Jaume Duch (Barcelona, 1962) es el portavoz y director general de Comunicación del Parlamento Europeo. En estos momentos en que los estados miembros de la Unión Europea abordan la crisis del Covid-19 con perspectivas diferentes según el grado de afectación de la pandemia, Duch asegura que cada vez hay más consenso para "mutualizar la deuda" porque, a su juicio, estamos ante una "crisis simétrica".
En este sentido, el español con mayor rango en las instituciones europeas marca distancias con la crisis económica de 2008. Bruselas ha empezado por cancelar el Pacto de Estabilidad presupuestaria y ahora está preparando una suerte de Plan Marshall con un billón de euros sobre la mesa del Banco Central Europeo para movilizar la ayuda financiera de los Estados miembros.
Duch se muestra optimista con el futuro del proyecto europeo cuando explica que "la UE ha avanzado en su construcción durante los periodos de crisis". Después de la unión monetaria, este episodio puede contribuir a la creación de una estructura de fiscalidad común que acompañe las políticas económicas y monetarias de la Unión Europea. Y, de este modo, avanzar en la integración europea.
España e Italia están enfrentadas a Alemania y Holanda sobre la necesidad de mutualizar la deuda a través de los eurobonos. ¿Hasta dónde puede llegar esta confrontación?
Estamos en una situación que evoluciona cada semana y, en consecuencia, las posiciones muy duras de hace unos días quizás puede que no lo sean tanto dentro de unos cuantos días. Si hay una diferencia importante con la crisis económica y monetaria de hace 10 años es que ahora estamos ante una crisis simétrica. De una manera u otra afecta a todos. Se va abriendo paso en todas partes el debate de mutualizar la deuda.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, ha dicho que hablar de eurobonos es hablar de eslóganes. Merkel también se inclinó por no prometer a los ciudadanos algo que no se puede realizar.
Von Der Leyen aclaró su posición al respecto en un comunicado en el que no cerraba la puerta a ninguna medida, y por lo tanto tampoco a los coronabonos. Pero más importante del nombre que se le quiera dar, lo importante es el instrumento. Que haya una manera de mutualizar la deuda. Al final cuando se vean las consecuencias económicas y sociales de esta crisis se impondrá por sí mismo porque será benéfico para todos los países de la Unión Europea.
¿Tiene sentido una unión monetaria sin una política fiscal común?
Cuando más avanza la Unión Europea en su construcción es durante las crisis. Lo vimos claramente en el periodo de 2008 y 2010 cuando de repente se empezaron a tomar medidas que durante muchos años habían estado bloqueadas.
Ahora puede pasar exactamente lo mismo. De hecho, lo estamos viendo ya: se ha suspendido el Pacto de Estabilidad económica, cosa que no había pasado nunca antes, hemos visto el Banco Central Europeo tomar medidas importantísimas en un periodo de tiempo muy breve y creo que no tendría nada de extraño que avancemos ahora también rápidamente en una estructura de fiscalidad que acompañe las políticas económicas y monetarias de la Unión Europea.
Cuando más avanza la Unión Europea en su construcción es durante las crisis
¿En esta crisis no hay culpables o también ha habido mala gestión pública de unos países en relación a otros?
El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, ha dicho claramente que este virus no procede de ningún país de la Unión Europea y que no hay ningún país responsable. Además, es un virus que no se para en las fronteras de ningún país. Ni de fuera ni de dentro de la Unión Europea. Por lo tanto, hay que hacerle frente conjuntamente.
Estamos viendo lo que ya vimos en los primeros días de la crisis económica de 2008. Hay un sentimiento de indefensión donde cada país cree que debe luchar por sí solo hasta que se da cuenta de que tiene que haber también un nivel de coordinación europea y de mutualización del esfuerzo, no solo de la deuda.
De hecho, se ha hablado de otro Plan Marshall. ¿En qué se destinará este billón de euros que está sobre la mesa?
