El PP europeo cree que Sánchez lleva a España a un "callejón sin salida" y ve a Feijóo como salvador
El líder popular regresa "satisfecho" y asume el reto de sus colegas europeos para "un cambio en España" ante unas cifras económicas "insostenibles".
2 junio, 2022 02:43Al presidente del Partido Popular se le atragantó una de sus reuniones cara a cara de las 48 horas que pasó en Rotterdam (Países Bajos) estos días. Poco después de su discurso ante los casi mil delegados, se vio con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y tuvo que soportar cómo su colega le repetía hasta tres veces que "Grecia ya tiene menos paro que España".
Este jueves se publican los datos de desempleo del mes de mayo, y las filtraciones de Moncloa se han intensificado al punto de que no hay periodista que no sepa ya que se prevén buenos. Un motivo para presumir de que "la reforma laboral funciona, crea empleo y empleo de calidad". Quizás el único dato económico que le funciona a Pedro Sánchez.
Pero hay una cosa que rondaba la cabeza de Alberto Núñez Feijóo según salía de cada una de las 13 bilaterales que mantuvo el martes y el miércoles en el congreso del Partido Popular Europeo (EPP): "Todos bajan al dato y los datos de España son insostenibles".
Dice de España, no del Gobierno de España, cuando lo cuenta. Inmediatamente, responde que "España es más fuerte que su Gobierno" y -claro, es político aspirante al poder- aclara que él está aquí para "gobernar España en los momentos duros, como siempre ha hecho el PP".
Lo que pasa es que éste es "el más duro" y que los interlocutores le toman la palabra. Testigos de ello son quienes estuvieron presentes en el encuentro con la presidenta de la Comisión Europea. "Ha sido una reunión institucional, no con una militante del EPP", aclaró Feijóo para huir de preguntas como "¿está de acuerdo Ursula von der Leyen con el diagnóstico del presidente del partido, su compatriota Manfred Weber?".
Es de esperar que sí... porque en caso contrario sería la única de los casi 1.000 delegados que no haya mirado a Feijóo estos días como la primera tabla de salvación para "un país grande que no termina de creérselo", como lo define Weber, "y que tal vez no sea consciente de su responsabilidad". Es decir, de que no puede tener "esa deuda disparada, ese déficit tan alto, la inflación descontrolada y el mayor paro de Europa".
España no es Grecia
Porque a España habría que salvarla antes de caer. En la crisis de 2008, los otros 27 pudieron escarmentar en el rescate de Grecia. Por mucho que ahora saque la cabeza y le haya costado desde entonces, su tamaño sí permitió que cayera.
Ahora, el vano consuelo español de que no importaba cuánto se deterioraran las cifras económicas de nuestro país, porque nunca acabarían a la cola en todo, se ha acabado. "Estamos los últimos en crecimiento, y a la cabeza en déficit, en inflación y en paro; somos los que menos fondos han ejecutado, aunque somos los primeros en pedirlos", enumeraba Feijóo, cabeceando en sentido negativo en una charla con periodistas.
-Yo le he preguntado qué va a hacer con las pensiones, que es un ejemplo de lo que nos preocupa en España.
-¿Y qué le ha contestado el primer ministro griego?
-Que ellos llevan 12 años con las pensiones congeladas. ¡12 años perdiendo poder adquisitivo! Y que sólo este año las va a actualizar... ¡Ah! Porque este año Grecia lo cierra con superávit.
No son ésas las recetas que propone Feijóo para España, que "cada país tiene sus características y potencialidades". Pero sí es ése "el coraje, el rigor y la estabilidad" que propone, y lo que repitió en su discurso del miércoles, después de hacerlo ante cada uno de los 13 mandatarios que han pedido sentarse con él estos días.
Desde la citada Von der Leyen; pasando por la presidenta del Parlamento Europeo, la maltesa Roberta Metsola; hasta el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch... el primero que lo citó.
"Me he visto con todos nuestros primeros ministros", entiéndase, los populares de la UE. "Y con los líderes de la CDU y de la CSU", los dos partidos hermanos en Alemania, el federal y el bávaro, a lo que Feijóo le daba mucho valor. "Los dos han querido reunirse conmigo, y despachar de todo".
¿De todo? "Sobre todo, de los temas económicos", admite ante la presión del reportero, en referencia al "callejón sin salida" al que puede enfrentarse nuestro país, si no rectifica la tendencia de sus cifras económicas.
"Esperan el cambio en España"
Porque de sus dos días en Países Bajos se lleva el líder del PP la sensación de que se le espera como salvador de dos situaciones límite: la de España y la de los propios populares europeos, que se repetían mucho lo de que son "la mayor familia política del continente", y los que han "moldeado la construcción comunitaria", y que la UE tiene "el mejor modelo social del mundo", que es "el mejor lugar para vivir".
Y que lo hacían porque llevan unos años de bajada. El primer gran país que celebrará elecciones entre todos ellos es España. Sean éstas cuando sean. Pero es que el PP español es el más grande entre ellos, junto a los alemanes... y éstos acaban de salir de la cancillería.
Así que a Feijóo le toca rearmar de moral al EPP y hacerlo "enderezando" España. "Sí, la sensación que me han transmitido es que todos creen que va a haber un cambio en España", confesaba el líder gallego.
Feijóo regresa a casa, pues, "satisfecho" porque los primeros ministros y demás líderes destacaban además lo "rápido" que el PP cerró su reciente crisis interna, tras la caída de Pablo Casado, y el crecimiento demoscópico del PP en las encuestas, compitiendo con el PSOE de Pedro Sánchez.
Precisamente Feijóo celebraba este miércoles los cuatro años de la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy de Moncloa. Una etapa que, según el líder del PP, ha significado, cada vez más, "mucho Sánchez y poco gobierno. Una cosa es que resista Sánchez y otra que lo haga España", señalaba socarrón en una charla informal con periodistas en Rotterdam. "Lo del manual de resistencia era verdad".
Feijóo se presentó, ya de palabra en su discurso, como la "alternativa" y el "futuro inmediato de España" ante la "debilidad" y la "división interna" del Ejecutivo de Sánchez. Y asumió el reto que, sin duda, le pusieron sobre la mesa sus colegas europeos, afirmando que el PP "representa la esperanza" y "simboliza la estabilidad", frente a los "recelos" que hay en Europa por la "opacidad y baja ejecución de los fondos europeos" de Sánchez.