Felipe VI vuelve a Cataluña. La Casa Real ha confirmado este viernes que el Rey participará la próxima semana en la cena inaugural del Mobile World Congress de Barcelona, prevista para el domingo 25 de febrero en el Palau de la Música catalana. El monarca no pisaba Cataluña desde su asistencia a la manifestación del 27 de agosto en memoria de las víctimas de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils.
La asistencia al congreso de móviles marca el regreso del jefe del Estado a Cataluña tras el golpe separatista y su mensaje a la Nación del 3 de octubre, en el que pidió al Gobierno "asegurar el orden constitucional" frente al desafío independentista de la Generalitat. No es un retorno sencillo y la Casa Real había dado muchas vueltas sobre la conveniencia de dar o no este paso. La situación de bloqueo institucional en Cataluña por la incapacidad de las fuerzas separatistas de formar gobierno ha facilitado las cosas. Mientras sigue el impasse, la administración de la Generalitat sigue en manos del Gobierno central en aplicación del artículo 155 de la Constitución.
La presencia de Felipe VI es también una mensaje de la Corona a favor del Mobile World Congress, que después de los sucesos de Cataluña se está planteando cambiar de sede. Este congreso es una cita tecnológica ineludible a nivel internacional, y uno de los mayores reclamos de Barcelona y España.
La última visita del Rey a Cataluña fue una pesadilla. El desafío del separatismo a la legalidad todavía no había empezado. Pero la manifestación del 27 de agosto en Barcelona fue un aviso de lo que estaba por venir. Felipe VI sufrió una encerrona del independentismo. Esteladas, abucheos y abundante cartelería nada improvisada señalaban al Monarca como cómplice de supuestos regímenes que patrocinan el terrorismo, y ello ante la mirada de todo el mundo.
En su discurso del 3 de octubre, el Rey acusó a las autoridades catalanas de situarse al margen de la democracia y de la ley. Aquellos gobernantes, huidos o encarcelados, han revalidado la mayoría absoluta en el Parlament. El separatismo no perdona a la Corona su liderazgo constitucional y el papel determinante que jugó en la reacción de la sociedad española.
Lo primero que dijo el huido Carles Puigdemont tras conocerse el resultado de las elecciones del 21-D fue que la República catalana había derrotado a la monarquía del 155. En su tradicional mensaje de Nochebuena, el Rey, cierto que con otro tono, no se movió en lo sustancial de lo que dijo en octubre sobre el proceso separatista. Y en su discurso ante el Foro Económico Mundial de Davos hace menos de un mes, Felipe VI advirtió que la lección que el mundo debía extraer de lo ocurrido en Cataluña es la necesidad de defender el imperio de la ley frente a los intentos de "socavar las reglas básicas de la democracia".
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