekin Podemos anunció en vísperas del debate que no apoyará con sus 11 votos a la candidata abertzale, lo que no ha impedido a la formación morada aplaudir su discurso.
Noticias relacionadas
- PNV y PSE cierran un "acuerdo político" para gobernar en el País Vasco
- EL PNV cierra el círculo de su alianza con el PSE
- Los seis retos de Andoni Ortuzar al frente del PNV
- El PNV no renuncia a promover una consulta sobre un nuevo Estatuto
- Sánchez vende como un éxito propio el pacto entre PSE y el PNV
- PNV y PSE pactan debatir sobre la nación vasca y el derecho a decidir