El 58% de los votantes de Ciudadanos cree que el partido debería integrarse en el PP si llega una oferta

En pleno debate sobre el futuro de Ciudadanos, un 58% de sus votantes se mostraría partidario de que las siglas se integraran en el Partido Popular si llegara la oferta de Alberto Núñez Feijóo. Un 36,7% se inclinaría por rechazarla y mantener la identidad propia. Así se desprende del último sondeo realizado por SocioMétrica para EL ESPAÑOL.

Tal y como reveló este diario, la intención de la nueva dirección del PP pasa por absorber la idiosincrasia liberal e integrarla en su proyecto, tal y como venía sucediendo hasta 2008, cuando Mariano Rajoy pronunció aquella frase: "Si alguien se quiere ir al partido liberal o conservador, que se vaya". Y se fueron. Primero a Ciudadanos. Después a Vox.

Feijóo sabe que el espacio liberal, hasta ahora representado por los naranjas, representa una bolsa de escaños suficiente como para poder alejarle de la mayoría absoluta. Ya no se trata sólo de aquellos electores que permanecieron fieles a Arrimadas, sino de aquellos que viajaron a la abstención. Juanma Moreno, tras ganar las elecciones en Andalucía, intentará mantener a algunos de los altos cargos naranjas.

Génova no busca una integración a golpe de fichaje, sino de negociación. Elías Bendodo, en su reciente entrevista con este periódico, confirmaba las informaciones publicadas y abría las puertas a Ciudadanos. Ya no existe, eso sí, la posibilidad de una plataforma conjunta. Tras los últimos descalabros electorales, a Ciudadanos sólo le queda la siguiente disyuntiva: integrarse o jugársela en las próximas generales.

Arrimadas, tras consensuarlo con su Ejecutiva, parece inclinarse por la segunda opción. Prepara, de aquí a seis meses, la "refundación" del proyecto. Una vez cumplida esa misión, dará voz a la militancia. Aunque no ha mencionado la palabra "primarias", ha dado entender que será así. Y lo más importante: no ha confirmado que vaya a intentar ser candidata.

En líneas generales, el debate está más ajustado: un 39,3% de los españoles apuesta por la integración, un 37,1% prefiere que Ciudadanos mantenga sus siglas y un 23,6% se muestra indiferente.

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Curiosamente, entre los abstencionistas de las últimas elecciones generales, son muchos más los que apuestan por la supervivencia de Ciudadanos. Y es ahí, a la abstención, donde viajaron muchos de sus votantes, según Arrimadas. Esta variable, por tanto, podría interpretarse como un signo de esperanza para ellos.

El PSOE es el único partido que concita una preferencia por el mantenimiento de Ciudadanos como proyecto autónomo. Un 52,7% frente a un 19,5%. Quizá sea indicativo del miedo a que el PP ocupe el centro, como ha ocurrido en Andalucía.

Arrimadas, en sus entrevistas concedidas esta semana, ha reconocido la "incapacidad del proyecto para reconectar" con el electorado. Insiste en que "lo fácil sería marcharse y dejar el partido como un erial". Y tras saberse apoyada internamente, remará, como mínimo, hasta dentro de seis meses, cuando se haga efectiva la "refundación".

Por el momento, no se conocen detalles de esa refundación, más allá del recorrido que se hará por toda España, al estilo de Macron, para recabar propuestas que conformen un nuevo programa electoral. Ni siquiera está claro qué ocurrirá con el nombre y el color del partido.