El BCE ya ha movilizado un billón de euros en bonos para la zona euro y, al mismo tiempo, la Unión Europea está utilizando todas las partidas de los fondos estructurales y regionales que hasta ahora no se habían utilizado, casi 40.000 millones, para ayudar a los Estados miembros. Se ha relajado el Pacto de Estabilidad y la propia Comisión Europea ha empezado a hablar de reformar el marco presupuestario de la Unión Europea de los próximos siete años, que precisamente se estaba negociando ahora para dar prioridad a todas las medidas que ayuden a reactivar la economía europea en cuanto haya pasado esta crisis.
A todo esto se le puede llamar Plan Marshall o de cualquier otra manera, pero en todo caso es un esfuerzo de movilización financiera para ayudar a los Estados miembros, a sus empresas y sus ciudadanos como no se había visto antes.
¿Cree que esta crisis puede ser de mayor magnitud que la de 2008?
No lo sabemos. Esto va a depender de lo que dure la crisis sanitaria y el parón económico. Es muy difícil hacer previsiones, pero esperemos que esto pase más rápido de lo que ahora pensamos.
Europa se ha centrado en la economía y la inmigración, ¿cree que necesita un plan sanitario o que debe crear un centro de investigación médica? En esta crisis no se ha oído la voz de la UE…
Tenemos que tener en cuenta que la Unión Europea tiene competencias en algunos temas y en otros no. Del mismo modo que tiene competencias importantes en materia económica no las ha tenido nunca hasta ahora en política sanitaria. Ésta ha estado siempre en manos de los Estados e incluso, en algunos casos, es una política transferida a nivel regional, como en Alemania o España.
Cuando esta crisis haya pasado, una de las enseñanzas evidentes será que hace falta reforzar una coordinación europea en esta materia. Cuestiones como el abastecimiento médico, mascarillas, test… todo lo que sirve para luchar contra pandemias tiene que tener un escalón nacional y otro escalón europeo.
Ahora que la necesidad ha quedado tan patente espero que exista voluntad política en los gobiernos de construir una coordinación de prevención y, después, de tratamiento en el caso de que tengamos que volver a hacer frente a una situación como la actual.
Hace años que las autoridades científicas advierten de la potencial amenaza de los virus y sus efectos en un mundo globalizado. También cuando se aplicó Schengen se habló del riesgo sanitario de una gran zona de movilidad abierta. ¿La Unión Europea no podía haberlo previsto antes?
No se puede decir que la Unión Europea no lo previó, porque no las instituciones europeas no pueden decidir sobre asuntos en los que no tiene competencias. Es una cuestión que está en manos de los Estados miembros y, efectivamente, podemos llegar a la conclusión de que, hasta hoy, en todos no ha habido la percepción de que éste fuera un tema en el que habría que reforzar al menos la colaboración en ámbito europeo. La UE avanza a veces más en épocas difíciles que en épocas normales. Y yo espero que todo el mundo tome sus conclusiones.
¿Qué modelo cree que funciona mejor para este tipo de crisis? ¿Uno centralizado como el francés o uno federal como el alemán?
No creo que esto sea la cuestión, sino ser o no eficaces. Alemania es el ejemplo de que se puede tener un modelo federal y ser eficaz.
Le veo optimista. ¿Cree que de esta crisis saldrán reforzadas las democracias?
Cada vez que hay una crisis una de las primeras cosas que oímos es que esto va a suponer la muerte de la UE. Obviamente la situación es muy grave y los ciudadanos esperan de la Unión Europea todo tipo de ayuda, incluso por encima de las cosas que la propia Unión puede hacer. Pero si hay un ejemplo de un problema del siglo XXI al que los Estados miembros no van a poder hacer frente solos ni ahora ni en el futuro son las pandemias. Como la crisis de los refugiados. Son verdaderos retos del siglo XXI.
Uno puede tener el reflejo fácil de pensar que lo que hay que hacer es encerrarse en su país, en sus fronteras, para intentar solventar estos problemas, pero cualquier persona que piense fríamente se da cuenta de que esta es la peor de las situaciones posibles. La enseñanza que espero que saque la gente es que hay que dotarse de una verdadera Unión Europea.
