Un puñado de destacadas personalidades procedentes del sector privado, del académico, de la vieja CiU, de Lliures y de otros partidos y asociaciones catalanistas, aunque no separatistas, está impulsando la creación de una nueva formación con el objetivo de aglutinar a un sector de la sociedad catalana que ha dejado de sentirse representada en los partidos actuales.
"En Cataluña hay un catalanismo no independentista que busca una salida, focalizado principalmente en el tercer cinturón de Cataluña, desde Mataró, Granollers, Sabadell, y que llega hasta Reus. Catalanohablantes, gente de centroderecha, de orden, que no se sienten identificados ni con PSC, ni PP, ni Ciudadanos". Son palabras de Josep Ramon Bosch, presidente de Sociedad Civil Catalana, en una entrevista publicada este viernes en Crónica Global.
De lo que está hablando Josep Ramon Bosch sin mencionarlo de forma explícita es de uno de los secretos mejor guardados de la política catalana actual. Es decir, de la plataforma o alianza electoral que se está forjando para acoger a ese amplio sector conservador de la sociedad catalana disconforme con la deriva de confrontación con el Estado emprendida por Oriol Junqueras, Quim Torra y Carles Puigdemont. Es un sector que jamás votaría a Ciudadanos o al PP, por "españolistas", pero tampoco al PSC, por "izquierdista", y mucho menos a los comunes de Ada Colau, considerados entre amplios sectores de la clase media catalana como los principales responsables de la acelerada decadencia económica, cultural y cívica de la ciudad de Barcelona.
"No es un partido, o al menos no lo es de momento, no utilices esa palabra", aclara una fuente cercana al liderazgo de la nueva plataforma electoral. "Ya se verá la forma concreta que adopta. Quizá se trate de una alianza electoral, quizá de algún otro tipo de coalición". Alianza, plataforma, coalición o partido, lo que parece claro es que la criatura no nace con vocación de asociación civil, sino con la intención de concurrir a las elecciones y romper el empate actualmente existente entre independentistas y no independentistas.
Sus impulsores aclaran que tras esa plataforma no está Sociedad Civil Catalana, como se ha especulado en algunos círculos políticos, más allá del hecho de la coincidencia en algunos nombres.
Urkullu, el modelo a seguir
Para los promotores de esta plataforma catalanista el modelo a seguir es el del PNV de Iñigo Urkullu. Del lendakari se alaba su moderación y su capacidad para muñir pactos financieros y competenciales muy beneficiosos para el País Vasco sin necesidad de crispar la política española, provocar la huida masiva de empresas, hundir la economía o fracturar la convivencia en la comunidad.
"Hay muchas piezas que encajar, pero ahora mismo estamos a la espera de lo que ocurra en las próximas elecciones generales y municipales, y sobre todo de lo que ocurra con los restos de la vieja CiU", añaden las mismas fuentes. Un buen resultado de Carles Puigdemont validaría la estrategia separatista de choque frontal con el Estado, mientras que uno malo alimentaría las esperanzas de una hipotética vuelta al carril de la cooperación con el Estado.
Una de las grandes dudas que plantea la nueva plataforma es la de su compatibilidad con Manuel Valls y Cs, cuya plataforma se circunscribe de momento a la ciudad de Barcelona. Que el nombre de Eva Parera, exsenadora de Unión Democrática de Cataluña, actual miembro del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) y número cuatro de la candidatura de Valls, suene como nexo de unión entre ambas plataformas no es, en fin, casualidad.
"Veremos cuáles son los resultados de Valls y a partir de ahí trabajaremos en un sentido u otro. Lo que es obvio es que nuestra plataforma nace con la intención de tener impacto a nivel autonómico, pero también de influir en la política nacional", finalizan fuentes de la nueva plataforma, que trabaja con la idea de una posible convocatoria anticipada de elecciones autonómicas en noviembre de este año, tras la sentencia del Tribunal Supremo en el juicio a los líderes del procés.