El pacto de Valencia no altera la intención de voto: Sánchez no sube de 94 escaños

Ni siquiera el reciente pacto de gobierno en la Comunidad Valenciana entre PP y Vox parece pasar factura a ambos. El PSOE sigue estancado en 94 escaños y en un discreto 25,4% de los votos.

El estudio de SocioMétrica que hoy publica EL ESPAÑOL certifica que sólo hay un auténtico vencedor tras el terremoto político de las elecciones autonómicas y municipales. Si las generales fueran este domingo, la tendencia positiva en la que se halla el PP le haría auparse hasta los 135 diputados (32,6%), el mejor pronóstico de la legislatura, 42 más de los que posee en la actualidad. 

Este resultado sería una excelente noticia para Alberto Núñez Feijóo, que no sólo superaría a Pedro Sánchez sino que también quedaría muy cerca del récord de Mariano Rajoy, que obtuvo 137 escaños en un contexto ya puramente pluripartidista. Además, la marca vendría a confirmar el cambio de ciclo político augurado el 28-M, pero seguiría muy lejos de una mayoría absoluta que sólo podría conseguirse pactando con Vox (46 diputados).

Es por ello que los socialistas en general, y Pedro Sánchez en particular, intentan desacreditar los pactos de sus adversarios con la intención de que movilicen a su electorado. El más sonoro de ellos, el valenciano, se saldó con PP y Vox acordando en tiempo récord —esto es, sin apurar los plazos permitidos por el Estatuto autonómico— un Gobierno de coalición con un reparto que incluye una vicepresidencia y tres consejerías para la extrema derecha, además de una primera polémica sobre la violencia de género nada más echar a andar.

Sin embargo, nada de esto resta, a menos a fecha de hoy. Es más, el bloque de la derecha sigue aumentando distancias con el de la izquierda, una tendencia que no deja de replicarse desde el 28-M.

PP y Vox superarían holgadamente la mayoría absoluta del Congreso con 181 diputados, mientras que la unión del PSOE y el recién resuelto Sumar quedaría lejos, con 128. Los escasos 40 escaños de fuerzas territoriales e independentistas serían insuficientes para hacer frente al hipotético acuerdo entre Feijóo y Santiago Abascal.

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Así, a pesar de que el espacio de la izquierda más allá del PSOE está ya unido bajo la sola papeleta de Yolanda Díaz, sus esperanzas de revalidar el actual Gobierno de coalición no han crecido en absoluto. Alberto Núñez Feijóo continúa siendo el líder preferido de los españoles como próximo presidente del Gobierno (29%), un par de décimas por encima de Pedro Sánchez (28,6%) y a años luz de la líder de Sumar (23%).

El PP, el voto más fiel

En lo que sí gana la izquierda es en la simpatía personal de los españoles, con Yolanda Díaz (4,4) siendo la candidata mejor valorada. Su nota es la más alta no sólo entre el resto de opciones, sino también en su registro personal, pero hay que tener en cuenta que el cariño y la ilusión no (suelen) dar votos.

Es más, es probable que el pulso encarnizado que la vicepresidenta lleva semanas protagonizando con Podemos haya podido granjearle un par de puntos más entre el electorado que jamás la votaría. No tanto como para aprobarla, pero sí lo suficiente como para rebajar las críticas.

Otro punto interesante a tener en cuenta es que, si sólo se presentasen Feijóo y Sánchez, sin siglas ni pactos de por medio, la mayoría de españoles cree que el primero ganaría las elecciones (54%), pero preferiría que lo hiciera el segundo (54%). No obstante, este último es un dato que hay que coger con pinzas.

[El barómetro del CIS sin la cocina de Tezanos da 138 escaños al PP y la mayoría absoluta (187) con Vox]

La explicación más razonable sobre por qué Sánchez, que no deja de caer en intención de voto, es más valorado que Feijóo obedece a dos premisas clave. La primera, a un movimiento reactivo del electorado de izquierdas —también Sumar— e independentista intentando insuflar fuerzas al líder socialista para superar el bache del 28-M; el segundo, la desafección que Feijóo provoca en ciertos sectores del electorado más derechista, que no optaría por ninguno de los dos.

Sea como fuere, la buena prensa de Sánchez y Yolanda Díaz no basta para traducirse en un aumento de la cosecha de escaños. Dato mata relato y lo cierto es que los dos líderes de la izquierda son, precisamente, los que menos votos recuperan de quienes les votaron la última vez. Ninguno llega al 60% de fieles entre aquellos que les apoyaron en 2019, en contraposición con fidelidades como la del PP (82,7%) o Vox (74,1%).

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Los argumentos son fáciles de descifrar. En el caso del presidente, el Gobierno de coalición con sus incómodos socios y escándalos como las concesiones y pactos con los independentistas han afectado a su credibilidad dentro de las opciones más centradas; en el de Díaz, su guerra civil con Podemos ha desmovilizado mucho a parte de los sectores izquierdistas, los mismos que sí eligieron morado hace cuatro años.

El temor a una supuesta coalición de las dos derechas no resta voto al PP, cuyo electorado está muy consolidado en el rechazo al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Ya se vio en Castilla y León, ahora en la Comunidad Valenciana. Y habrá que ver si en España dentro de poco más de un mes.