Ahora nos referimos muchas veces a la UE sin saber si estamos hablando de las instituciones comunitarias en Bruselas -que yo creo que estos días están mostrando su eficacia- con la otra UE, que es el sistema de decisiones de los gobiernos por unanimidad. Es esto segundo lo que tiene que evolucionar, tenemos que completar la construcción europea para que los ciudadanos exigan cosas a la UE y la UE tenga la posibilidad y los medios de cumplir con lo que se les exige.
En este sentido, ¿hay un poco de autocrítica? ¿Entiende que haya ciudadanos que se pregunten para qué existe la UE si no les protege ante pandemias?
Claro. Por eso sería bueno que el propio ciudadano exija a su gobierno, el que sea, que se dote a la UE de las competencias y medios necesarios para que esta protección se pueda dar. Y luego, de esta crisis tenemos que intentar que no salga debilitada la propia democracia, que los ciudadanos no se confundan y piensen que en China han podido cortar la infección antes que en otros países o porque nos han enviado dos aviones con material médico significa que los ciudadanos de la UE tengan que renunciar de un sistema de libertades y protección social que siguen siendo los más avanzados del mundo.
Estamos en una guerra de comunicación y propaganda a la que la Unión Europea no está acostumbrada
El eurodiputado de Ciudadanos, Luis Garicano, acusó a Francia y Alemania de acaparar material médico y lo consideró uno de los mayores ataques a la Unión Europea.
No voy a comentar lo que dicen los eurodiputados. Lo que sí puedo decir es que hoy mismo en el briefing de la Comisión Europea se han expuesto los datos y tanto Francia como Alemania han enviado diez veces más material médico a Italia que China o que Cuba, pero aquí estamos en una guerra de comunicación y propaganda a la que la Unión Europea no está acostumbrada.
Es verdad que los primeros días hubo dificultades. Pero en estos momentos lo que estamos viendo es que las muestras de solidaridad de países como Alemania o Francia son mucho mayores que cualquier tipo de gesto de países exteriores de la Unión Europea, que también saludo, por supuesto.
La gente también ha olvidado que en enero fue la UE quien donó material médico a China cuando tenían el problema. Y en ese momento no hicimos un campaña para explicar a diestro y siniestro que estábamos enviando material a China.
Insisto en que donde está habiendo más solidaridad es dentro de la Unión Europea, no solo con el envío de material médico. También con la decisión de Alemania de aceptar enfermos del este de Francia y del norte de Italia.
Sánchez tuvo palabras duras sobre la UE y su falta de solidaridad. ¿Se está buscando un chivo expiatorio para la crisis económica?
No lo creo. Escuché la intervención de Sánchez y no fue una crítica a la Unión Europea como tal sino a posibles muestras de insolidaridad de algunos Estados. Esto entra dentro de la lógica política y si lo hizo fue probablemente para llamar la atención de la importancia que tiene para toda la ciudadanía europea, no solo española, que se demuestre que estar juntos implica también solidaridad a todos los niveles.
¿Qué le parecen las críticas del Ejército para hacer labores de desinfección?
No voy a entrar en asuntos internos, pero imagino que ningún gobernante a ningún nivel va a criticar ninguna medida que sirva para beneficiar a la población en un momento de crisis como el actual.
Hay un debate de fondo en esta crisis sobre el derecho a la vida de los más ancianos. Se han difundido visiones contrapuestas en Países Bajos o Reino Unido sobre lo que hay que hacer en estos casos respecto a Italia o España.
Creo que no se puede generalizar, pero si hay un valor que es esencial para la sociedad europea es el del humanismo. Y esto también significa hacernos cargo de todos y cada uno de los integrantes de nuestra sociedad, sea cual sea su situación y su edad.
Me parecería injusto dejar de lado la generación que sufrió en muchos casos la posguerra, que ayudó a reconstruir sus países y que fue la generación que se sacrificó más que las generaciones posteriores. Dudo mucho que tenga que ser de nuevo la generación que se sacrifique. Insisto en que no hay que generalizar, se han oído voces, pero poco más.