Feijóo da libertad a Ayuso para diseñar su propia agenda internacional, que estrena en Bruselas

Así lo confiesan a EL ESPAÑOL fuentes cercanas a ambos dirigentes, pero también lo avalan los hechos. La era Feijóo acaba de iniciarse, aunque no será hasta este fin de semana cuando el presidente de Galicia tome las riendas del PP nacional, y Ayuso ya ha deslizado con sus declaraciones y acciones que no va a renunciar a seguir siendo ella.

Este lunes, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha viajado a Bruselas acompañada de su consejero de Educación, Enrique Ossorio. Allí se reunirá martes y miércoles con dirigentes comunitarios. Entre ellos la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y tres comisarios: Janez Lenarcic (Gestión de Crisis), Mariya Gabriel (Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud) y Dubravka Suica (vicepresidenta de la Comisión y comisaria de Democracia y Demografía).

En su ronda de reuniones con los dirigentes europeos tiene previsto abordar temas como la crisis de la guerra en Ucrania; la defensa de la autonomía fiscal de la región ante la "armonización" que prepara Pedro Sánchez, la seguridad (con el foco en el problema de las bandas latinas), el reto demográfico y el apoyo a la maternidad. Entre otros.

Como se deduce por el listado, se trata de una agenda prácticamente antagónica a la del Gobierno de España. Y ahí está la clave: Ayuso, convertida en una de las figuras más populares de su partido, "va a tener un papel fundamental" en la labor de oposición del PP al PSOE y Unidas Podemos en lo que resta de legislatura.

Nótese, en este sentido, que ha estado especialmente activa atacando a Sánchez en estas semanas de interinidad del PP: criticando la demora en la toma de medidas para paliar la inflación, la gestión de la guerra de Ucrania o el "bandazo" respecto al Sáhara. "Está acabado; está arruinando España", llegó a decir en televisión sobre el jefe del Ejecutivo.

Juntos a Moncloa

Ahora bien, las agendas nacionales de Ayuso y Feijóo guardan diferencias significativas, como cuál debe ser la relación de los populares con Vox en lo sucesivo. La presidenta madrileña dice públicamente que gobierna "en coalición" con Rocío Monasterio, en referencia a los acuerdos para medidas relevantes, como la reducción de la Asamblea.

Feijóo, por su parte, es partidario de marcar distancias con Santiago Abascal. En una entrevista concedida el pasado sábado a La Razón, dijo tener "absoluto respeto" por sus votantes, pero que su proyecto "no es pactar" con el partido a su derecha.

Tanto desde Génova como desde Puerta del Sol entienden que ambos discursos son complementarios, no excluyentes, porque "cada uno es capaz de llegar a un nicho distinto". Fuentes del PP madrileño entienden que "hay que convencer a parte del electorado socialista y parte del de Vox para ganar las generales de 2023".

En cuanto al viaje a Bruselas, desde el PP entienden que es "lo que corresponde hacer" a una presidenta autonómica, y se remiten a que el propio Alberto Núñez Feijóo tenía previsto desplazarse a Marsella el pasado 1 de marzo para participar en la IX Cumbre Europea de las Regiones y Ciudades, donde sí estuvo Ayuso. No pudo ir porque coincidió con el anuncio de su candidatura a las primarias para presidir el partido.

Además, estos desplazamientos suelen ser habituales en la agenda de Ayuso, que ya viajó a Bruselas en diciembre de 2019 para participar en su primer Pleno del Comité de las Regiones, justo tras ser nombrada miembro de este órgano de representación de las entidades regionales y locales de la Unión Europea.

La presidenta madrileña volverá de su viaje el jueves y acudirá al congreso que el PP celebra el fin de semana en Sevilla. Ahí se reencontrará con Pablo Casado, con quien no se habla desde que estalló su guerra fratricida, y se mostrará conciliadora con la nueva cúpula nacional. Como ha hecho hasta el momento.

En su primera -y hasta ahora, única- aparición pública conjunta, el presidente de la Xunta y su homóloga madrileña presumieron de afinidad. Feijóo, incluso, invitó a la presidenta a "hacer el Camino de Santiago" juntos. Desde Puerta del Sol entienden que, en el fondo, se refería a que "ha entendido que sólo juntos llegarán a Moncloa".